«Conocemos lo que se oye en la zona, no se sabe si se recogerá toda la uva»

En su caso, la inversión es relativamente reciente, «el dinero que hemos metido en estas 15 hectáreas es considerable y luego es un cultivo que tiene muchos gastos de riego, abono, trabajos».

Adolfo y sus dos hermanos calculan unos gastos de unos 3.000 euros por hectárea «y eso que nosotros hacemos todos los trabajos que podemos para ahorrar costes, aunque hay veces que no queda más remedio que contratar gente».

Dice que el único trato que mantienen con la bodega es cuando llega la hora de vendimiar y que es el Consejo Regulador «el que viene y te mira la uva a la hora de hacer la poda en verde». En caso de que este año no le recogieran la uva, Adolfo lo tiene claro: «La dejaríamos en la tierra y que se caiga sola».

Lamenta que, como en tantos otros sectores, el productor tenga tan poco poder de negociación, «al final el que marca el precio de la uva es el bodeguero, esto es como en todo».

El rendimiento de la planta va evolucionando con los años, lo mismo que ha ido sucediendo con el precio. «Hemos cobrado la uva a un euro el kilo, a 0,70 euros y el año pasado a 0,60 euros». Hay quien apunta que este año no superará los 0,25 euros y sobre este tema de los precios aclara que «ya el año pasado se decía a estas alturas que la uva iba a estar barata y no iba a pasar de 0,30 euros y al final, se cobró al doble». Habrá que esperar.

Por otra parte, este viticultor puede entender que «las bodegas no quieran llenarse tal y como está la situación» y se muestra confiado en que todavía exista margen para que la cosecha no quede en la tierra.