![Luis Miguel Martínez coloca sobre la mascarilla el dispositivo que evita que las gafas se empañen.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202102/07/media/cortadas/valladolid-kdLF-U130449552672hOG-624x385@El%20Norte.jpg)
![Luis Miguel Martínez coloca sobre la mascarilla el dispositivo que evita que las gafas se empañen.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202102/07/media/cortadas/valladolid-kdLF-U130449552672hOG-624x385@El%20Norte.jpg)
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El confinamiento domiciliario que guardó el país durante más de tres meses para protegerse del coronavirus agudizó del mismo modo el ingenio entre los castellanos y leoneses. Tanto, que en la comunidad se patentaron el 50% más de creaciones que en 2019 –entonces se ... registraron 57, frente a las 84 del año pasado–. Asimismo, Castilla y León fue la cuarta región con más modelos de utilidad (protege creaciones con menor rango inventivo que las protegidas por patentes) inscritos –un total de 461, si bien hace dos años esa cifra se situó en 161–, únicamente por detrás de Cataluña, a la cabeza, Madrid y Comunidad Valenciana, según se desprende de las estadísticas que maneja la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Una tónica que, si bien estuvo especialmente afinada en Castilla y León en comparación con otros años, se mantuvo a nivel nacional. De forma más concreta, por provincias, Valladolid se situó a la cabeza en cuanto al número de patentes se refiere con 25, muy seguida de Burgos –con 23– y con Soria y Palencia, con tan solo una, a la cola de las peticiones. Por su parte, en otras como León, 17; en Salamanca, 14; y en Segovia, tres.
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Uno de los que solicitaron formalmente ante la OEPM que se reconociera su creación y le atribuyera todos los derechos fue el vallisoletano Luis Miguel Martínez Silván. Estaba en el trabajo, se le empañaban las gafas y comenzó a «dar vueltas y pensar» qué podía hacer para evitar que los cristales se le 'inundaran' de vaho y le dificultaran la visión. «Como a todo el mundo que tiene gafas, sobre todo con estas temperaturas gélidas, empiezan a empañarse y es horroroso. No podía ser que estuviéramos condicionados por eso porque la mascarilla, por desgracia, ha llegado para quedarse un tiempo, así que fruto del aburrimiento por el confinamiento, me puse a idear cosas que pudieran evitar que el aire subiera para arriba de las lentes», comenta.
Es un aparato reutilizable, y su vida útil está condicionada por «el trato y cuidado que se le dé». Hasta el momento, este vallisoletano lo produce en su casa, aunque no esconde su deseo de que, un día, pueda crearse a nivel industrial. «Me gustaría que pudiera llevarse a cabo, pero ni tengo tiempo ni he encontrado a nadie interesado en ello», incide, al tiempo que recalca que, llegado el caso, «saldría muy barato, por céntimos». «A mí los materiales pueden costarme unos euros, pero sobre todo ese coste es por el tiempo, que lleva mucho, pero también creo que sería muy útil para la gente», añade.
Por otra parte, en lo relativo a los modelos de utilidad, Burgos (386) fue la que más registros realizó, mientras que en provincias como Palencia y Segovia tan solo fueron seis; en Salamanca, doce, y otras como Valladolid, 23.
1.479 solicitudes de patente se requirieron en la Oficina Española de Patentes y Marcas a nivel nacional, un incremento del 8,9% respecto al 2019. Es la primera vez que crece desde 2017.
El de Luis Miguel Martínez es tan solo un ejemplo, pero lo cierto –y así lo avalan las cifras– es que el encierro obligatorio destapó la imaginación de los castellanos y leoneses, especialmente en lo referido a protegerse de un hipotético contagio. Túneles de higienización, pantallas faciales protectoras, mecanismos que contribuyan a sobrellevar el uso de las mascarillas... Son numerosas las invenciones en este sentido. En Burgos, sin ir más lejos, se registró una pulsera para el control y monitorización de la temperatura corporal. En Salamanca, una muñequera desinfectante con mecanismo de sujeción e inyección. En León, un dispositivo de control de aforo en los locales o, en Ávila, una máscara reutilizable con filtro desechable. Además, en Palencia, una mascarilla sin cordones y en Segovia un túnel para higienizar la compra.
Pero también hubo en 2020 inventos ajenos a la covid-19. Como el de la Universidad de Valladolid, que diseñó un procedimiento para identificar propiedades de un extracto de la uva. O una composición para rellenar productos de panadería, confitería y pastelería en Segovia. También un colchón que se adapta al cuerpo de cada persona en Palencia.Castilla y León es una tierra con mucho ingenio. También en tiempos de coronavirus.
La idea le surgió mientras trabajaba. José Miguel Tirado Mediavilla, vecino de Baños de Cerrato, perteneciente al municipio palentino de Venta de Baños, «no aguantaba» la marca que le dejaban los cordones de sujeción de las mascarillas.
Dice el segoviano Fernando Fuentenebro que siempre soñó con que «algún día inventaría algo que salvara vidas». Lo que «nunca» se imaginó es que llegaría una pandemia para poder tachar ese objetivo de su lista de 'deseos'.
Alberto Fiz es un conocido empresario salmantino y responsable de prevención de riesgos laborales en la patronal CEOE-Cepyme que tiene, entre sus inquietudes, desarrollar ideas innovadoras para convertirlas en patentes.
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