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Dice la sabiduría popular que 'no hay mejor ahorrar que el poco gastar', pero seguro que quien acuñó el refrán no vivió con una inflación del 10%. La crisis de los precios ya ha empezado a hacer mella en la capacidad de ahorro ... de los hogares y las empresas de la comunidad y el dinero que tienen depositado en los bancos se ha estancado, ya que apenas creció el 0,01% en el primer trimestre con respecto al anterior.
Obligados a pagar los gastos de luz y gas de la casa un 23% más caros que hace un año, el 15% más por el uso del coche y el 12% por los alimentos, lo raro sería que los depósitos hubieran aumentado más que esos 8,5 millones de euros, dentro de un volumen total de 79.014,5.
El ahorro está en el ADN de los castellanos y leoneses y el dinero que tienen depositado en las entidades financieras, aun sin crecer, sigue representando una cantidad récord. Al cierre de 2019 superó por primera vez en la historia los 70.000 millones de euros y poco más de dos años después está ya listo para alcanzar los 80.000. La pandemia no ha hecho si azuzarlo con una mezcla de temor y prudencia. Para ratificar que la población de la comunidad destaca por su carácter austero no hace falta más que recurrir a una sencilla comparación: Castilla y León ocupa la séptima posición en la 'clasificación' autonómica en cuanto a PIB per cápita, mientras que en la de ahorro depositado en el banco es sexta.
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Además, la incertidumbre creciente en los últimos tiempos pesa más en el ánimo de los hogares que el interés por correr algún riesgo mediante la búsqueda de instrumentos con los que rentabilizar el dinero. Los castellanos y leoneses tienen en fondos de inversión colectiva algo más de 20.000 millones de euros, de modo que mientras el 20% de su patrimonio monetario está invertido en renta fija o variable, el 80% está en cuentas de ahorro. Entre estas, predominan los depósitos a la vista muy por encima de los depósitos a plazo. Así, de esos 79.015 millones depositados, 4.271 pertenecen a las administraciones públicas y 74.744 a hogares y empresas. De estos último, 68.908 están 'a la vista', es decir a su disposición inmediata, frente a los 5.836 millones cuya retirada está condicionada a algún plazo.
Demasiado ahorro puede convertirse en nocivo para la economía, ya que frena el consumo en cualquier contexto y dificulta la recuperación en épocas de crisis, elevando así el riesgo de que la situación se estanque. Pero cuando las dificultades tienen que ver con una crisis de precios como la actual, echar mano del ahorro puede llegar a no ser una opción, sino una obligación.
Los números dan la razón a los acontecimientos y el INE informaba esta semana que el gasto en consumo final de los hogares se incrementó el 14% en el primer trimestre del 2022 con respecto a un año antes. Con ello, el ahorro del conjunto de españoles fue negativo en 1.427 millones (en el primer trimestre de 2021 fue de 14.516 millones). De esta forma, la tasa de ahorro de los hogares se sitúa en el −0,8% de su renta disponible, frente al 8,3% del mismo trimestre del año anterior.
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En este sentido, el Banco de España ha alertado de que «están circulando consejos sobre el total de efectivo que sugerimos tener en casa para afrontar imprevistos, pero no son ciertos» para a continuación lanzar una serie de recomendaciones. Así, ante una eventual llegada de momentos difíciles, el instituto emisor aconseja disponer de un fondo de emergencia para paliar la situación.
«La cantidad necesaria que hay que tener en el fondo de emergencia depende de las circunstancias personales: con qué ingresos cuenta la familia, cuántas personas están a nuestro cargo y qué otras opciones tendríamos para encontrar dinero rápidamente en caso de necesidad». En cualquier caso, su consejo es «acumular un fondo equivalente a entre tres y seis meses de gastos».
A la hora de administrar ese fondo de emergencia el Banco de España insta a tener en cuenta una serie de aspectos, entre los que destacan la liquidez y la seguridad. «Los imprevistos, por definición, no se prevén, así que el dinero del fondo de emergencia tiene que estar fácilmente disponible cuando se necesita». Por otro lado, ese fondo funciona como 'colchón de seguridad', por lo que se debe «depositar en productos sin riesgo donde se garantice la preservación del capital, que el dinero siempre va a estar ahí».
Cuando se trata de un fondo para eventualidades adversas, «la disponibilidad y seguridad son más importantes que la rentabilidad», argumenta, aunque también puntualiza que «no interesa tener todo ese dinero inmovilizado en una cuenta o debajo del colchón, sin producir nada». Explican las fuentes del Banco de España que «disponer de un fondo de dinero apartado para imprevistos puede evitar tener que recurrir a opciones más costosas como, por ejemplo, pedir un préstamo, pagar con tarjeta de crédito o vender posibles inversiones».
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El organismo recuerda que endeudarse de más en tiempos difíciles «es poco aconsejable, ya que los intereses aumentarían nuestros gastos fijos cuando menos nos lo podemos permitir». «Es la mejor forma de caer en la trampa de un endeudamiento cada vez mayor y, además, en casos de necesidad, nos podemos ver forzados a aceptar condiciones poco favorables», advierte.
La ventaja principal de los depósitos radica en que el dinero está fácilmente disponible en caso de necesidad y se sabe el tipo de interés que se va cobrar, hasta ahora poco o nada por el estado de los tipos de interés. Su mayor inconveniente es ése, la menor rentabilidad que ofrecen con respecto a otros productos. Ahora, la inflación se 'come' el ahorro a pasos agigantados, por lo que el Banco recomienda que una vez se haya 'puesto a salvo' ese fondo de emergencia de hasta seis meses se invierta (en letras, bonos, obligaciones, acciones, fondos de inversión, derivados, etc) el excedente de ahorro con la vista en su crecimiento a largo plazo.
«Existe gran variedad de productos con diferentes combinaciones de rentabilidad y riesgo que permiten a cada persona elegir el producto que se mejor se adapte a sus necesidades y preferencias», señala el instituto, que recuerda que «el mayor inconveniente es que existe riesgo». «Se puede no conseguir la rentabilidad esperada e incluso perder el capital invertido».
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