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El termómetro se desplomó por debajo de los cero grados durante varias horas, provocando daños graves y generalizados, algunos de ellos irreversibles, en los viñedos ... de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Las consecuencias de la importante helada vivida en la madrugada del miércoles, que en algunas zonas llegó a los cinco grados bajo cero, han afectado a las cuatro provincias por las que se extiende la zona de calidad.
«Hay muchas parcelas heladas al 100%. Ha afectado probablemente a todas las hectáreas de viñedo en diferentes porcentajes, pero hay algunas arrasadas. Habrá que esperar unos días para hacer una valoración con mayor profundidad y conocer exactamente las consecuencias que van a ser nefastas según se ven las parcelas», explica el responsable de viticultura de UCCL en la Ribera del Duero, Daniel Maestre.
Detalla que en las oficinas de la organización agraria se han recibido multitud de llamadas alertando de las incidencias a lo largo y ancho de la Denominación de Origen, situadas en viñedos tanto en Valladolid, como en Burgos, Soria y Segovia. «En Burgos de punta a punta, desde Moradillo a Quintana del Pidio, en Valladolid en Pesquera, en Piñel… Y también en los diferentes municipios de Segovia y Soria…», precisa.
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Maestre avanza que desde UCCL se van a comenzar los trámites para pedir que la Ribera del Duero se declare zona catastrófica. «Estamos diciendo a nuestros socios que pidan en sus Ayuntamiento que se haga una solicitud para declarar el municipio como zona catastrófica. Por lo menos, para que se proceda a la reducción de los módulos y los que hayan perdido la cosecha, no tengan encima que pagar», incide. Los daños, según el viticultor, han sido especialmente graves a pesar de tratarse de una helada temprana, por el adelanto que lleva el ciclo vegetativo este año.
Según los datos de los expertos, la brotación en el viñedo ribereño se ha producido con 18 días de adelanto con respecto a la media del histórico de la Denominación de Origen. «El problema es que los racimos estaban visibles en muchos pámpanos, donde ha arrasado la helada se puede decir que ha perdido la cosecha», recalca el responsable de UCCL.
En la Ribera del Duero se ha abierto ya el debate sobre si las consecuencias de esta caída de los termómetros se pueden asemejar a las vividas el 28 de abril de 2017, en la helada histórica que arrasó los viñedos en España y en gran parte de Europa. Los viticultores coinciden en que se parece en gran medida a aquella situación, aunque con algunos matices diferentes.
«Hay gente que dice que más daño que en 2017, entonces se libró gente, en zonas como Moradillo, Pardilla o Fuentenebro, lugares que hoy sí han sufrido la helada. En cuanto al nivel de daños, habrá que esperar a la valoración definitiva», opina Maestre. Desde Moradillo de Roa, Javier Arroyo, vicepresidente de Asaja en Burgos confirma también esa tesis. «La sensación que tenemos es realmente mala, los tallos más avanzados están totalmente quemados, arrasados… Ojalá nos equivoquemos, pero auguramos una cosecha como en 2017. Entonces hubo algunas parcelas con 500 o 600 kilos por hectárea», confirma. En cualquier caso, espera que «podamos sacar el viñedo adelante, que sea el ultimo susto, y sacar una uva, la poca que va a haber, sea buena entiendo».
En cuanto a lo que hay que hacer a partir de ahora en la viña, Arroyo considera que habrá que «esperar diez o quince días para que vuelva a brotar la viña, las yemas ciegas que llamamos, y cojan suficiente altura para empezar a trabajar en la poda en verde. Ahora se empieza a retrasar un poco todo».
Los viticultores coinciden en que ese grave percance llega muy pronto, cuando todavía queda mucho riesgo de heladas por delante. Es más, recuerdan que se trata del desplome de temperaturas más llamativo, pero no el único que se ha dado en los últimos días. En la madrugada del martes también hubo algunas afecciones más puntuales, especialmente en la zona de Segovia.
La semana pasada, además, se vivieron temperaturas negativas en algunas zonas concretas. «Las consecuencias nefastas se han empezado a vivir muy pronto, como se suele decir lo peor está por llegar… Y es que siempre el mes de mayo nos suele dar sorpresas negativas, en torno al día de San Isidro. Esperamos que esta vez no sea así», mantiene Javier Arroyo. Por su parte, desde el Consejo Regulador de Ribera del Duero, no han querido entrar en valoraciones escudándose en que el pasado año el pleno de la D.O decidió no posicionarse en estos asuntos, más allá de confirmar que la zona ha sufrido una helada en sus viñedos.
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