Castilla y León cerrará 2023 como el año con más obra pública desde 2011

«Todo el año ha ido muy bien, por encima de unas expectativas que ya eran buenas, y mejor que 2022, que ya fue un 20% mejor que el año anterior», explica Enrique Pascual, presidente de los contratistas de la comunidad, quien avanza que, «hasta noviembre ya podemos hablar de 2.240 millones licitados y, con los anunciados para diciembre, se llegará o incluso superarán los 2.500 millones».

La Administración central representa el 47% del total licitado hasta octubre, según la información facilitada por la Cámara de Contratistas de Castilla y León. Abrió obras por valor de 935 millones de euros, con una variación positiva del 322,4% sobre el mismo periodo de 2022. La Administración regional, que concentra el 32% del total, ha dado comienzo obras por valor de 649 millones, con un incremento interanual del 2,6%. En cuanto a la Administración local, responsable del 21% del total licitado con 413 millones, presenta un crecimiento en su importe del 20,8%.

«Se están notando los fondos europeos y esperemos que, cuando se acaben, el nivel inversor no decaiga porque Castilla y León necesita la inyección de 2.800 millones anuales de forma sostenida en el tiempo para seguir equiparándonos a las regiones de la UE», advierte Pascual, quien llama la atención sobre el que quizás sea el principal problema del sector constructor en este momento: «La falta de mano de obra es un problemón. Se podría hacer más obra pública y también privada (que supone dos tercios del total) pero hay dificultades para ejecutarla porque los jóvenes no quieren trabajar en el sector pese a que se paga por encima de los convenios y los extranjeros, que van llegando, lo hacen con cuentagotas por las limitaciones regulatorias».

Al comienzo del año y sobre la base de lo publicado en los presupuestos oficiales y lo sucedido en ejercicios anteriores, los contratistas de la comunidad realizaron unas previsiones. Esperaban obra nueva por valor de 2.322 millones de euros, de los que calculaban que se licitarían 1.890 millones. Preveían unas adjudicaciones por 1.244 millones, lo que les hacía pensar en un indicador de cumplimiento (adjudicado sobre lo previsto en las cuentas públicas) del 54%. Finalmente este porcentaje será bastante mayor. Incluso del 100%.

No se veía en Castilla y León un volumen de licitación como el del presente año desde 2011, cuando el total ascendió a 2.229 millones. A partir de entonces la crisis mostró su peor cara y vino un desplome y una montaña rusa que hizo que en 2012 la cifra cayera a 558 millones. Desde entonces, solo se superaron los mil millones en 2014, 2019 y en los dos pasados ejercicios.

«Hemos dejado atrás el problema que tuvimos con los precios de las materias primas -señala el presidente de los empresarios contratistas- y los nuevos contratos ya se redactan actualizados con los costes actuales». Pero advierte de que «se mantiene latente la falta de compensación por las pérdidas que han sufrido las empresas en los dos años pasados, en los que a las cerca de 350 contratistas del Estado se les adeudan unos 200 millones por los sobrecostes asumidos».

En este momento hay en diferentes estados de avance más de 3.000 obras públicas en la comunidad, entre edificaciones y obra civil. El mayor número, al ser más pequeñas y de menor cuantía, corresponde a los ayuntamientos y diputaciones (1.638 hasta octubre), seguidas de la Junta (881) y la Administración central (365), que al encargarse de carreteras y trazados ferroviarios concentra la mayor inversión, con esos 935 millones de euros. Para edificaciones hay abiertos procedimientos por valor de 780,1 millones, el 86,2% más; y para obra civil, proyectos de 1.217,30 millones, con un incremento anual del 56,7%.

Uno de los problemas que se derivan de la escasez de mano de obra es un incremento significativo de las obras que quedan desiertas. No son muchas, pero sí bastantes más de las que suele ser habitual. «Al haber más obras que capacidad para hacerlas, tenemos en Castilla y León en torno a 165 obras por valor de 47,2 millones sin adjudicatario -señala Pascual-. Suponen algo más del 5% del total cuando en un año normal quedan desiertas en torno al 1%».

Por provincias, la cuantía licitada más abultada corresponde a Burgos, con 438,2 millones de euros, el 141,8% más que en el mismo periodo de 2022. Le siguen Palencia, cuyos 353 millones son además los que registran mayor incremento respecto a un año antes, del 458,9%. A continuación figuran León, con 266,4 millones y un retroceso anual del 7,7%; y Valladolid, con 249,3 millones, el 33,9% más.

«Las obras públicas son necesarias no solo por la rentabilidad económica que tienen para el país, sino por su función social, de la que se benefician las personas», defiende. Se resumiría en algo así como que carreteras y hospitales dan trabajo y también mejoran la vida de la gente. Es por ello que Pascual hace un alegato sobre la importancia de un sector constructor fuerte, más de lo que lo es ahora.

«En Castilla y León llegamos a ser 15.000 empresas y ahora somos 9.000. El sector llegó a tener más de 130.000 trabajadores y nos hemos pasado casi una década con 65.000, justo la mitad. Solo en el último año hemos conseguido ganar unos 5.000, casi todos extranjeros, porque no encontramos jóvenes de aquí. Y eso que hoy en día estamos hablando de una actividad muy profesionalizada, llena de especialidades y bien pagada que sin duda tiene atractivo también para los españoles».