Dos ciudadanas esperen para acceder al interior de la Delegación Territorial de la Junta en Valladolid. H. Sastre

La Junta prepara el retorno escalonado de sus 8.800 funcionarios que trabajan desde casa

Los primeros en volver serán los empleados jóvenes con buena salud, se elimina el fichaje por huella o clave de teclado y las cafeterías seguirán cerradas

Susana Escribano

Valladolid

Sábado, 23 de mayo 2020, 07:59

La covid-19 mantiene trabajando desde su casa a 8.826 empleados de la Junta (sin contar los docentes) que, a medida que la comunidad vaya suavizando el confinamiento, regresarán a sus puestos. Será muy escalonadamente. Fuentes del equipo del consejero de la Presidencia, ... Ángel Ibáñez, explican que llevan semanas planificando un regreso progresivo del personal a las sedes de trabajo desde el principio de «máxima cautela». Esa programación se ha intensificado con la solicitud del paso de todas las provincias a la Fase 1.

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Solo han pasado unas semanas desde que se fueron, pero no volverán al mismo lugar. Se acabó el fichar con huella y clave de teclas al entrar o salir de un edificio que estará plagado de carteles invitando al lavado de manos. Habrá gel desinfectante en abundancia en las entradas, las zonas de impresora y fotocopiadora y los despachos más alejados de los lavabos. Y no habrá café. Al menos dentro de las sedes. Las cafeterías seguirán cerradas y, con toda probabilidad, clausuradas temporalmente las máquinas de bebidas y picoteo. Tampoco se podrán utilizar las «áreas de descanso» y hay recomendación expresa de «inutilizar» las fuentes de agua.

No habrá vuelta global del personal dedicado a tareas administrativas. Por lo pronto, se ofrecerá la realización de test de seroprevalencia a la plantilla. Ibáñez informó de que el criterio de exposición al coronavirus marcará el ritmo de ese testeo voluntario. Sanidad ya hace sus prueba y en este caso empezarán por los trabajadores de Servicios Sociales y la Consejería de Familia; los del 112 y Protección Civil; los agentes medioambientales y, luego el resto, a medida que requiera la incorporación presencial.

El consejero de la Presidencia, en el centro, y la directora de Función Pública, a la derecha. Ical

787 trabajadores, sin contar los sanitarios y los de residencias, de baja por la covid

787 bajas laborales por la enfermedad del coronavirus ha contabilizado la Junta de Castilla y León entre su plantilla, sin contar al personal de Sanidad y de Familia e Igualdad de Oportunidades, según ha confirmado Paloma Rivero, directora de Función Pública, en las Cortes..

Los vehículos que usen los trabajadores de la Junta deberán contar con dispensador de gel hidroalcohólico y un paquete de limpieza compuesto por una bayeta, alcohol de 70 grados para desinfectar, unos guantes y una bolsa para desechar el material usado.

La Junta recomienda a sus trabajadores que eviten el transporte público. Aconseja el coche propio de uso individual, siempre que no se pueda ir a las sedes andando o en bicicleta. También restringirá al máximo el movimiento de los proveedores en sus edificios.

La guía de retorno insiste en dos aspectos reiterados para sortear la covid: una etiqueta respiratoria que evite toses y estornudos al aire o tapados directamente con la mano y una etiqueta social sin contacto, a la japonesa: ni besos ni abrazos ni apretones de manos.

Los responsables de las consejerías y delegaciones territoriales de las provincias trabajan desde primeros de mayo con una guía para diseñar la operación retorno. Cada departamento evaluará la necesidad de vuelta al modo presencial. Para evitar aglomeración y garantizar que se mantiene la distancia de dos metros se pondrán en marcha turnos, se flexibilizará el régimen de teletrabajo o se establecerán fórmulas mixtas, con asistencia a la oficina en días alternos, por ejemplo.

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Al inicio de la crisis no llegaban a 300 los trabajadores con autorización para teletrabajar. Ahora hay 8.826 con autorización de acceso remoto, un sistema más flexible que el teletrabajo tal y como está diseñado en la Junta. La directora de Función Pública, Paloma Rivero, anunció el miércoles, en las Cortes, que van actualizar la regulación del trabajo a tarea, desde casa.

Puestos de dirección y de asistencia y asesoramiento a los altos cargos; vigilancia, limpieza y mantenimiento; registro de documentos y gestión de pagos, especialmente los relacionados con la deuda pública, y confección nóminas; informáticos, de traslado de personas o material, gestión de ayudas relacionadas con la covid, prevención de riesgos labores y atención telefónica y electrónica se consideran esenciales para garantizar la prestación del servicio público.

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Será cada consejería la que decida el número de empleados cuya presencia física es imprescindible para que la maquinaria administrativa autonómica gire. A partir de ahí, los primeros en cruzar el umbral de las sedes serán los menores de 40 años sin enfermedades crónicas. Luego, el personal sano que tienen entre 41 y 60 años, seguidos del resto. Después los de más de 61 sin patologías de riesgo en su historial médico y, por último, los considerados «especialmente sensibles». Aquí entran hipertensos, diabéticos, afectados por patologías cardiovasculares o pulmonares crónicas, en tratamiento de cáncer, con situación de inmunodepresión y embarazadas.

Los empleados públicos que retornen a las sedes tendrán a su disposición mascarillas y guantes. Para su reparto se tendrá en cuenta el puesto de trabajo. Si conlleva exposición de riesgo ( en contacto con público), de bajo riesgo (contacto esporádico) o de baja exposición al contagio. Esta última etiqueta describe puestos que no atienden al público y con distancias de más de dos metros entre compañeros.

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Los guantes serán para el personal de Registro e información, mozos de almacén, informáticos, sanitarios y trabajadores que hagan gestiones de calle. La guía estipula claramente quién recibirá mascarilla higiénica y quién la usará con filtro.

Llegadas y salidas al trabajo deberán ser escalonadas y respetando distancias (con marcas adhesivas en el suelo) y los tornos estarán abiertos. Se extremará la limpieza de pomos de puertas y botoneras de ascensor, con recomendación de usar las escaleras y subir y bajar por el lado derecho.

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«La reorganización debe ser lo suficientemente flexible para poder adaptarse a la evolución del impacto del covid-19», refleja el documento, para reaccionar ante cualquier rebrote de la epidemia.

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