«Hoy es un buen día para citar a Santa Teresa, de Ávila (remarcado). La paciencia todo lo alcanza», apreció el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, en cuanto tuvo oportunidad de encender el micrófono del escaño que ocupa en el hemiciclo de las Cortes. Los de Cs acopian paciencia al por mayor.
Igea intervino en el pleno después de escuchar a Alfonso Fernández Mañueco insistir en que Luis Tudanca sigue buscando apoyos para una segunda moción de censura entre los once procuradores de Cs y a la socialista Ana Sánchez replicando que «del 1 al 11, no les queremos ni regalados. Toditos para ustedes, ni con un lazo. A nosotros nos gusta la gente decente». Andanada directa a la bancada de Cs, que hace trizas lo poco, muy poco, casi nada, que podía quedar de entendimiento entre el PSOE y los de Arrimadas en las Cortes de Castilla y León.
«Su prioridad está en buscar tránsfugas», había espetado Mañueco al líder socialista. Esa acusación la puso en circulación el popular ya en el pleno de hace quince días. Y Mañueco la volvió a reiterar para cerrar el debate con Tudanca, por si había pasado inadvertida. «Cuando acabe el pleno salga a hacer lo que más le interesa, buscar tránsfugas», remachó.
«Si hay once procuradores que han demostrado ser incorruptibles son los 11 de Ciudadanos», se defendió Francisco Igea. Un mensaje con doble destinatario. Hacia el PSOE, pero más hacia el PP. Mañueco sigue siendo presidente de la Junta porque de los 12 procuradores del partido liberal con escaño en las Cortes, once votaron en contra de la moción que Luis Tudanca planteó en marzo. Todos menos María Montero, que pasó a ser procuradora no adscrita y por la mañana denunció que PP y Cs intentan «hacerle la vida imposible» en las Cortes, aplicando a rajatabla un Reglamento reformado en 2005 (por populares y socialistas) como una vacuna antitransfuguismo: asfixia económica a cualquier procurador que abandone su grupo parlamentario y reduce al mínimo su participación en el debate político.
El PP sigue construyendo la coartada política para vestir una convocatoria de elecciones. Lo hace sobre los cimientos de la reestructuración sanitaria y una posible falta de estabilidad política, dibujando un escenario con procuradores de Cs proclives a apoyar al PSOE y que puede desembocar en una moción bis. A la vez, los populares intentan amarrar apoyos para el presupuesto para 2021 y tenerlo aprobado, como tarde, en enero. Hoy se debate en las Cortes el techo de gasto, paso previo a presentar, en una semanas, las cuentas autonómicas.
Pero ese es un debate que discurre en paralelo al electoral. «Convoquen las elecciones si es que tienen valor. Les vamos a ganar y vamos a gobernar. Y si no las convocan, dejen de utilizar la salud de los castellanos y leoneses en sus malditos juegos de poder», retó Diego Moreno, procurador del PSOE, al preguntar si la Junta compartía la afirmación del senador Maroto de que «lo que estaba haciendo la consejera de Sanidad era insostenible».
Igea se apuntó a 2 en 1 y respondió a Javier Maroto cuando contestaba a Diego Moreno. Dijo que en Sotosalbos, pueblo segoviano en el que se empadronó a toda prisa el vitoriano del PP, se pasa consulta dos veces a la semana con 80 tarjetas. En un consultorio que no tienen localidades alavesas de ese tamaño. «Álava tiene 300.000 habitantes y 30 consultorios. Segovia tiene 150.000 habitantes y 300 consultorios. Creo que no estamos para quejarnos». Y dejó un avisó a los socialistas. «Ni con lazo ni sin lazo nos arrimaremos a ustedes», auguró Igea.
Luis Fuentes: «Yo creo que ya está bien»
El pleno empezó tenso. No es una novedad en las Cortes. Raúl de la Hoz, portavoz del PP, trasladó una petición de «75 trabajadores» del Servicio de Menores para que la procuradora Nuria Rubio (PSOE) retirara la afirmación que hizo en el pleno anterior de que el «sistema de acogida de Castilla y León» se había convertido en un «mercadeo de menores» a los que solo se hacía un test de inteligencia a las puertas de la adopción, realizando entonces fotos para ponerlos «en el mercado» y con falta de atención hasta ese momento. Nuria Rubio no lo retiró. «Son las palabras de las familias de acogida que estuvieron aquí, acompañándonos», justificó la socialista, en un pleno en el que el presidente Luis Fuentes tuvo que llamar la atención a los procuradores en varias ocasiones. «Yo creo que ya está bien», advirtió. El de Cs aseguró que la sesión estaba siendo «caliente», pero que no hacía falta ser «maleducados». Tuvo éxito. Sus señorías moderaron las formas.