Las franquicias de Castilla y León dan con la clave del éxito

Los últimos datos relativos a la situación del sistema de franquicias, presentados este año con estadísticas del cierre de 2022, ponen de manifiesto que este modelo de negocio ha sabido hacer frente a obstáculos como la crisis provocada por la pandemia, la guerra de Ucrania o la subida de la luz, el gas y los carburantes. La cifra de facturación ha crecido un 2,9% respecto a los datos del cierre de 2019 hasta alcanzar los 26.929 millones de euros.

Además, la franquicia sigue siendo un negocio generador de empleo, puesto que en 2022 daba trabajo a 303.595 personas, frente a las 294.231 que empleaba en 2019, lo que equivale a un incremento del 3,18%, de acuerdo con las cifras aportadas por el informe realizado por la Asociación Española de Franquicias (AEF) y el grupo cooperativo Cajamar.

Bastante más impresionantes son los resultados del sector en Castilla y León. Lo único que no crece es el número de marcas implantadas en las nueve provincias; el resto de parámetros lo hace, además, a dos dígitos. Hay según los últimos registros 30 franquicias diferentes con establecimientos en la comunidad, frente a las 32 que había en el pasado estudio, de 2020. Frente a esto, la cifra de locales abiertos, su volumen de negocio y el de personas ocupadas son de los que más crecen del panorama autonómico.

De los 754 locales existentes en 2020 en la comunidad se ha pasado a los 935 que hay en la actualidad, un incremento del 24% solo superado por Castilla-La Mancha. En cuanto a la facturación, el sector acumuló 180,24 millones de euros al cierre de 2022, con un incremento sobre tres años antes del 40,25%, también el segundo a nivel nacional. La situación se repite en lo que respecta al empleo: las franquicias implantadas en la región dan trabajo a 2.562 personas, frente a las 1.911 del estudio anterior, es decir un 34% más.

Este modelo de negocio requiere una inversión inicial para acondicionar el local, que algunas marcas no autorizan según cual sea la ubicación, ya que debe ser un emplazamiento con atractivo comercial. Una vez en marcha, el franquiciador suministra el producto, a cuyo coste hay que sumar el pago de un royalty sobre las ventas mensuales y un canon publicitario.

Las empresas con mayor número de franquiciados en España pertenecen a actividades como la distribución alimentaria, la logística, la comida rápida o la intermediación inmobiliaria. Se trata de marcas como DIA, Seur, Carrefour Express, McDonalds, The Phone House, RE/Max, donpiso o Yves Rocher.

Desde el punto de la rentabilidad, estudios sectoriales sitúan como las que más beneficios proporcionan a sus franquiciados marcas como DIA, 100 Montaditos, Eroski, Midas, Granier o Telepizza.

Por otra parte, si bien el negocio de la franquicia se apoya en marcas muy asentadas y conocidas a nivel nacional o, incluso, mundial, también hay emprendedores de la comunidad que han franquiciado sus modelos de negocio y venden así sus productos fuera la región. Ahí están la leonesa Sibuya Urban Sushi y su filial Kamado Asian Food, con restaurantes en Madrid, Valencia, Zaragoza, Toledo, además de varios en Castilla y León; o la vallisoletana Solera, con tiendas de ropa en Cartagena, Cuenca, Toledo, Badajoz, Guadalajara, etc.

El sistema de franquicias español está integrado por 1.375 marcas (el 0,5% menos que al cierre de 2019), de las cuales 1.137 son de origen nacional (82,6 %) y las 238 restantes proceden de hasta 24 países, especialmente de Francia (51 marcas), Estados Unidos (46), Italia (43), Reino Unido y Portugal (16).

De las 1.375 franquicias existentes en España, el sector que cuenta con un mayor número de marcas es el de hostelería/restauración, con 224 redes integradas en seis subsectores de actividad; seguido por el de moda, con 213 cadenas, desglosadas en ocho subsectores; y belleza/estética, con 107 redes.

«La fórmula de negocio del modelo de la franquicia nos ha parecido siempre interesante por su capacidad de innovación, adaptación y digitalización», señaló en la presentación de los datos la subdirectora general de Regulación del Comercio Interior del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Marta Cabrera, quien destacó que «en el ministerio estamos abiertos a cualquier sugerencia de mejora y apoyo».

Según afirma Luisa Masuet, presidenta de la AEF, «el sector refleja lo que está pasando en la economía en general y después de la pandemia, tanto las franquicias de restauración como las moda o de servicios se han encontrado con que la guerra y la inflación han impuesto más dificultades». «El reto es mantenerse pero el modelo no solo se ha consolidado, sino que ha crecido por encima de los datos de 2019», resaltó. «Ha habido muchas marcas que han apostado por nuevos modelos de negocio, como el 'online', que les ha hecho ir hacia adelante», añadió.

En opinión de la directiva, «se habla poco de la colaboración existente entre franquiciador y franquiciado, pero juega un papel fundamental en el éxito y es una de las claves de que sectores como los de la moda, gimnasios y bienestar hayan pegado un subidón importante».