José Luis Fraile, pastoreando sus ovejas en Cubillo de Ojeda (Palencia). El Norte

El cierre hostelero pone en la cuerda floja a productores de lechazo y tostón

La Consejería de Agricultura media con la distribución para que se promocionen estos productos y adelanta una campaña publicitaria

Silvia G. Rojo

Salamanca

Sábado, 21 de marzo 2020, 08:02

«Esta situación nos tiene pillados y muy preocupados. La realidad es que los que compran los lechazos no tienen pedidos de la hostelería, por lo que no se realizan operaciones y se va a formar un atasco en vísperas de Semana Santa». Así ... de claro resume el presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León, José Luis Fraile, la situación que se le ha planteado al subsector del ovino de carne como consecuencia del coronavirus. La única salida que se le ocurre es «animar a la gente a que consuma este producto, que está a un precio asequible y ahora hay tiempo de cocinarlo, es tan fácil como meter un cuarto al horno con agua y sal», sugiere. Los lechazos sometidos a esta indicación no deben superar los 12 kilos en vivo y en unos 25 días ya están hechos.

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Tanto el lechazo como el tostón se asocian a momentos de reunión y fiesta, y «tradicionalmente el exceso que empieza a darse en esta época la Semana Santa lo absorbe, pero este año se da por perdido». Hay empresas que tienen capacidad para congelar, pero en lo que respecta al ganadero «lo que te llevan, es sin precio».

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, una vez conocida la situación, se puso «en contacto con la distribución para ver las posibilidades de promocionar su venta. No se trata de incidir en el precio, que no podemos y desde luego no es el de la Navidad, sino de que se incida en que es un producto de calidad, y un producto de la región», según explica el máximo responsable de ese departamento de la Junta, Jesús Julio Carnero.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural adelanta además que «en los próximos días se va a poner en marcha una campaña para que el consumidor adquiera conciencia de la importancia de comprar este producto, porque de esa manera está colaborando con los ganaderos de Castilla y León».

Todas las organizaciones agrarias han emitido comunicados a este respecto y desde Asaja también apuestan por el consumo. «Es justo en esta época cuando está más barato, y además siendo de nuestra tierra ofrece las máxima garantías de sabor y calidad», al tiempo que recuerdan que «para los ganaderos, no vender a su tiempo los lechazos supone un coste inasumible de alimentación, y además cuanto más grandes se pagan peor en el mercado». En el caso del tostón o cochinillo la situación «ya está repercutiendo gravemente en las explotaciones ganaderas especializadas, ubicadas principalmente en las provincias de Segovia y Ávila».

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Desde COAG plantean a la Administración dos medidas:«Una sería el almacenamiento, congelando la canal hasta que el tiempo escampe», a pesar de la pérdida de valor; y «otra de las soluciones sería el engorde para la exportación a los países árabes».

UPA, además de hacer un llamamiento al consumo, añade otros sectores, «como el de los huevos camperos o el lácteo, porque ante la ausencia de turismo muchas pequeñas queserías están viendo hundirse sus pedidos».

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UCCL ha pedido a la consejería que inste al ministerio «a poner en marcha de manera urgente la intervención pública en los productos de lechazos, cabritos y cochinillos y esté alerta por si debe ampliarse». Esta posibilidad parece descartada, pues el reglamento europeo solo contempla la intervención en el caso del vacuno de carne.

El cochinillo recurre a la congelación con destino a supermercado y exportación

El pasado mes de noviembre, la Marca de Garantía del Cochinillo de Segovia recibió la autorización para incluir en su reglamento la posibilidad de acogerse a la congelación. «Cuando se incluyó, con los estudios justificativos correspondientes, no era el actual sentido el que se buscaba, sino favorecer la exportación; la cuestión es que lo vamos a tener que utilizar en otra situación y nos va a venir bien porque podremos seguir», manifestó José Ramón Marinero, gerente de Procose, la asociación para la promoción del cochinillo segoviano.

Y es que desde esta marca se están «readaptando» a las nuevas circunstancias. «El canal en fresco está prácticamente cortado, al estar la hostelería cerrada; por eso, mientras dure esta situación, gran parte de los que llegan al matadero van a congelarse etiquetándose como es debido». De media se sacrifican unos 10.000 cochinillos al mes y su capacidad para congelar podría superar las cuatro semanas.

Esas piezas congeladas, en el futuro «siempre irán dirigidas a las grandes superficies y a la exportación. El día que abran los restaurantes van a recibir cochinillo fresco, como hasta ahora».

La Lonja de Segovia continuará sirviendo de referencia de precios, «vamos a intentar poner todos de nuestra parte para que el daño sea el menor». Concluye Marinero que «la producción de cochinillos tiene pocos picos, solo en Navidad, porque la gente repone cerdas de cara al verano, pero no más del 8%». En su opinión «el daño mayor es para la hostelería, para la que se avecinan fechas importantes, con una parte destacada del negocio en Semana Santa y sabemos que no será así«, apunta.

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