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Acelerados lineal en el Hospital Campo Grande-Recoletas de Valladolid. Alberto Mingueza
Los enfermos de cáncer carecen de apoyo psicológico público en Castilla y León

Los enfermos de cáncer carecen de apoyo psicológico público en Castilla y León

La AECC detecta diferencias significativas en los tratamientos oncológicos entre comunidades autónomas y provincias

Ana Santiago

Valladolid

Viernes, 4 de febrero 2022, 07:24

La radioterapia, la desigualdad de acceso a este tratamiento, y la falta de asistencia psicológica, no solo a los pacientes sino a sus familiares, por parte del sistema público son las graves carencias asistenciales en Castilla y León cuando de cáncer de trata. Así lo constatan dos estudios de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) sobre el impacto de esta enfermedad y su tratamiento, que analizan además las desigualdades territoriales, entre comunidades y entre provincias.

En el año 2021, fueron 17.884 las personas diagnosticadas de una enfermedad oncológica en Castilla y León, muchos más varones (10.727) que mujeres (7.157), aunque la incorporación femenina a los malos hábitos como el tabaco, el alcohol o el sedentarismo van igualando las cifras.

El cáncer está muy ligado a la edad. La tasa de nuevos diagnósticos por cada cien mil habitantes es de 751 en la región, superior a la media española que se sitúa en 603 casos debido al envejecimiento poblacional de la comunidad. La edad avanzada es el factor de riesgo más importante del cáncer en general y para muchos tipos en particular. De ahí que el máximo número de diagnósticos se sitúen en los intervalos de edad superiores y, especialmente, en mayores de 75 años, que concentran 7.507 diagnósticos. Esta característica dificulta aún más la accesibilidad a terapias y tratamientos porque son personas muy dependientes.

Hoy, 4 de febrero, es el Día del Cáncer. Y la AECC deja una reflexión sobre la mesa: 'El cáncer es igual para todos, pero no todos somos iguales frente al cáncer'. No hay las mismas oportunidades de prevenir y detectar precozmente el cáncer. Por ejemplo, en la comunidad, el 48% de las personas de entre 50 y 69 años, población diana, no se ha realizado una prueba de detección de sangre en heces. No es un mal resultado en la comparativa nacional pero es muy mejorable. En Navarra o el País Vasco esta carencia se mueve en torno al 23%.

Tampoco «está garantizada una atención integral y continuada» que cubra todas sus necesidades cuando a una persona le es diagnosticada la enfermedad. Hay enfermos que «tienen que decidir si pagar la luz, el agua o el alquiler o hacer frente a los gastos que provoca su situación; enfermos que tienen que desplazarme más de una hora, pudiendo llegar a ser hasta cuatro, todos los días para recibir un tratamiento que le puede salvar la vida». Otros tienen un final de su vida sin cuidados paliativos. Y «no todos los tumores se investigan lo necesario para que sigan aumentando sus índices de supervivencia», recoge este informe.

El análisis de esta ONG detecta carencias en la comunidad sobre todo en el acceso a la radioterapia, tanto en falta de equidad, como en la atención psicológica pública. Esta asistencia emocional recae en diez asociaciones como, entre otras, la de Pyfano, Ascol o la propia AECC.

El transporte sanitario requiere tener problemas de movilidad y una renta inferior a los 18.000 euros al año

Explica este trabajo que la Junta ha diseñado una Estrategia Regional de Atención al Paciente Oncológico en Castilla y León con el objetivo de abordar de forma global y multidisciplinar las actuaciones preventivas, asistenciales y de mejora de la calidad de vida necesarias para alcanzar unos resultados en salud que disminuyan la incidencia y la morbimortalidad del cáncer en Castilla y León. Un documento que recoge de manera genérica la atención psicológica, pero no pasa del papel porque «no detalla su implementación dentro del sistema de atención a los pacientes adultos». Aunque, con respecto a los niños y jóvenes, sí que contempla la incorporación temprana del apoyo psicológico en el proceso de atención a través de un protocolo; pero «no se implementa de forma general».

En la población general, además, es tras el tratamiento, cuando se ha logrado sobrevivir y en el final de la vida y el duelo cuando más carencias se detectan en este sentido. Tampoco las unidades de Consejo Genético incluyen la atención psicológica y en los comités de tumores no participan psicólogos. Los recursos «son insuficientes» y lo que funciona mejor es la colaboración público-privada.

Recorrer 164 kilómetros cada día para la radioterapia

Casi un 30% de las personas con cáncer deben hacer un trayecto diario de entre una y dos horas para su tratamiento. Para el 30% de ellas estos trayectos superan las dos horas, llegando incluso a las cuatro solo para el desplazamiento. En Castilla y León, la media es de 66,8 minutos en coche privado y 77,1 kilómetros. Un repaso por las dos provincias con mayores problemas muestra que los abulenses sufren una media de 84,7 minutos de tiempo para acudir a radioterapia para recorrer una media de 99 kilómetros hasta Salamanca, tal y como corresponde a esta población. Los datos de Soria aún son peores. Su población tiene como destino Burgos. Una media de 164 kilómetros y más de dos horas de recorrido.

El otro gran punto débil de la comunidad es el acceso a Radioterapia. Castilla y León y Aragón son las autonomías con una situación más crítica en el acceso a este tratamiento porque tienen provincias que no disponen de la misma. Así lo recoge el informe 'Acceso al tratamiento de Radioterapia en España', elaborado por la AECC y la Sociedad Española de Oncología Radioterápica.

El documento cifra en 1.100 euros el coste medio. Lo reciben alrededor del 60% de los diagnosticados con un cáncer y contribuye al 40% de las curaciones.

No disponen de hospitales con radioterapia en su territorio Huesca, Teruel, Ávila y Segovia. Son los puntos negros del mapa español. Buscar un alojamiento durante el tiempo que dure el tratamiento es el primer gasto asociado a la terapia: hasta un 9% del total de pacientes de la comunidad se ven en la necesidad de cambiar de domicilio para poder asistir a las sesiones prescritas. El coste medio de este cambio temporal de domicilio es de 1.092 euros de media.

En cuanto al desplazamiento a la unidad de radioterapia lo más habitual es el uso de un vehículo privado propio o de un familiar. En una media de 15 sesiones, recorriendo más de 100 kilómetros, indica el documento, un enfermo de cáncer gastará 231,8 euros invirtiendo una media de tres horas por sesión. El informe destaca que el uso del transporte no urgente, ambulancia, es más alto en aquellos pacientes que residen a mayor distancia de la unidad y quienes menos disponen de un transporte alternativo.

Y para ello hay algunas para manutención o desplazamientos. Las primeras son de solo cinco euros por persona y día y el transporte sanitario solo está cubierto para personas con movilidad reducida y con una renta inferior a los 18.000 euros al año.

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