Los menores de 60 años vacunados con AstraZeneca podrán elegir su segunda dosis

El Ministerio de Sanidad exige el consentimiento informado para la primera opción y la consejera de Sanidad de la región,Verónica Casado, defiende y reclama al mismo que tal documento sea exigible para cualquiera de las dos elecciones, puesto que su departamento no considera adecuado el cóctel de vacunas.

La Comisión de Salud Pública defiende que las personas vacunadas con una primera dosis de AstraZeneca menores de 60 años reciban la segunda de la marca Pfizer y es esta la misma postura del Gobierno central. Para ello, se apoya en la alta respuesta inmune de la combinación de fármacos que muestra el estudio CombivacS del Instituto Carlos II de Salud. Cataluña y la Comunidad de Madrid se posicionaron hace días en la defensa de que, al menos, el interesado pudiera elegir si quería mantener su segunda dosis con AstraZeneca.

Este miércoles también la Junta de Castilla y León se posicionó a favor de que la pauta de estas personas, 71.000 castellanos y leoneses, se completara sin cambiar de producto. Verónica Casado se muestra partidaria de completar la pauta con el mismo suero en base, defiende, a lo indicado por «la mayoría de los informes científicos y a la falta de solidez de dicho trabajo». Es más, explicó que ella misma había recibido esta inyección y prefería completar la segunda dosis sin abandonar la firma anglosueca.

Además, la responsable autonómica criticó que tal cambio de criterio, que dejará vacunas de AstraZeneca en la nevera mientras se siguen gastando las de Pfizer destinadas inicialmente a otros colectivos, afectará negativamente a la campaña de inmunización en la comunidad. Hay 70.600 personas de más de 70 años en la región que han recibido su primera inyección con Pfizer y en 21 días con respecto a la primera, Sanidad debería poder administrarles la segunda. Tal 'desvío' de vacunas ralentizará además la inmunización de los menores de 60 años que hace ya días que forman parte de la campaña masiva que requiere el suministro de unas 150.000 dosis semanales.

Verónica Casado volvió a reclamar ayer al Ministerio más suministro de Pfizer y más con este cambio de pauta vacunal que se permitirá a partir de ahora.

Asimismo, la consejera explicó ayer en rueda de prensa previa al Consejo Interterritorial que, por lo tanto, hacen falta «ya mismo» unas 140.000 dosis de Pfizer para la comunidad y que, en cambio, el Gobierno central ha rebajado los envíos habituales –que eran de 105.300 vacunas a la semana– a solo 85.410 por un cambio de criterio en la distribución. Esto, señaló, se debe a que inicialmente se acordó un reparto proporcional en función de los grupos diana y después se pasó a un sistema de reparto por «porcentaje puro de población», sin tener en cuenta, aseguró, «el tamaño de los grupos vulnerables». Además, criticó que el Ministerio de Sanidad anunciara que en mayo habría el doble de vacunas de Pfizer y en junio, también, «algo que no se ha producido».

Verónica Casado considera injustificada la apuesta por el cambio a Pzifer en contra de «numerosos criterios científicos, de la propia Agencia del Medicamento Europeo, de la ficha técnica de AstraZeneca que no se ha cambiado» y solo en base «a un estudio con 600 personas cuando los efectos adversos son unos seis personas por millón y que solo demuestra que se refuerza la inmunización, solo faltaba, pero no la seguridad». La consejera advierte que «no está blindado científicamente mezclar vacunas».

Grupos sanitarios como farmacéuticos, fisioterapeutas, ópticos, ondontólogos y otros médicos y auxiliares de clínicas privadas y trabajadores esenciales como policías o bomberos han sido los principales receptores de la primera dosis de AstraZeneca antes de que se congelará la aplicación de la segunda. En todos ellos ya se juega con fechas límites de administración de otra dosis al haberse ampliado de 12 a 16 semanas el plazo para cerrar el ciclo Dinamarca, Francia o Alemania han optado por inyectar segundas dosis de Pfizer.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, defendió ayer que había consenso y abrió su postura de obligar a cambiar de marca. La bronca en el Interterritorial no quedó ahí. Las comunidades más beligerantes, – las 'populares' Madrid, Galicia, Castilla y Léon y Andalucía– llegaron incluso a amenazar durante toda la jornada con inocular AstraZeneca por su cuenta a todo el que lo solicitara sin ningún tipo de consentimiento por parte de Sanidad.

La práctica totalidad del resto de las autonomías, sin llegar a amagar con la insumisión, sí que unieron sus voces a los 'díscolos' para exigir, al menos, que se diera la opción de elegir a los afectados, según informa la agencia Colpisa. Carolina Darias reconoció que esta nueva rectificación había sido una decisión muy complicada.

Al final, el frente unido de todas las comunidades de diferentes colores triunfó y doblegó la voluntad del Ministerio de Sanidad, que había comenzado la jornada con la consigna de que el acuerdo de la Comisión de Salud Público del martes para inocular la segunda dosis de Pfizer era de «obligado cumplimiento».