Una persona en silla de ruedas accede a un establecimiento. Antonio de Torre

Castilla y León

Las infecciones de orina aumentan al tener que reciclar las bolsas

Las personas con discapacidad lavan y reutilizan el material ante la escasez y el CERMI pide una solución que garantice la provisión

Ana Santiago

Valladolid

Miércoles, 17 de julio 2024, 06:41

El problema se arrastra desde febrero y, aunque ahora parece más moderado, al menos en Castilla y León, la cuestión de fondo sigue sin una solución definitiva y garantista. Por ello, las personas con discapacidad, la mayoría de los que tienen lesión medular y dependen ... de una silla de ruedas, han optado por hacer acopio y también por reciclar el material del que disponen. Para salir a la calle o para dormir, necesitan estas bolsas, sobre todo las de pierna.

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Así que, para estirar más los recursos, optan desde hace meses por lavarlas, pasarla por lejía y reutilizarlas varias veces. Y las consecuencias no se han hecho esperar.

Denuncia la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad Madrid, FAMMA-Cocemfe Madrid, el aumento de consumo de antibióticos por parte de los pacientes que usan bolsas de orina, ante «el grave desabastecimiento de estos productos sanitarios y la gran dejación e ineficiencia» en su caso de la consejería madrileña. Algo que también Aspaym había denunciado pero que va a másn conforme se enquista la situación.

Pero no es un hecho aislado de la autonomía vecina. Explica Francisco Sardón, presidente de CERMI Castilla y León, que «esta es una situación generalizada. Tuvimos problemas especialmente serios desde febrero durante unos tres meses por falta de existencias. Después se ha recuperado algo; pero seguimos en alerta por la insuficiencia de bolsas de orina porque la amenaza de falta de stock ahí sigue y las personas con discapacidad pues hacen acopio y reciclan por lo que pueda ocurrir porque el problema está sin solucionar en su origen, solo con parches. Así que sí, se están disparando los problemas de infecciones y el uso de antibióticos. Nosotros ya de por si, por nuestra patología y situación, somos propensos a las infecciones urinarias. Si tienes miedo a que deje de haber pues mucha gente las reutiliza y por bien que se laven y se emplee lejía, no es seguro. Lo adecuado es usarlas nuevas. Así que hay más infecciones con todo lo que conllevan».

Explica asimismo la petición de las asociaciones de la discapacidad para que «el Ministerio de Sanidad se encargue de manera centralizada de proveer de este material y adopte medidas para prever la escasez. Los problemas vienen de que los fabricantes quieren que se les pague más y todo el tema está en plenas negociaciones; pero, mientras, las personas con necesidades están sin soluciones. Inicialmente cerró una pero las que hay ahora están haciendo presión para lograr mejores precios. Como asociación de pacientes no entramos a valorar si pagan bien o mal;pero no puede dejarse este problema así 'sine die' y el afectado sufriendo las consecuencias. Pedimos que mientras negocian un acuerdo, el Ministerio de Sanidad realice una compra para garantizar suministros».

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«Las personas en sillas de ruedas, por su patología y situación, son propensas a las infecciones urinarias. Y reutilizar las bolsas es un gran riesgo»

Francisco Sardón

Presidente de CERMI Castilla y León

«Para una persona que usa las bolsas a diario el riesgo de infección, e incluso de sepsis, incluso de fallecimiento, no es desdeñable y se deben de trabajar en su seguridad», concluye Fran Sardón.

La citada asociación madrileña insiste en que «esta situación, jamás se había producido y está teniendo un impacto significativo en la salud y el bienestar de estos pacientes, que dependen de estas bolsas para su cuidado diario y la prevención de complicaciones médicas graves».

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Por otro lado, añade, «el uso constante de antibióticos propicia que las bacterias se hagan resistentes y que la efectividad de estos fármacos cada vez sea menor. Por lo que, hay que realizar un cambio constante de antibiótico y, en muchos casos, existe dificultad de encontrar los que afecten a la sensibilidad de las bacterias para acabar con ellas lo que puede acabar con la vida de las personas».

«La no renovación de estas bolsas produce reinfecciones constantes y las que se pudieran estar tratando, que no se resuelvan. Por otro lado, ocasiona una importante disminución de su calidad de vida y una sobrecarga de los servicios de salud ya que los pacientes requieren atención médica más frecuente para manejar las implicaciones derivadas de la falta de suministros adecuados», destaca.

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