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«Participaremos en todas las concentraciones y manifestaciones, programadas o espontáneas», decía Carlos Menéndez, portavoz de Vox en las cortes de Castilla y León, ... antes de entrar al Pleno y ponerse en pie, junto a sus compañeros, para exhibir unos cartelones con el 'No a la amnistía' y un 'Sí al Estado de derecho'. Obviaba que de espontáneas tienen poco. Tras ellas hay organizaciones como Revuelta, que están ligadas a Vox y que las programan y las difunden por canales de Telegram y por redes sociales que repican los militantes y cargos del partido.
Juan García-Gallardo salió en la foto de Santiago Abascal, a las 13:30 horas, después de participar en una de esas concentraciones, la de Ferraz, el lunes por la noche, para regresar a tiempo de participar en el Pleno. No fue el único manifestante con esa dualidad ciudadano-alto cargo. En Valladolid se presentaban Mariano Veganzones, consejero de Industria, y Pablo Sáez (diputado en el Congreso). Hacia García-Gallardo eran dos de las preguntas dirigidas a Alfonso Fernández Mañueco, la de Luis Tudanca (PSOE) y la de Pablo Fernández (Unidas Podemos), relacionadas con sus declaraciones contra la inmigración. Declaraciones que hizo el pasado día 25 de octubre, miércoles. Hace 13 días. En la política actual, un abismo temporal. Así que lo primero que hizo el presidente de la Junta fue un inciso. Un aparte para matizar, de nuevo, que una cosa es Vox y otra la Junta y, como añadió después, «la dirección política de la Junta» la tiene él, como presidente. «Entiendo la indignación de la gente, pero rechazo cualquier tipo de hostigamiento al adversario político pasado, presente y futuro. Sé de lo que hablo porque yo lo he sufrido».
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Frase que no satisfizo a Luis Tudanca. El PSOE de Castilla y León había enviado a mediodía una nota de prensa en la que «exigía» al PP, a su presidente autonómico y a los nueve provinciales, que condenaran «los ataques que han sufrido ayer -por el lunes- las sedes del partido socialista». Añadieron que Mañueco debía desautorizar a su vicepresidente, Juan García-Gallardo, «ante los insultos personales y llamadas al odio, a la violencia y a los altercados contra el PSOE y sus dirigentes». Tudanca llegó a decir en su réplica que se habían vivido casos de «acoso a hijos e hijas de cargos socialistas». Algo que, según parece, está ya denunciado ante las autoridades. Y el PSOE recordó que, pese a ese intento de Mañueco por reducir la carga, que no la protesta, al menos un alcalde del PP, el de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, había convocado una concentración frente a la sede del PSOE en la localidad.
Esa nota discordante con el discurso del PP nacional no descentró a Alfonso Fernández Mañueco, que sigue la línea marcada por Génova. El objetivo es conquistar la calle, liderar la protesta. Y la dificultad está en el modo de conseguirlo frente a un socio que tira por elevación. Santiago Abascal, en su comparecencia, llamó a la Policía a desobedecer «órdenes ilegales», por ejemplo. Habló reiteradamente de «golpe», terminología que el PP trata de eludir a pesar de que al presidente de Aragón, Jorge Azcón (PP), se le ocurriera comparar la negociación actual del PSOE con los partidos independentistas con el 23-F. Y envía a sus líderes -Gallardo, Veganzones, Garriga, el propio Abascal- tras las pancartas más ruidosas.
Borja Sémper, en el programa 'Espejo público', repitió una y otra vez el concepto «manifestación serena, contundente y ordenada». Una llamada a una movilización masiva pero sin rodear sedes. Otro modelo. «Nosotros defendemos la libertad de manifestación, que la manifestación sea serena, contundente, ordenada, es lo más eficaz para responder de manera democrática al atropello que está impulsando el Gobierno», dijo. «Estamos convocando a concentraciones cívicas, ordenadas», repitió. «La indignación debe ser indignación serena. Vamos a poner toda nuestra fuerza política en las instituciones. Y nos vamos a sumar a la sociedad civil que convoque manifestaciones ordenadas, serenas y contundentes», por si quedaban dudas.
En la concentración programada por el PP «en todas las capitales de provincia» este próximo domingo, 12 de noviembre, a las 12 del mediodía, estará presente Vox, según confirmó Carlos Menéndez. El PP, mientras, ha anunciado que acudirán a esta y «a las que se convoquen desde la sociedad civil». Ahí entra la convocatoria de una serie de organizaciones para manifestarse el próximo día 18 de noviembre en Madrid.
Y en ese calendario de movilización continua, una duda: ¿en qué momento se producirá la sesión de investidura de Pedro Sánchez? Y anexa a ella, esta otra: ¿serviría para aplacar la movilización que no cesa?
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