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De las 1.970.836 personas que en España han sido vacunadas con la monodosis de Janssen, 95.504 han sido inoculadas en Castilla y León. Todos volverán en breve a recibir una dosis de refuerzo de una fórmula de ARNmensajero tal y ... como decidieron el miércoles los expertos de la Ponencia de Vacunas, que propusieron a la Comisión de Salud Pública que comience cuanto antes la campaña para revacunar a estas personas. Los expertos han comprobado que la profilaxis de los laboratorios de Johnson & Johnson está perdiendo eficacia de forma mucho más rápida que las otras tres marcas comerciales administradas en España (Pfizer, Moderna y AstraZeneca).
Según los estudios presentados por la ponencia a la Comisión, Janssen está mostrando una eficacia frente a las infecciones entre el 15 y el 20% inferior a la que generan los sueros de ARNmensajero (Pfizer y Moderna) (tanto sintomáticas como asintomáticas). Además, esos análisis de Sanidad insisten en que la vacuna monodosis estás perdiendo eficacia de una forma más acelerada que las otras tres profilaxis.
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Tras la petición de la ponencia, la Comisión de Salud Pública, según fuentes de Sanidad, tiene previsto en los próximos días aprobar que los vacunados con Janssen se conviertan en el cuarto colectivo que reciba la dosis de refuerzo, después de que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) haya autorizado los pinchazos de recuerdo a personas inmunodeprimidas y con ciertos trasplantes, usuarios de los centros de mayores y mayores de 70 años.
La ponencia no cree que haya problema para solapar la vacuna de los inoculados de Janssen con los otros grupos pero insiste en su documento remitido a la Comisión en que si hay que priorizar los primeros pinchazos deberían ser los de los residentes en centros de mayores, seis meses después de completar la pauta. Después se aplicaría a las personas mayores de 70 años, también seis meses después del último pinchazo e incluyendo en ese grupo a las que pudieron ser vacunadas con Janssen. Y finalmente, a las personas que fueron inmunizadas con Janssen, que podrán volver a ser inoculadas incluso solo tres meses después de la administración de la monodosis, dada la veloz pérdida de efectividad de Janssen. La Ponencia da por hecho que todas las personas inmunodeprimidas y trasplantadas, que fueron el primer grupo propuesto para la dosis de refuerzo, ya han recibido ese nuevo pinchazo.
La Ponencia de Vacunas también ha fijado las reglas y excepciones para la administración de la dosis de refuerzo de Janssen en el caso de contagiados. Si hay personas que se infectaron, ya sea de forma asintomática o sintomática, antes de recibir la monodosis no será necesario ese pinchazo de refuerzo. No obstante, si la infección tuvo lugar después de la vacunación con Janssen, se administrará la dosis de recuerdo con ARNm al menos tres meses después de haber padecido la infección. También se destinó para colectivos de difícil localización para administrar una segunda dosis como inmigrantes 'sin papeles', 'sin techo', trabajadores del mar o cooperantes en el extranjero.
Por otro lado, los expertos han recordado que el propio laboratorio ya ha reconocido la posibilidad de tener que inocular una segunda dosis de su compuesto a los ocho meses del pinchazo inicial para mantener la efectividad del compuesto. Sea como fuere, en Sanidad también han tenido muy presentes los informes del Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico (SAGE) de la OMS que zanjaron que la vacuna Ad26.CoV2.S de Janssen, según sus ensayos clínicos, solo protege contra la infección sintomática de moderada a grave por el SARS-CoV-2 con una eficacia del 66,9%. Un escape vacunal «excesivo» -subrayaron desde la Ponencia- y que supone hasta cierta discriminación con el resto de la población.
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En Sanidad hace meses que los expertos vienen analizando «evidencias de escape vacunal» con Janssen, sobre todo en las cárceles, donde la práctica totalidad de los internos fueron inmunizados con la monodosis. Baste recordar los dos primeros brotes penitenciarios que tuvieron lugar el pasado julio en el centro valenciano de Picassent con cerca de un centenar de casos de internos contagiados en sendos módulos de preventivos y de cumplimiento.
Otro foco carcelario importante que Sanidad relaciona con la baja efectividad de la vacuna monodosis fue en agosto con decenas de positivos entre los reclusos de la prisión de Las Palmas II, en Gran Canaria, donde el 90% de los presos había sido inoculado con la profilaxis de Johnson & Johnson, que no evitó una crisis sanitaria.
En Castilla y León 95.504 personas recibieron la monodosis de Janssen por las 102.200 entregadas por el Ministerio de Senidad. Con la fórmula de Jhonson & Jhoson se inoculó, sobre todo, a personas que vivien en el medio rural y a presos y personas sin hogar. Cuando estos grupos estuvieron cubiertos los viales fueron dirigidos a aquellas personas entre 40 y 60 años.
En esos grupos de edad las cifras que ofrece la Junta son 33.111 personas de 40 a 49 años y 36.306 en el tramo de 50 a 59. El desglose de datos es claro. Por sexos, se vacunaron con Jansen a 52.786 frente a 42.718 (para embarazas y madres lactantes usaron Pfizer)
De los datos que se recogen en el portal de comunicación de la Junta sobre las vacunas destaca que se ha inculado a una niña de 0 a 11 con Janssen. También a 128 hombres y 54 mujeres de 12 a 19 años. A partir de esa edad las dosis crecen: de 20 a 29 años son 2321 personas vacunadas por las 2.424 de 30 a 39. De 40 a 59 años se encuentran la mayoría de los vacunados con Janssen en Castilla y León: 69.714.
En el resto de los tramos destaca que 57 personas mayores de 89 años han sido inoculados con el compuesto de Jhonson & Jhonson.
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