Ángela de Miguel, portavoz de la patronal. EL NORTE

Los empresarios de Castilla y León temen daños irreversibles por seguir en la fase 0

La destrucción de tejido empresarial se modera en abril, pero la pandemia hunde la producción industrial de la comunidad

Sábado, 9 de mayo 2020, 07:59

El reloj de la cuenta atrás para cambiar de fase marca ya minutos en algunas provincias españolas pero en Castilla y León solo avanza en un puñado de zonas rurales de escaso desarrollo empresarial. La patronal regional teme que la desescalada asimétrica sea motivo de desventajas «irreversibles». Casi dándoles la razón, el Ministerio de Seguridad Social publicó el censo de empresas operativas en abril y si bien la sangría que revela fue mucho mas moderada que en marzo, resultó más acusada en la comunidad autónoma que en el conjunto del país.

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Para la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León, cualquier retraso a la hora de dejar atrás la fase 0 tendrá grandes consecuencias para la economía de la comunidad «en términos de pérdida de competitividad» y dejará a las empresas locales «en clara desventaja» frente a otras autonomías.

Los empresarios reclaman en este sentido a la Junta que «reevalúe los criterios semana a semana», tal como por otra parte ya ha anunciado, «para poder avanzar lo antes posible en la recuperación» y evitar «el cierre irreversible de empresas».

Ángela de Miguel, portavoz de Cecale: «Llevar un ritmo diferente a otras comunidades puede restar competitividad a nuestras empresas»

Desde la patronal y sus organizaciones territoriales se hace un llamamiento a la responsabilidad a toda la sociedad castellana y leonesa, a la que reclama «un esfuerzo» para que la actividad productiva sea compatible con la salvaguarda de la salud, «pues cada semana de retraso tendrá un impacto económico difícil de asumir».

Tras mostrar su apoyo a todas las medidas que se están adoptando para garantizar la salud de todos los ciudadanos «como algo absolutamente prioritario», los empresarios advierten de que «la situación excepcional que estamos viviendo no puede seguir suponiendo un freno para la pervivencia de las empresas, cuya actividad y facturación han caído en picado», lo que ha repercutido en el empleo. En definitiva su «capacidad de resistencia se va agotando», resumen.

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Empresas y producción

De acuerdo con el balance de empresas inscritas en la Seguridad Social, Castilla y León vio desaparecer el mes pasado 447 empresas que empleaban a 4.769 personas y cuyos puestos de trabajo también se perdieron. Con ser malos los datos contrastan con los del mes anterior, cuando echaron el cierre 2.967 empresas. La comunidad autónoma contabiliza al cierre del mes pasado 64.547 empresas cotizando, una cifra que retrotrae a los primeros años de la década pasada, antes del inicio de la recuperación ahora truncada.

En términos relativos, la pérdida de empresas fue mayor en Castilla y León que en el conjunto de España en abril, con unas bajadas respectivas del 0,68% y el 0,43%.

La mayor destrucción de negocios se produjo en el sector servicios, con 463 unidades menos, mientras que dos provincias acapararon cerca de la mitad de las empresas desaparecidas: Valladolid (129) y Salamanca (100).

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La cascada de malas noticias empresariales se completó ayer con la publicación del Índice de Producción Industrial de Castilla y León, que registró en marzo el mayor descenso del país, del 16% debido al parón de actividad por la declaración de estado de alarma. El retroceso nacional fue del 10,2%. En marzo se incrementó la producción de energía eléctrica el 5,6% y descendió la de la industria manufacturera el 18,2%.

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