Una decena de empresas castellanas y leonesas del sector de la automoción han presentado proyectos para las ayudas de la segunda fase del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado, que cuenta con una línea destinada a baterías y otra a proyectos individuales. La convocatoria está ... dotada con 1.396 millones de euros en ayudas y créditos blandos y el plazo para presentar proyectos vence este viernes, día 15.
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Después de que la primera parte del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de automoción se cerrase sin solicitudes suficientes (Renault presentó una para crear un ecosistema industrial centrado en la descarbonización, la conectividad y la movilidad), la segunda parte sí ha seducido a las empresas auxiliares.
«Nos consta la presentación de una decena de proyectos, después de que las limitaciones y exigencias del primer PERTE se modificaran para abrir la puerta no solo a consorcios liderados por las marcas de fabricantes sino a proyectos individuales en concurrencia simple (por orden de entrada)», ha informado la directora del clúster de Automoción de Castilla y León (FaCyL).
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Ángel Blanco Escalona
El Ministerio de Industria ha confirmado que un total de 30 empresas españolas han solicitado ayudas de la línea de baterías a través de 41 proyectos que movilizarán en su conjunto un presupuesto de 5.009 millones de euros. Estas ayudas pretenden incentivar la inversión en capacidad de producción industrial de baterías destinadas al vehículo eléctrico, sus componentes esenciales y la producción o recuperación de materias primas fundamentales necesarias.
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La segunda línea, la que más interés ha despertado entre las empresas auxiliares de Castilla y León, se dirige a apoyar planes de inversión orientados a la cadena de valor industrial del vehículo eléctrico y conectado, sus sistemas, subsistemas y componentes, y ciertos sistemas de infraestructura auxiliares necesarios para su despliegue. En este caso, 109 empresas han solicitado ayudas para 219 proyectos que movilizarán en su conjunto presupuestos de 2.580 millones de euros.
Para esta segunda línea se han convocado 559 millones, de los que 344 millones son en forma de subvención y 215, de préstamo.
En la presentación de los Premios de Automoción y Movilidad de Castilla y León, la directora de FaCyL, Ana Núñez, ha señalado que un número significativo de empresas se han acercado al clúster «en busca de soluciones compartidas». En plena transformación hacia un modelo híbrido, eléctrico y conectado con exigencias y necesidades bien distintas de las de los vehículos de combustión, el sector autonómico de las empresas auxiliares está 'haciendo los deberes'.
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«Las empresas están acostumbradas a realizar permanentes cambios en su modelo de negocio y, en este caso, hacia una movilidad sostenible. Respecto a las nuevas motorizaciones, hace tiempo que ya se está trabajando de acuerdo con la dinámica y los requerimientos que marcan los clientes», ha comentado la directora de la agrupación que engloba a 90 empresas de Castilla y León que facturan 9.200 millones y emplean a cerca de 30.000 personas de forma directa.
Además, las empresas de la comunidad han integrado la crisis de componentes como un factor con el que deben contar en sus procesos de producción y «han acomodado sus capacidades en función de la flexibilidad que se les permite y de las demandas del mercado», ha añadido Núñez, quien ha recordado que en 2022, las auxiliares de la comunidad elevaron un 12% su facturación anual. «Aún no hemos recuperado las cifras anteriores a la pandemia, pero los signos de recuperación son evidentes», ha valorado.
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El Gobierno está «absolutamente convencido» de que se van a «agotar en un 100% los recursos destinados a las dos líneas existentes en esta segunda convocatoria del PERTE VEC II, «tanto en el espacio de las baterías como en los proyectos individuales», según dijo la semana pasada el ministro de Industria en funciones, Héctor Gómez, quien destacó que estas ayudas se resolverán por concurrencia simple, es decir, por orden de entrada, «para que lleguen a los beneficiarios tan pronto como sea posible».
Las ayudas del programa se dirigen, por un lado, a incentivar la inversión en capacidad de producción industrial de baterías destinadas al vehículo eléctrico, sus componentes esenciales y la producción o recuperación de materias primas fundamentales necesarias. La segunda sección, la más novedosa y que ha permitido la concurrencia de empresas locales, se dirige a apoyar planes de inversión orientados a la cadena de valor industrial del vehículo eléctrico y conectado, sus sistemas, subsistemas y componentes, y ciertos sistemas de infraestructura auxiliares necesarios para su despliegue.
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El anterior esquema de agrupación de empresas en torno a un proyecto tractor ha sido sustituido por otro basado en proyectos individuales para empresas del sector, que el Ejecutivo ve más ágil y dinámico. Además del nuevo sistema de concurrencia simple también se extienden los plazos de ejecución de los proyectos e inversiones que se presenten.
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