Mañueco pide una «desescalada verbal» después de que García-Gallardo llamara imbécil a Igea

Si valoró el incidente el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. «A mí me van a encontrar en el diálogo», apuntó el máximo responsable del Gobierno de coalición de PP y Vox, que defendió una «desescalada verbal» y aprovechó para invitar a los dirigentes públicos, en genérico y evitando aludir en concreto a su socio de Vox, a «preocuparse de lo que preocupa a la gente». ¿Se plantea llamar al orden al vicepresidente?, se le preguntó. «Lo vamos a dejar en una conversación privada y punto», respondió Mañueco.

El presidente respaldó así la línea que marcó el consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, inmediatamente después del incidente, en el mismo hemiciclo, llamando al retorno al «cauce de la normalidad y la educación» entre unos responsables públicos que tienen el deber de regirse con «ejemplaridad». Carnero escuchó el martes, en primera fila, cómo el vicepresidente llamaba imbécil a Igea. Carnero y García-Gallardo se sientan en escaños contiguos. ¿Cree que debería pedir disculpas?, le planteó una periodista al consejero de Presidencia en el pasillo de las Cortes. «Eso le corresponde contestarlo a él», afirmó Carnero, antes de concluir su valoración con un consejo: «La educación ante todo», concluyó.

Francisco Igea contextualizó el incidente en la estrategia de «provocación» en la que, a su juicio, se desenvuelve el Gobierno autonómico y que en el caso del vicepresidente definió como «barriobajera». «No les gustan las Cortes, no les gusta el debate, no les gustan las minorías... Esto es la democracia», valoró el procurador de Ciudadanos, que afeó también al presidente de la Junta que llamara «pijo» al procurador de Podemos en el pleno anterior o que en la tarde del martes, minutos antes de que García-Gallardo le insultara con ese «eres un imbécil», Fernández Mañueco acabara de responderle a una pregunta mandándole «a llorar a Twitter».

Igea recordó que el actual presidente de las Cortes se autoimpuso como objetivo devolver el «decoro» al parlamento autonómico cuando juró el cargo el 10 de marzo y que ayer ni siquiera llamó al orden a García-Gallardo. Algo que consideró «lo mínimo» que debería haber hecho quien debe velar por el desarrollo normal de un debate «cuando escucha un insulto». El de Cs atribuyó esa falta de acción del presidente de las Cortes, compañero de bancada del vicepresidente, al temor a la reacción de García-Gallardo. «En ese grupo parlamentario se vive con cierta tensión, no diré miedo, pero sí cierta tensión», precisó.

Por su parte, Luis Tudanca, secretario del PSOE de Castilla y León y portavoz del grupo socialista en las Cortes criticó a Mañueco y Pollán por entender que «miran para otro lado» en lo que calificó de un episodio más de «degradación del debate político en las instituciones». «Esto no va de eso, va de respeto a la gente. Somos los que representamos a los castellanos y leoneses, de creer en la buena política. Tiene que haber condena expresa y se tienen que tomar medidas», demandó Tudanca, quien recordó que no es la primera vez que sucede, después de que hace unos meses García-Gallardo «insultara» a la procuradora socialista Noelia Frutos «por su discapacidad», según recoge la Agencia Ical.

Recordó Tudanca que hace «apenas tres meses» se debatía «qué pasaría si por primera vez en la historia el PP le cedía la Presidencia de las Cortes a la extrema derecha». «Esto ya lo advertimos y sabíamos qué iba a pasar, que el PP y Mañueco ahora miran para otro lado. Hoy tenemos un presidente de las Cortes y un vicepresidente de la extrema derecha y pasan estas cosas. Pediremos explicaciones a Pollán y a Mañueco, que le puso ahí», insistió.

El dirigente socialista consideró que estos hechos «no son casuales ni ejemplos aislados», sino una manera «de hacer política, una estrategia para embarrarlo todo e incentivar, empujar y alentar el odio hacia el adversario político en la sociedad»