Los festejos taurinos dejan 58 heridos graves y cuatro muertos en 2022

Pedro Antona es un médico general que este año ha participado en enfermerías de plazas de toros de la comunidad durante unos 80 festejos taurinos y asegura que la temporada comenzó con unas cifras de siniestralidad preocupantes que se fueron normalizando con el paso del tiempo. «Este año ha sido complicado. Veníamos de un parón muy largo y los aficionados tenían ganas de volver a disfrutar de los toros. El problema de ese interés vino porque, al principio, a alguno parecía que se le había olvidado que estos animales tienen peligro», explica.

A finales de agosto el balance de la temporada era de tres muertos y 27 heridos graves, lo que hizo saltar las alarmas. No obstante, Pedro Antona analiza la situación y recalca que después de agosto la siniestralidad comenzó a bajar porque esa euforia inicial se fue disipando paulatinamente. Pese a que las cifras se normalizaron, los números a fin de año dejan claro que la premisa a la que se aferraba el médico en su primera declaración, esa de que «estos animales tienen peligro», esta cargada de verdad, más aún si se atiende al número de siniestros registrados esta campaña en todo el territorio nacional.

En España han muerto esta temporada 23 personas como consecuencia de los daños sufridos durante los festejos populares. El Reglamento General Taurino, de 2008, y el Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares, de 1999, regula las actividades con toros en Castilla y León. La normativa vigente exige la presencia de unos equipos médicos u otros dependiendo del tipo de astado que participa en los festejos. Si son cuatreños, es necesaria que la enfermería cuente con un cirujano, un anestesista, un médico general y un enfermero en la plaza. En el caso de que los animales protagonistas sean utreros, erales o vacas la norma reclama la presencia en la enfermería de dos médicos generales y un enfermero.

La Agencia de Protección Civil se está reuniendo con los diferentes perfiles que participan en el sector taurino para encontrar un consenso que permita actualizar el reglamento vigente en base a criterios empíricos. Hasta ahora, se han mantenido encuentros con veterinarios, escuelas taurinas y ganaderos y antes de que acabe enero escucharán las demandas de empresarios, profesionales del sector taurino, así como de responsables sanitarios y de seguridad con la meta de tener listo el primer borrador a finales del mes de febrero.

Los objetivos previos que se ha marcado la Junta a la hora de modificar la normativa que rige los espectáculos taurinos en la comunidad se centran en tres ejes, tal y como explica la directora de la Agencia de Protección Civil, Irene Cortés. «Las metas son reducir trabas administrativas para trabajadores y ayuntamientos, aumentar la seguridad y acercar el festejo a la realidad que nos circunda», afirma Cortés.

Para conseguir el propósito de la mejora de la seguridad, la Agencia de Protección Civil tiene sobre la mesa varias iniciativas que se están puliendo antes de llevarlas al borrador. No obstante, Irene Cortés adelanta que una de ellas tiene que ver con el despunte de las reses que participen en festejos taurinos populares. «Lo que queremos es que todos los toros que salgan a los festejos populares estén despuntados con los mismos parámetros, bajo control veterinario y con la supervisión de la Guardia Civil. Pero para que esa medida acabe en el borrador tenemos que saber la opinión de las personas del sector con las que aún no nos hemos reunido», explica Cortés.

Otro de los aspectos que la Agencia de Protección Civil llevará a debate en las futuras reuniones es la rebaja de la duración de algunos encierros. «Hay circuitos que duran dos, cuatro o seis horas y eso hay que regularlo de alguna manera», afirma la directora de la Agencia de Protección Civil.

Los veterinarios van a tener un papel fundamental en el nuevo reglamento que se está preparando. Ellos son los garantes, entre otros muchos aspectos, de que el animal que sale a la plaza tiene la edad estipulada, de que no ha sido toreado con anterioridad y de que está despuntado, en el caso de los festejos taurinos populares con animales de dos años o más. Una de las veterinarias que se encarga de estas comprobaciones en la provincia de Valladolid es Laura Alonso. «Nuestra labor es fundamental para la seguridad. Por ejemplo, los toros son animales que aprenden muy rápidamente y si ya han sido capeados, la peligrosidad se incrementa. Nosotros certificamos que los animales que salen no han sido lidiados en ninguna otra plaza», explica esta veterinaria, que pertenece a un sector cuya opinión será fundamental en la futura normativa, que espera reducir la siniestralidad.