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El caso de sarampión diagnosticado en Castilla y León y confirmado este martes por el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, y los otros tres sospechosos ... sobre los que efectúan seguimiento los profesionales sanitarios de la Junta afectan a personas adultas que no estaban vacunadas. Los cuatro casos están en Burgos. Los protocolos sanitarios aplican medidas de aislamiento tanto a las personas con diagnóstico confirmado como a las que están en estudio, además de localizar y hacer rastreo y seguimiento de los contactos para cortar la cadena de transmisión del virus.
El sarampión es una enfermedad vírica altamente contagiosa y de declaración obligatoria por parte del médico ante la mínima sospecha de que un paciente pueda sufrirla. Pese a que las elevadas tasas de vacunación han hecho del sarampión un diagnóstico excepcional, el protocolo con el que trabaja el personal sanitario les conmina a estar alerta para descartarlo como causa en personas que presentan fiebre y zonas de piel enrojecida, «especialmente en niños menores de 12 meses y adultos jóvenes (población no vacunada) con riesgo de haber estado expuesta a esta enfermedad por viajes o contacto con un enfermo». Los casos que afloran actualmente son, principalmente, de adultos.
Los mayores de 50 años que pasaron el sarampión en su infancia pueden recordarlo como una enfermedad benigna, pero es una infección que puede evolucionar con complicaciones, especialmente en menores de 12 meses, personas inmunodeprimidas y embarazadas. Las más graves son ceguera, encefalitis (infección del cerebro), diarrea severa con deshidratación y neumonía.
El caso confirmado en Burgos y los cuatro bajo sospecha se producen en un escenario mundial con el sarampión en modo reemergente. En Europa, los brotes se concentran en Rumanía. A nivel estatal, se notificaron 14 diagnósticos en 2023, que entre enero y junio de 2024 habían crecido a 106 casos repartidos 21 brotes en once autonomías.
94,66%
De los niños de 12 meses recibieron la primera dosis frente al sarampión en Castilla y León en 2022 (último dato disponible). Ese porcentaje baja al 89,48% en la segunda dosis, a los pequeños de 3 años.
El meollo de un control férreo y eficaz del sarampión está en la vacuna. «Nos consta que esta población no tiene cubierta la pauta de vacunación», aseguró Alejandro Vázquez al informar de los cuatro casos en seguimiento en la comunidad. «Vuelvo a hacer hincapié en lo importante que es cubrir esas pautas según el calendario, porque es la mejor manera de prevenir este tipo de enfermedades», subrayó el consejero. La vacuna protege individualmente a quien la recibe, pero también colectivamente si la cobertura sobrepasa el 90%, al dificultar la circulación del virus.
La primera dosis frente al sarampión se aplica a bebés de un año en una vacuna que inmuniza también frente a la rubeola y las paperas o parotiditis. La cobertura en ese momento es casi universal en Castilla y León, llegando al 94,66% de los bebés que pasaron la revisión de los doce meses con en las consultas pediátricas en 2022, último dato disponible. La segunda dosis se inyecta a los tres años y la cobertura sigue siendo amplia, pero menor, baja al 89,48%. Fueron 13.170 niños de una población total de 13.913 los que recibieron la primera dosis en 2022 y 13.549 vacunados con la segunda de un total de los 15.142 candidatos a recibirla.
La vacuna frente al sarampión no se limita a la infancia. En el caso de adultos que no hayan sido inmunizados de niños o no hayan pasado la enfermedad también hay pauta de vacunación, con una separación de al menos cuatro semanas entre las dos dosis. Es la medida que recomienda el Ministerio de Sanidad, que pide a las autonomías impulsar estrategias para hacer captación activa de no vacunados. En el caso de los nacidos en España se aplica en personas nacidas a partir de 1978. Para «las personas nacidas antes de ese año se asume que han padecido el sarampión».
El seguimiento de cualquier caso sospechoso es muy riguroso. Al paciente se le hace una extracción de sangre para diagnóstico serológico, facilita una muestra de orina y se le realiza un frotis en nariz y faringe para concretar mediante PCR la cepa del virus. En eso están actualmente las autoridades sanitarias con los tres casos sospechosos. Y en acotar el listado de contactos para evitar «casos secundarios», o lo que es lo mismo, contagios.
El incremento de brotes de sarampión a nivel mundial y en la Unión Europea -principalmente en Rumanía- impulsó al Ministerio de Sanidad a trasladar en septiembre de 2024 a las comunidades autónomas, que son las que prestan la atención sanitaria y gestionan la vigilancia epidemiológica, un informe sobre los sobre los riesgos de propagación de esta enfermedad y la recomendación de medidas.
Los síntomas iniciales que provoca el sarampión son fiebre alta, mucosidad, tos, conjuntivitis y malestar general, a los que sigue una erupción en la piel con manchas rojizas. Ese exantema dura alrededor de una semana y puede producir descamación.
El virus se transmite de persona a persona a través de gotas y secreciones respiratorias, al toser o estornudar. Las personas pueden contagiar desde 5 días antes de que aparezcan las manchas rojizas en la piel hasta 4 días después. Las autoridades sanitarias reiteran que es una enfermedad muy contagiosa.
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