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La entrada vigilada en zig-zag, mascarillas y geles en las puertas principales y las carpas para el triaje para pasar a unos servicios de ... urgencias que separan los síntomas de un posible covid del resto, junto a algún indicador del espacio dedicado a la PCR ambulatoria, aún mantienen muy vivos los 18 meses de pandemia. Pero los hospitales están llenos, se perciben activos con un permanente trasiego de pacientes, con mascarilla eso sí y guardando distancias señaladas con cintas o pegatinas en las salas de espera. Despierta la asistencia tras una pesadilla que ya da claros síntomas de estar contenida de la mano, fundamentalmente, de las vacunas.
Y este devenir constante se hace notar más en Atención Especializada y, en particular, en los servicios de Urgencias. Especialmente en septiembre pero ya desde julio, y también en coincidencia con la quinta ola, precisan fuentes de la Consejería de Sanidad.
Los 14 complejos asistenciales de la comunidad han desplegado pruebas de diagnóstico y consultas a niveles casi de 2019, con 106.500 primeras citas mensuales, más de 53.000 pruebas de diagnóstico de radiología o de 12.000 cirugías mensuales en el conjunto autonómico. Pero Urgencias detecta un incremento aún superior. El aumento es exponencial, del triple comparado con abril de 2020 y del doble en general en la equiparación con la primera ola. Las siguientes fases de la pandemia mantuvieron mejor el equilibrio entre covid y otras patologías atendidas; pero desde la quinta ola la demanda ya es muy alta.
Sacyl achaca esta gran demanda asistencial «tanto a la vuelta de la actividad ordinaria en todo el hospital como al hecho de que los usuarios ya están vacunados o han pasado la enfermedad y se sienten mucho más seguros. Ya no hay miedo a acudir al hospital como antes tenían muchos pacientes». Las gerencias de Valladolid, Salamanca, Segovia, León o Palencia coinciden en que «han aumentado mucho las urgencias, ya desde principios de verano e incluso antes, de forma progresiva; pero insisten en que estos servicios no están saturados».
Los datos muestran que mientras en 2019, las urgencias hospitalarias mensuales de la región se movían entre un mínimo de poco más de 82.100 en febrero o septiembre a un máximo de 93.831 de enero o 90.778 de agosto, el pandémico año de 2020 marzo contabilizó 52.612 y abril solo 34.711 y únicamente el verano superó las 68.000. Este 2021, desde mayo se acerca a las 74.000 y va en crecimiento mes a mes. Lo esperable además, apuntan fuentes sanitarias, es que la demanda siga en aumento porque «hay mucha patología sin atender por la prioridad de la covid y llega el invierno que trae muchos procesos respiratorios».
Los profesionales de los hospitales de Valladolid indican también un gran crecimiento. Por ejemplo, en el Río Hortega «hay días que vemos ahora 300 y hasta 400 pacientes cuando en plena pandemia eran 30 o 40 de tipo general, no covid. Ahora hay más incluso que antes de la pandemia», señala un facultativo.
Estos sanitarios apuntan también a haber perdido el temor al contagio y a la vuelta a la casi normalidad como explicaciones de la mayor presión asistencial;pero también señalan que «como AtenciónPrimaria estuvo desbordada en julio sobre todo por la alta transmisión entre los más jóvenes y no acaba de arrancar, los pacientes recurren a los hospitales. Te cuentan que no les cogen el teléfono y por eso vienen a parar al hospital». Otros profesionales señalan «que los pacientes acuden cada vez más en busca de una segunda opinión. Te metes en su historia clínica y ves que el paciente sí ha estado con su médico de Familia y que le ha mandado determinadas pruebas o analíticas; pero no esperan. Hay un mal uso de este servicio y nos tienen saturados», destacan. Asimismo indican que «es fundamental el papel de AtenciónPrimaria, durante la pandemia lo hemos visto claro y hacen una gran labor de contención que ahora está menos marcada. También se echa de menos el papel de una atención continuada en los centros de salud que libera mucho a los hospitales», precisan.
Otros médicos indican que «estamos realmente agotados, son muchos meses de pandemia, los equipos siguen divididos en urgencias normales y de covid y los recursos repartidos resultan menos eficaces, claro. Además, hay gente que lleva meses sin pisar una consulta, te llegan con problemas de hace un año sin tratar y que se han complicado más de la cuenta. También tenemos problemas con las pruebas de diagnóstico, hay mucha demora para tanta demanda y llegan hasta donde pueden y retrasan los tiempos».
Los datos del Clínico de Valladolid también registran un importante aumento de actividad «ya desde julio, no ahora especialmente. Para el hospital la vuelta a la casi normalidad ya tuvo lugar hace semanas», destacan fuentes de la Gerencia. Un repaso por diferentes fechas desde comienzos del verano muestra un incremento considerable entre la misma fecha de 2020 y 2021. Por ejemplo mientras el 1 de julio atendió 179 pacientes hace un año, la misma fecha de este ejercicio subía a 252 y así sucesivamente, siempre igual o al alza en la actualidad.
En cuanto al tipo de patologías son tan variadas como siempre. Accidentes domésticos, caídas, lesiones, dolores respiratorios, de riñones, infecciones de orina, de garganta... de todo y cada vez el paciente se atreve más entrar en la consulta y reclamar la prueba que ha leído en internet y te exigen una eco o un TAC y si no se la haces no se van tranquilos», señalan.
En cuanto a las urgencias pediátricas, el incremento es menor porque hace ya tiempo que se recuperaron cifras. Ahora, con le llegada del frío se espera un repunte de las típicas enfermedades infantiles. Los pediatras advierten de que este otoño esperan una importante incidencia del virus sincitial, a diferencia del anterior también protegidos por las restricciones. También en cuanto a la gripe, los especialistas del centro nacional de referencia del Clínico de Valladolid ya han advertido que cabe esperar una epidemia más fuerte que la anterior y vuelven a insistir en la necesidad de vacunarse contra la misma.
Solo derivadas de Atención Primaria, los hospitales de la comunidad han atendido este año más de 128.800 urgencias, el 24% de todas sus asistencias. Desde que comenzara el año ya se superan las 550.470 las consultas atendidas en estos servicios. Castilla y León resuelve en urgencias hospitalarias 168 casos por cada mil habitantes.
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