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Han pasado 62 días desde que se levantó el estado de alarma por la covid pero en Castilla y León la incidencia de la enfermedad, lejos de estancarse, se mantiene en progresión creciente. Los indicadores empiezan a oler a fase 2 si la ... comunidad no consigue reducir lo antes posible el centenar de contagios diarios de media que están detectando las PCR desde el 31 de julio, con picos los fines de semana que se acercan a los 600 de los meses críticos de marzo y abril, cuando se estaba en pleno confinamiento general.
Panorama de la covid en gráficos
La cifra más inquietante, 3.132 casos activos solo en los últimos 14 días, la aportó la consejera, Verónica Casado, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, que compartió con el portavoz de la Junta, Francisco Igea. Y aunque aseguró que en la comunidad «seguimos contenidos respecto de otras» autonomías, reconoció que el coronavirus en Castilla y León –por más que ella se resista a hablar de «segunda ola» y utilice el eufemismo de «segunda fase de la primera ola»–, está jugando peligrosamente al filo de la transmisión comunitaria en unas ochenta zonas básicas de salud de todo el territorio. No está libre de covid ni una sola provincia. Incluso Zamora, que el pasado miércoles registraba tan solo un caso confirmado nuevo por PCR, ayer saltó a los 30 positivos. Y Soria, una de las provincias con la que la covid se cebó al principio de la pandemia y en los últimos meses había conseguido estabilizar las ratios, ha pasado en un solo día de 4 a 21 pruebas positivas. Aunque no es ahora la que más preocupa a la Junta, sino la mayor incidencia de casos por cada 10.000 tarjetas sanitarias de zonas como Sacramenia y Cantalejo, en Segovia, Aranda y Belorado, en Burgos, o Cervera de Pisuerga y Frómista, en Palencia, además de barrios de Valladolid, Burgos y Salamanca donde «no parece que a esta hora haya una nueva transmisión comunitaria, pero estamos atentos», precisó la titular de Sanidad, en alusión a la cambiante estadistica de los rebrotes.
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Castilla y León anotó ayer 392 nuevos positivos de Covid-19, con lo que el acumulado desde que se tienen registros alcanza los 31.252 casos (24.815 confirmados por pruebas diagnósticas PCR). Son un centenar más de casos que los notificados en la jornada del miércoles, con Burgos, Valladolid y Salamanca en cabeza de los contagios. También crecen los brotes activos: se suman diez más, así que hay 176 focos de contagio en todo el territorio autonómico, si bien el número de personas afectadas baja a 881, pues salen de la lista 27 casos vinculados que habrían superado la cuarentena.
La cadencia de contagios sigue aumentando cada siete o diez días, y por ello Casado ha insistido en pedir «la ayuda de todos» para frenar la expansión. «Seguimos en alerta sanitaria y es muy alta la posibilidad de contagiarse». Apeló también a la responsabilidad de las personas cuya PCR es positiva para que guarden cuarentena y les recordó que «si hay alguna que se salta el aislamiento domiciliario es un delito contra la salud pública».
En el último parte de la Junta, y por primera vez desde el 15 de agosto, se consignan fallecidos. Son dos defunciones ocurridas en en hospitales de Burgos y Salamanca y ninguno de ellos eran usuarios de residencias de ancianos. Una veintena de pacientes recibieron el alta hospitalaria pero sigue el goteo de ingresos en planta de enfermos de covid (son 169, nueve más) y los críticos en las UCI han pasado de diez a doce. La edad media de los contagiados fuera está entre los 40 y 60 años, mientras que las personas ingresadas en planta y UCI tienen una media de entre 66 y 68 años, precisó la consejera. Casado se refirió a la reunión del Consejo Interterritorial de Salud mantenida en la tarde del pasado miércoles en la que todos los consejeros se mostraron preocupados, «porque la evolución no va bien a nivel nacional», aunque el escenario no es exactamente el mismo que en primavera «porque ahora detectamos más, tenemos más medios, controlamos más y los contagios son más jóvenes». Pero insistió en que urge rebajar las ratios porque «cuando lo veo progresar y recuerdo la experiencia dramática de marzo y abril, me da mucho miedo, porque tenemos mucha población muy débil, muy mayor». Y continuó: «Me preocupa que no estabilicemos. La curva no tiene que ver con la inicial, es muy lenta, pero muy progresiva. Y ves lo que está pasando en comunidades como Madrid, País Vasco y Aragón y no tenemos porqué pensar que la pandemia nos va a respetar más que a los demás».
La noticia esperanzadora de la rueda de prensa fue que los vecinos de Aranda salen del confinamiento y la Junta no pedirá más prórrogas, aunque no da los brotes por extinguidos y mantendrá el foco sobre la ciudad burgalesa, que ha consieguido reducir los casos a la mitad.
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