Secciones
Servicios
Destacamos
La lucha contra la segregación escolar en Castilla y León vive una extraña paradoja contra la que parece que, por fin, la comunidad educativa y las Administraciones parecen dispuestas a luchar juntas. Es, junto a Cataluña, pionera en España en la creación de planes ... en favor de la equidad educativa.
Sin embargo, el reto no deja de crecer. «Es una verdad incómoda», concluye una reciente resolución del Procurador del Común en la que insta a la Junta a que «ponga en marcha una estrategia dirigida a la efectiva eliminación de la segregación escolar».
En realidad es una cita prestada de 'Segregación escolar en España', el último libro del anterior consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey. El también catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid impulsó en su etapa de político el 'Programa 2030' en pro de la «educación inclusiva».
En la anterior legislatura se incluyó a 25 centros de la región marcados por el peligro de que la alta concentración de minorías étnicas e inmigrantes (por encima del 30% del total de matrículas) los convirtiera en guetos.
Fernando Rey encargó una 'radiografía' de la situación. Ahora en su libro admite que «la administración educativa ha estimado que hay más de 100 centros potenciales de este tipo». Y en ellos conviven unos 5.000 alumnos, según las fuentes consultadas. «Son datos muy duros que nadie quiere admitir, lo que hace que se invisibilice el problema», advierte Rey.
Y es una cifra muy superior a los 31 centros (29 públicos y dos concertados) de «alta complejidad socioeducativa» que su sucesora, Rocío Lucas, reconoció ante las Cortes regionales. También dista de otros parámetros que manejan en Educación, como el estudio TIMSS que sitúa a Castilla y León como la región de Europa «con el menor porcentaje de centros en los que se concentra alumnado de origen socieconómico desfavorecido, un 5%». O el siempre recurrente informe PISA que, en 2018, ubicó a la región entre las tres españolas con menos segregación.
En todo caso, el monográfico del Procurador del Común, Tomás Quintana, ha marcado un antes y un después. En él lamenta que ese Programa 2030 no tenga «una estrategia global más ambiciosa». Y considera que ese 30% de alumnos vulnerables «no es el único que determina si hay segregación escolar». En esa línea, Fernando Rey reclama en su estudio que «los datos oficiales tienen que tener un enfoque étnico».
En los últimos días, se suceden las iniciativas desde las plataformas que luchan contra la exclusión y el fracaso escolar. Y la Consejería de Educación ha iniciado una fase de consultas con todos los que tienen algo que aportar en la mejora de la calidad educativa.
Hay algo en lo que todos coinciden. Con la segregación escolar no hay soluciones fáciles. «No lograremos nada sin un enfoque global que incluya al colegio, los entes de cada barrio y las familias. Pero nadie tenemos la solución ideal», admite el portavoz de la Plataforma Social de Valladolid, Jorge Félix Alonso. Este colectivo también reclamó por escrito a la Junta que aproveche la nueva ley educativa (la LOMLOE de la ministra Isabel Celaá) para «poner fin a la segregación escolar».
El principal punto de fricción es la aplicación por la Junta del distrito único. Incluso adelantó los plazos de matrícula del presente curso para darle 'esquinazo' al Gobierno central en la aplicación inicial de la LOMLOE, que borra este esquema de libre elección para los padres.
Más noticias sobre educación
En contra de este modelo se sitúan el resto de actores educativos de la comunidad. «La libertad de elegir se acaba cuando no se puede ejercer por falta de oportunidades», avisa la concejala de Educación del Ayuntamiento de Valladolid, Victoria Soto. El último pleno de la capital aprobó una moción que propone una primera piedra contra la segregación: la creación de 'áreas de influencia' para «favorecer la inclusión social y evite la concentración de alumnado en desventaja económica».
Lo dice con el valor de la experiencia de una ciudad como Valladolid en la que, todo el que conoce su 'arquitectura' educativa, es capaz de recitar de corrido los al menos nueve colegios e institutos que ya son guetos. O casi. «Lugares en los que todo el mundo está cómodo con el 'status quo', tanto los padres de los niños que van, como las familias que los evitan», reflexiona Fernando Rey.
Colegios como el Giner de los Ríos, con apenas tres matrículas solicitadas para el próximo curso, y que parece condenado a la desaparición. Enfrente, Cristo Rey, Nuestra Señora de la Consolación o Alonso Berruguete, tienen más solicitudes que vacantes para nuevos escolares.
Pero en Valladolid hay experiencias para revertir este reto que están dando frutos. En el barrio de Pajarillos (junto a su 'satélite' de familias gitanas de Las Viudas) se concentra una de las bolsas de más riesgo de fracaso escolar.
En este área hay 10 centros educativos (dos de Infantil, cinco de Primaria y tres institutos). Y sus responsables maduran día a día su proyecto Pajarillos Educa. De entrada, huyen de los conflictos políticos. «Hay que dejar el debate del distrito único porque eso lo bloquea todo», avanza el profesor del Instituto Galileo y coordinador de Pajarillos Educa, Javier Alonso.
Desde estos colegios han acuñado su propia terminología y hablan de «distritos de innovación social y educativa. Implicamos a gestores de Empleo, Servicios Sociales, Familia de forma transversal», resume el director del colegio Cristóbal Colón, Alberto Rodríguez 'Bertoni'.
Se trata de una red invisible que solo pide que «no nos pongan trabas». La Consejería de Educación insiste en que «la equidad del sistema educativo es una prioridad» y que se compromete a favorecerlo con «medidas compensatorias y refuerzos a aquellos centros en los que se concentra mayor número de alumnos vulnerables».
Pero, como recuerda la directora de la Federación del Secretariado Gitano de Castilla y León, «la segregación residencial influye en la segregación educativa. Y estamos hablando de un 64% de abandono escolar temprano entre la comunidad gitana».
En Pajarillos Educa manejan conceptos como flexibilización curricular, formación de familias, más orientadores, mediación con las familias. Todo para intentar revertir la inercia de aulas dominadas por una sola etnia (gitana) o, como mucho, acompañada de una 'ONU' de nacionalidades.
«En lugar de que nos dejen trabajar con el fracaso –reclama Javier Alonso, del Galileo–, luchamos por mejorar la educación Primaria para que no nos llegue a nosotros el problema posterior». Es decir, niños que han 'vegetado' por la educación obligatoria desde los 11 años y, «cuando llegan al instituto con 16 ya es tarde».
Programas como el de reescolarizar a las 'niñas mamá' o de bicicletas del Cristóbal Colón. O los de música del Allúe Morer, son las bases de esos distritos de innovación que «queremos conectar con Empleo y Servicios Sociales para acabar con el enorme fracaso escolar del barrio», dice esperanzado 'Bertoni'. Más de 120 niños de este barrio participan en actividades de cine, deporte. Todo para romper el 'muro invisible' del riesgo de gueto.
La Junta se ha comprometido a escuchar a todos estos colectivos y analizar sus propuestas. Antes de dar una respuesta (tiene un plazo de dos meses) al Procurador del Común en su demanda de «hacer compatible la libre elección con una distribución equitativa de los alumnos en vulnerabilidad socioeducativa».
Desde distintos frentes se advierte de que la segración «ya no es patrimonio de la pública y están llegando a los colegios concertados», pronostica Mar Fresno del Secretariado Gitano.
Fernando Rey, quizás el principal estudioso de la materia en la región, advierte de que está en juego «el riesgo de una sociedad segregada durante generaciones».
La segregación urbanística, cultural, étnica y, por último, escolar, se repite de forma clonada en casi todas las capitales de Castilla y León. En todas ellas hay áreas de aluvión, alejadas del centro urbano y poco conectadas con la realidad exterior a los muros del barrio.
Caldo de cultivo de la exclusión. La lista de colegios incluidos en las primeras acciones del Programa 2030 de la Junta permite ubicarlos de manera fácil. La Armunia (León), Gamonal (Burgos), Buenos Aires (Salamanca), Barrio del Cristo (Palencia)...
Para estas y otras áreas se avanza en la creación de una comisión de estudio de la realidad educativa en las Cortes regionales previa a algún tipo de Plan Estratégico. Además se contaría con la ayuda de las cuatro universidades públicas de la comunidad (Valladolid, León, Salamanca y Burgos) para elaborar diagnósticos de la realidad escolar.
A todos ellos, desde iniciativas como Pajarillos Educa «les ofrecemos nuestro proyecto para que se aplique. Pero hay que asumir que, o sumamos todos o esto no funciona. Solo es un primer paso», resume uno de los coordinadores de la iniciativa educativa de Pajarillos, Alberto Rodríguez 'Bertoni'.
Un primer paso que debe ir acompañado de una asunción de la realidad, lejos de las edulcoradas estadísticas oficiales. «Nos siguen colocando informes que dicen que la educación en la región va bien. Y no es cierto. Ahora parece que se asume y por fin podemos empezar a entendernos entre todos», espera su compañero Javier Alonso.
A este contexto se añade un nuevo enemigo: el sempiterno coronavirus. La pandemia ha agudizado estos riesgos de exclusión, con niños que «llevan un año sin ir de forma regular a clase. ¿Qué va a pasar con ellos el próximo curso?», se cuestiona Alonso.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.