Vagabundo durmiendo en un soportal para protegerse del frío en Salamanca. M- LAYA

Castilla y León registra en un año un centenar de muertes atribuibles al frío

El exceso de mortalidad por todas las causas, principalmente por covid, es de 13.682 defunciones desde 2020

Ana Santiago

Valladolid

Jueves, 19 de enero 2023, 00:06

La pandemia no parece justificar por sí sola el exceso de mortalidad que registra Castilla y León desde 2020, particularmente en el ejercicio cerrado, que dispara considerablemente todas las alertas y, en especial, las defunciones atribuibles a las temperaturas. En los últimos tres años, más ... de un millar de muertes son, presumiblemente según los informes MoMo, por frío o calor. El año 2022 fue especialmente grave en Castilla y León en este sentido, dado que se dispararon los fallecimientos por esta causa. Fueron 715 las muertes evitables atribuidas a la temperatura, según el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo )del Instituto Carlos III de Salud en 2022. De ellas, 579 se registraron durante el verano y las 136 restantes en los meses más fríos del año. En España, tal y como apuntan los informes MoMo, la diferencia entre mortalidad observada (465.794 fallecimientos) y la esperada (431.831) fue de 34.143 muertes en el conjunto del país, lo que significa un exceso de óbitos del 7,9% frente a las esperadas.

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Esta diferencia refleja un incremento de la mortalidad mayor aún del experimentado en 2021, que se cifró en el 6,9%. Desde el 1 de enero de 2020, MoMo ha identificado en Castilla y León 13.682 excesos de defunciones por todas las causas y 1.292 fallecimientos atribuibles a la temperatura. De ellos, 31.795, segunda cifra más alta tras 2020 con 36.641, en 2022 sobre unas muertes esperadas de 28.386 casos, es decir, el exceso estimado es de 3.409 por todas las causas y de las citadas 715 por frío o calor. Los datos son extrañamente altos en un año en el que el coronavirus ya no justifica, como en 2020, elevados datos de mortalidad y tampoco hubo unas extenuantes olas de calor o temporales de bajas temperaturas que lo justifiquen. Este sistema de vigilancia no detalla las causas exactas, raramente se registra como razón de muerte el golpe de calor o la hipotermia; pero sí una descompensación metabólica, insuficiencia renal, cardíaca, respiratoria o un fallo multiorgánico... sobre todo en los más mayores.

Y en este mes de enero, de las 76 muertes no esperables, dos ya se deben al frío.

El sistema de monitorización fue desarrollado en 2004, en el marco del 'Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas', coordinado por el Ministerio de Sanidad, para reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia de las drásticas subidas o descensos del termómetro.

Más sobre temperaturas

Este programa recoge varias actuaciones preventivas por las bajas temperaturas. El frío intenso afecta negativamente a la salud, tanto de forma directa como indirecta. Solo en los casos más extremos, la exposición a muy bajas temperaturas conduce a cuadros de hipotermia y de congelación, que suponen solo una pequeña proporción del total de la morbimortalidad asociada al frío extremo.

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Las bajas temperaturas también debilitan la respuesta defensiva del organismo y parte de la etiología del exceso de morbimortalidad asociada al frío es de naturaleza infecciosa, principalmente por agentes como el virus de la gripe o el neumococo.

El frío provoca una gran carga de estrés al cuerpo que puede provocar descompensaciones orgánicas

Con mayor frecuencia el frío conduce a un sobre estrés del organismo que puede dar lugar a una descompensación orgánica que agrava enfermedades crónicas en población vulnerable. «Aunque este fenómeno se puede observar a partir de los indicadores de morbimortalidad por todas las causas, merece especial mención su efecto sobre las patologías de tipo cardiaco y respiratorio», destaca el plan nacional al respecto. Asimismo, las olas de frío pueden aumentar la incidencia de otras complicaciones de salud como, por ejemplo, los diagnósticos por depresión o ansiedad y esquizofrenia o complicaciones durante la gestación.

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Por otro lado, también favorece los accidentes de tráfico y las caídas por placas de hielo o los incendios e intoxicaciones por monóxido de carbono a partir de estufas de gas, braseros y similares.

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