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El consumo de marisco en los niños también tiene sus reglas

El consumo de marisco en los niños también tiene sus reglas

Los nutricionistas aconsejan que los más pequeños de la casa consuman calamar, chipirones, sepia y pulpo, pero «nunca antes del año y una o dos veces a la semana». Las gambas y los langostinos tienen que esperar

Berta Muñoz Castro

Valladolid

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 07:54

Durante las navidades, los mariscos cobran protagonismo en la mesa, bien como platos principales o como suculentos entrantes. No hay cena de Nochebuena y Nochevieja o comida de Navidad y Año Nuevo que se precie que no incluya estos nutritivos manjares. Cada familia, eso sí, en función de sus posibilidades, porque el subidón de precios que experimentan estos invertebrados marinos cuando el calendario se acerca el 24 de diciembre invita a degustarlos en otra épocas del año.

No obstante, en mayor o menor medida, crustáceos como gambas, cigalas o camarones; moluscos como almejas o mejillones, y cefalópodos como calamares, sepia o pulpo, estarán en los menús de Navidad de la mayoría de los hogares. Y ahí viene la pregunta: ¿El marisco lo puede comer toda la familia, incluidos los más pequeños de la casa?

«El consumo de gambas, langostinos, cangrejos, centollos, berberechos, almejas y mejillones hay que espaciarlo más»

Naiara Carretero | PRESIDENTA DE CODINUCYL

«La introducción del consumo de marisco en niños se debe hacer a partir del primer año según la AEP (Asociación Española de Pediatría) y la Aecosan (Agencia Española de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrición)», recuerda la nutricionista Naiara Carretero Lozano. Y, ojo, que no cualquier variedad vale. «Los mariscos más indicados para los pequeños de la casa son el calamar, chipirones, sepia y pulpo», enumera la presidenta del Colegido Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Castilla y León (Codinucyl). «El consumo de gambas, langostinos, cangrejos, centollos, berberechos, almejas y mejillones hay que espaciarlo más». Hasta los tres años.

La razón, según Aecosan, es que contienen cadmio bajo el caparazón (cangrejos y centollos) o en sus cabezas (langostinos, gambas o cigalas). Por este motivo, recomiendan «evitar este tipo de consumo en menores de tres años y limitarlo al máximo en el resto de la población».

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«Este metal no tiene ninguna función biológica en humanos ni en animales pero, aunque su absorción en el aparato digestivo es baja, tiende a acumularse en el organismo, principalmente en el hígado y riñón, durante un tiempo estimado de 10-30 años. El cadmio es tóxico para el riñón, acumulándose principalmente en los túbulos proximales, pudiendo causar disfunción renal», explican.

Como sucede con el pescado o la carne, el marisco también cuenta con su pauta de consumo –aunque en estas fechas la mayoría se pase de largo–. En el caso del marisco «la frecuencia de consumo será de 1 o 2 raciones a la semana. Siendo una ración de 100 a 150 gramos en adultos y de 50 a 100 gramos en niños», explica Carretero Lozano.

Otra cuestión primordial para conseguir marisco a un precio más asequible es conocer los mariscos que podemos disfrutar según la estación del año. Así, en primavera es época de cigalas, almejas y ostras; mejillones, almejas, navajas, bogavante, langosta, ostras y percebes para el verano; en otoño berberechos, bogavante, langosta, vieiras, zamburiñas y gambas y en invierno, centollo, buey de mar, nécoras, camarones vieiras y almejas. Buen provecho.

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