![Castilla y León, segunda comunidad que más reduce el absentismo laboral](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/29/media/cortadas/TORNO-kEo-U1705780454183aG-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Las horas perdidas por absentismo laboral por persona y año han pasado en Castilla y León de 101 en 2020 a 93 de 2021 (a nivel nacional se ha pasado de 108 a 106), lo que supone la mayor reducción tras la registrada en Baleares. ... La tasa de absentismo se sitúa así en el 5,9%, que e 0,7 puntos porcentuales inferior a la del conjunto de España (6,6%), según el XI Informe Adecco sobre empresa saludable y gestión del absentismo.
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Ángel Blanco Escalona
Los autores admiten que no es posible cuantificar de forma exacta a cuánto asciende el absentismo y que al no existir un registro oficial es necesario realizar estimaciones sobre bases de datos como la Encuesta Trimestral del Coste Laboral que elabora el INE.
En Castilla y León, al igual que en todas las autonomías, hubo una tendencia ascendente en las horas no trabajadas por absentismo entre 2000 y 2019 (con la única excepción de Cantabria). La tasa de la comunidad alcanzó su máximo en 2020 como consecuencia de la llegada de la pandemia. Desde el 6,6% marcado en dicho ejercicio (7,1% en todo el país), el descenso es de 0,7 puntos, solo mejorado por los más de 4 puntos de descenso en el archipiélago balear.
«La entrada en escena de la pandemia tuvo un impacto dispar sobre el absentismo de las distintas regiones y en 2020 hubo desde incrementos de más de 9 horas anuales en cuatro autonomías (Baleares, Cataluña, Andalucía y Canarias) hasta recortes en el absentismo de esa misma magnitud en otras cuatro comunidades (País Vasco, Aragón, Galicia y Murcia)», explican desde Adecco.
«La paulatina normalización de 2021 también incidió de forma diversa en el absentismo a nivel autonómico: mientras ocho comunidades exhibieron descensos en las horas perdidas por absentismo, las restantes siete mostraron incrementos». Así, Baleares presenta una reducción de 34 horas anuales por trabajador y por detrás figuran Castilla y León, con 7 horas y media menos y Canarias, con una caída de 6 horas/año). En la situación contraria se destacó La Rioja, donde hubo un crecimiento de 14 horas perdidas por absentismo.
El estudio de la empresa de recursos humanos y trabajo temporal explica que en estos últimos años «hemos vivido un contexto atípico debido a la covid-19» y que «la pandemia derivó en un aumento de las horas de trabajo perdidas por Incapacidad Temporal (enfermedad común o accidente no laboral), así como por otros conceptos, tales como permisos (por ejemplo, por la necesidad de cuidar familiares enfermos) u horas perdidas en el lugar de trabajo (faltas de suministros).
El informe aborda el absentismo entendido como la «abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación» y para su elaboración se ha utilizado información desagregada del tiempo de trabajo, que permite calcular las horas pactadas efectivas mensuales, un concepto que surge de sumar las horas pactadas (en convenios colectivos o contratos de trabajo) con las horas extraordinarias que se hubieran realizado. A ese total se le restan las horas no trabajadas por vacaciones y días festivos, y las horas no trabajadas por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). El resultado son las horas pactadas efectivas.
«Además de las horas de trabajo por vacaciones y días festivos y por ERTE, hay muchos otros motivos que provocan pérdidas ocasionales y que sí se consideran absentismo. El más importante de esos motivos es el de la Incapacidad Temporal (enfermedad común). El absentismo es el conjunto de horas no trabajadas por motivos ocasionales».
Aunque las faltas al trabajo injustificadas son una parte del absentismo, «no son la porción más importante», ya que «también se incluyen, por ejemplo, las horas no trabajadas por maternidad, por permisos remunerados y por conflictividad laboral».
En su estudio sobre el absentismo, Adecco ha encuestado a empresas y trabajadores para conocer su percepción sobre aspectos como el trabajo en remoto, el presentismo y nuevo tecnopresentismo, y la nueva incapacidad temporal por menstruación dolorosa. «Cuando se les pregunta por la experiencia de teletrabajo postpandemia, desde la óptica de la productividad, las opiniones parecen «polarizarse»: el 41% de los encuestados tiene una visión positiva (26%) o muy positiva (15%) hacia el teletrabajo, frente al 11% que tienen una visión negativa. Al preguntar a las empresas por la intención de mantener y/o implementar el teletrabajo tras la pandemia, el 45% de los encuestados una vez superada la crisis no lo prevé. El 29% que tiene intención de aplicarlo sólo es para casos puntuales.
El 41% de las empresas ha optado por un día de teletrabajo a la semana, el 27% tiene dos días y el 16% ha optado por 4-5 días a la semana. Otro 16% se queda con tres días por semana de teletrabajo. En relación con el «presentismo» y el nuevo «tecno-presentismo» (ineficiente cumplimiento del horario de trabajo y el abuso del uso de Internet y/o correo electrónico para asuntos personales, retrasos sobre el horario establecido, alargamiento de los tiempos de ausencias breves y repetitivas por tabaquismo, cafés, desayunos, almuerzos, u otras tareas domésticas), el 67% de los encuestados consideran que no hay ninguna incidencia o que no existe forma de detectar estas prácticas.
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