La gripe se adelanta de forma inusual con casos del tipo A y cepa infrecuente

La temporada convencional de la gripe se extiende desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo. La pasada, por ejemplo, registró incluso unos meses de noviembre y diciembre con muy leve incidencia para repuntar con fuerza en febrero y hubo gripe en primavera y, después, el brote de agosto. Pero la pasada temporada, como las anteriores, el protagonismo fue de la tipo A (H3). «Lo habitual es que convivan solo dos y que, además, una de ellas domine con el 85% o el 90% y la otra como mucho suponga un porcentaje de presencia del 20%», explican fuentes sanitarias. «El hecho de que, en la actualidad, tome peso el infrecuente subtipo H1N1 no significa que vaya a ser necesariamente la que se imponga cuando llegue la epidemia estacional».

Los datos de la Red Centinela indican que en, cuatro semanas, entre los días 8 de agosto y 4 de septiembre, «se ha observado un aumento en la circulación del virus de la gripe A, mientras que la tasa de positividad a SARS-CoV-2 en muestras centinelas cae al 9%». Sus datos muestran cuatro diagnósticos aislados por cien mil habitantes en una semana.

En cualquier caso, los síntomas de ambas son similares y también el tratamiento que incluye el reposo, beber líquidos y antitérmicos si se tiene fiebre . Entre ellos, están la tos frecuente e intensa, dolor de cabeza, falta de apetito, congestionamiento nasal, malestar general y síntomas digestivos como náuseas, vómitos o dolor abdominal. No necesariamente todos ni con intensidad.

En cuanto a un posible adelanto de la vacunación por ello, los especialistas en general parecen descartarlo. El Ministerio de Sanidad, finalmente, ha señalado como fechas para el arranque de la próxima campaña vacunal entre la tercera semana de octubre y la primera de noviembre. Algunos expertos sí defienden la necesidad de adelantarla a principios del próximo mes para llegar «a tiempo» a un virus de la influenza que en países como Australia está siendo de importancia;pero otros especialistas consideran que una vacunación demasiado temprana dejaría sin protección en los posibles picos gripales.

La duración de la protección es de seis meses. La vacuna tarda 20 días en ser totalmente efectiva desde el pinchazo y, al final, decrece ligeramente su protección. La temporada gripal fuerte posiblemente comience en enero; de ahí, que se haya apuntado a la segunda quincena de octubre en busca de una amplia efectividad. Y, probablemente, se haga una estrategia común con la próxima dosis del covid, en particular para los más mayores e institucionalizados.En cuanto a las causas, fuentes sanitarias explican que «podría explicarse por la competitividad entre los diferentes virus respiratorios. El nuevo coronavirus ha afectado al sincitial y al influenza. Si subían los casos de ómicron descendían los gripales; aunque no se conoce bien la causa de estas inusuales circulaciones fuera de temporada», apuntan. Los virus estacionales pueden variar su comportamiento. Tanto en 2020 como en 2021 apenas hubo epidemia de gripe;pero es algo que provocaron una mayor cobertura vacunal de gripe y las barreras entonces muy implantadas por la pandemia como las distancias y las mascarillas que protegen frente a todo virus respiratorio que se transmite por vía aérea.