​​Los ingresos por cotizaciones crecen por primera vez el doble que el gasto en pensiones

La Seguridad Social cerró 2021 con un déficit del 0,9% del PIB, el más bajo desde 2013. Esta diferencia, de 11.192 millones de euros, resultó ser tres décimas inferior a lo previsto en los presupuestos de 2021 y siete décimas menor que en 2016 y 2017. La mejoría se fundamentó en el aumento de los ingresos por cotizaciones sociales, que crecieron un 10% en el conjunto del sistema y suponen un 11% del PIB español, su nivel más alto de la historia. La caja única tuvo superávit hasta 2010, que llegó a ser del 1,36% antes del estallido de la crisis. Hasta ese año, el saldo engordaba una hucha de las pensiones que después iría vaciándose.

Justo cuando las cuentas del sistema volvían a coger aire, ha llegado la escalada de la inflación como invitada inesperada e indeseable. Con el IPC en el doble dígito, el gasto en pensiones sumará este año más de 18.000 millones a una factura ya de por sí abultada, cuyo presupuesto era de 170.494 millones. Según un estudio de Fedea, supondrá el 14% del PIB, casi dos puntos más que antes de la pandemia. El Gobierno ha reiterado por boca de varios ministros que las pensiones se revalorizarán con el IPC sea éste cual sea.

En la comunidad, la Seguridad Social recaudó el año pasado 4.402 millones de euros por las cuotas que abonan empresas y trabajadores. Se trata de un 10,6% más que en 2020, un ejercicio que estuvo marcado por la caída de ingresos debida a las bonificaciones de los ERTE y un crecimiento en el que también resultó decisiva la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Pero también es mayor que la registrada en 2019, cuando ascendió a 4.179 millones. En realidad la de 2021 es la mejor cifra desde los 4.734 millones de 2012.

En el lado de las obligaciones, el sistema desembolsó en la comunidad 8.469 millones de euros en concepto de pensiones de jubilación, invalidez, viudedad, orfandad y en favor de familiares. Es la cifra más elevada abonada nunca y un 4,6% mayor que la de un año antes. La tasa de incremento, sin embargo, es por primera vez inferior a la del crecimiento de las cotizaciones, que incluso en esta ocasión la duplica.

La pensión media se situó en Castilla y León a 1 de marzo pasado en 1.081,50 euros, apenas cuatro euros y medio por debajo de la media del conjunto de España, tras una subida del 5,6% respecto al mismo periodo del año anterior. El número de pensiones abonadas en la comunidad se situó en 616.785, de las que el 64,1% (un total de 395.649) fueron de jubilación, con una pensión media que asciende a 1.240,97 euros. La pensión media más alta se registra en Valladolid, con 1.202,75 euros; seguida de Burgos, con 1.161,49 euros y Palencia (1.108,44 euros). Por debajo de los mil euros de pensión media se encuentran Ávila (945,55 euros) y Zamora (915,64 euros). En cuanto al número de pensiones, León figura a la cabeza, con 140.345, por delante de Valladolid (117.808).

Además de los pensiones, la Seguridad Social abonó en la comunidad 125 millones en prestaciones por incapacidad permanente y otros 123 millones por las de maternidad, paternidad, riesgo en el embarazo y lactancia.

La positiva evolución de los ingresos con respecto a los gastos no resultó suficiente para paliar el desfase que entre ambos se produce en las nueve provincias. El déficit autonómico asciende a 4.067 millones, que son menos que los 4.114 de un año antes pero también son la segunda cantidad más abultada que se ha registrado.