Ruth González Collantes

«Las consultas no han cambiado, seguimos con los mismos patrones»

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Destaca esta especialista que «la ley no ha modificado la disforia. A una determinada edad, la persona empieza a sentir un problema y lo bueno es que recurre a sus personas de referencia, a su gente que es lo importante. Las consultas no han cambiado, seguimos teniendo los mismos patrones. La conducta humana se repite. La disforia es una forma diferente de ser. En realidad todos tenemos la nuestra. Muchos viven esta realidad en el anonimato en este sentido, cuando logran identificarse, lo que sí es importante es que el nombre se adapte, también en el DNI, a lo que son y sienten, que no haya decalaje», añade. Y, junto a todo este planteamiento, está la cascada de emociones y cambios de la adolescencia. A veces es algo de esta edad más confusa y al madurar se aclaran y se identifican mejor, otras completan la transición. También hay casos en los que se arrepienten».

Esta incongruencia cuerpo y mente «aparece desde muy pequeños y la pubertad y adolescencia son momentos vitales. Los niños a los dos o tres años comienzan ya a identificar su cuerpo y se enfadan si no se les deja ser lo que sienten que son. Cuando son pequeños hay que observarlos y ver cómo evolucionan. Es necesario dotar a estos menores de herramientas ante estos sentimientos y sus expectativas, tienen que aprender a convivir con lo que son y sienten», explica esta especialista en psiquiatría Infanto-Juvenil.

A las familias, esta especialista les recomienda que «muestren respeto porque no es un capricho, hay que darles tiempo y facilitarles que puedan hablarlo y se vayan descubriendo». Es recomendable que el proceso de cambio se haga «de una manera muy acompañada»; ya que debe tenerse en cuenta que en los casos de niños pequeños luego puede haber otra transición y la adolescencia es época de cambios. Hay que ser muy cautos, dejarlos que se vayan observando y cómo cambian con las hormonas y escucharlos. Afortunadamente, socialmente, en los últimos cinco años todo esto ha cambiado mucho. Antes se escondían, lo ocultaban, los pegaban –algo que increíblemente todavía ocurre– y se arrinconaban en la farándula y ahora están en trabajos de todo tipo, se forman, pueden estudiar, tener una profesión y, se los valora. Es importante escuchar y no marginar ni identificar la transexualidad con una ideología de izquierdas, es absurdo. No tiene que ver con las ideas políticas. No todos votan a la izquierda».