Castilla y León

Un millar de pueblos de la región carecen por completo de establecimientos comerciales

Además es un sector, en los pueblos, difícil de cuantificar y de estudiar para acometer medidas de consolidación e, incluso, de expansión. Y sin ellos, que incluyen farmacias u ópticas, pero desde luego alimentación y productos básicos, la España vaciada, la Castilla y León vaciada, tiene menos posibilidades. El comercio minorista, después de los servicios, es un bien muy necesario que actualmente supone, tanto urbano como rural, el 13,92% del total de los establecimientos de Castilla y León.

Aunque los datos varían continuamente. Se abren y, sobre todo, se cierran negocios, la Junta ha realizado un análisis del sector para elaborar su Estrategia de Comercio Minorista y Rural de Castilla y León 2024-2027 con el objetivo de impulsar su desarrollo.

Para ello, ha partido de la clasificación aplicada a los 2.248 municipios de la comunidad en función del número de comercios existentes. Su trabajo recopila 53 municipios que tienen más de 50 comercios en la región. Entre ellos, están las nueve capitales de provincia y las siete ciudades con más de 20.000 habitantes (Ponferrada, Aranda de Duero, Miranda de Ebro, Medina del Campo, Arroyo de la Encomienda, Laguna de Duero y San Andrés de Rabanedo). Y se suman seis poblaciones que tienen más de 10.000 habitantes (Benavente, Santa Marta de Tormes, Béjar, Ciudad Rodrigo, Astorga y La Bañeza). En todas estas poblaciones residen 1.326.698 personas. Hay otros 31 municipios que parten como máximo de 9.620 residentes (Cuéllar) y el que menos 2.748 (Nava de la Asunción) también con medio centenar de establecimientos.

Entre 21 y 50 tiendas hay en 95 localidades con grandes diferencias poblacionales desde los 18.598 habitantes de Villaquilambre, en las afueras de León, con apenas 46 comercios a los 9.109 de La Cistérniga en el alfoz de Valladolid y los 960 de Galende, en Zamora. La cercanía con las ciudades llena los municipios de habitantes pero los rebaja de necesidades de negocio y altera el comportamiento natural de este tipo de empresas. En ocasiones acogen grandes superficies para abastecer tanto a la localidad como sobre todo a la ciudad cercana porque además disponen de más suelo y, en otras, están menos abastecidas porque ya las cubren los servicios de la cercana urbe.

La población total de esta categoría agrupa a 288.492 personas, en las que existe una mezcla de municipios urbanos por situación geográfica, al estar en el alfoz de grandes ciudades, y municipios claramente rurales.

Una cuarta categoría la configuran 279 municipios en los que se ubican entre 6 y 20 establecimientos comerciales. La mayorÍa de estas poblaciones son rurales y residen 243.894 habitantes. en total.

Con solamente tres, cuatro o cinco tiendas hay 326 pueblos en Castilla y León. El más poblado de todos ellos es Doñinos de Salamanca con 2.214 habitantes y el que menos, con 85, la abulense Zapardiel de la Cañada. Un mundo muy rural que suma 136.458 personas.

Con uno o dos establecimientos hay 556 poblaciones. Aunque también se producen situaciones extremas como el burgalés Alfoz de Quintanadueñas que, con 2.163 habitantes, solo tiene dos establecimientos, hay 11 municipios de más de 500 habitantes en los que se ubican dos comercios. La horquilla se cierra en Arevalillo de Cega (Segovia) como el municipio con menos residentes censados, 17, y un solo establecimiento. Suman un total de 116.477 habitantes.

Y, por último, se sitúan los pueblos sin un solo comercio, cerca del millar (939) donde viven 85.541 habitantes. Existen situaciones llamativas como la de Modúbar de la Emparedada, en Burgos, que, a pesar de tener 789 habitantes, no tiene establecimiento alguno. El número de municipios sin comercio con más de 300 habitantes es de 15.

Otra cuestión, no obstante, es que muchos de estos municipios son la clientela de establecimientos de localidades cercanas que de forma ambulante los abastecen. Furgonetas que determinado día de la semana venden desde fruta, verduras y queso hasta zapatillas o sartenes. Y especialmente habitual es el recorrido de los panaderos por diferentes pueblos. En algunos llegan de varios cercanos. Luego están los mercadillos.

Farmacias y ópticas, bazares, tabaco, combustibles, supermercado y alimentación, fruterías, carnicerías y panaderías son, por este orden, los que más abundan cuando hay un par de tiendas.

Recoge el informe de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo que es un sector en el que, a pesar de su importancia, se observa desde hace años una tendencia sostenida de reducción del número de empresas y de locales comerciales, especialmente significativa en el medio rural.

Es, además, muy sensible a las crisis económicas y lo fue especialmente con el impacto de las medidas sanitarias adoptadas durante la pandemia. Al cese de la actividad, cierre y posterior restricción de entrada en los locales comerciales se sumó el fuerte impulso del comercio 'on line' que provocó importantes cambios en los hábitos de los consumidores.

Finalizada la pandemia, «la espiral inflacionista y la retracción del consumo provocadas por la guerra de Ucrania, la subida de los tipos de interés o el aumento de los costes energéticos, consecuencia de aquélla, vienen a agravar en un contexto internacional, la situación ya de por sí negativa para el comercio minorista».

La estrategia de la Junta se estructura en siete capítulos con seis ejes en los que se enmarcarán las distintas actuaciones de carácter concreto, estructuradas en áreas dentro de cada uno y para su desarrolllo se han destinado 37 millones de euros desde la actualidad hasta el año 2027. Contiene así un total de 53 actuaciones, estructuradas en dieciséis áreas.