Una mujer observa los contadores de la luz eléctrica de un edificio de viviendas. enrique del río

Los cambios de compañía eléctrica alcanzan máximos en Castilla y León en plena escalada de los precios

El coste récord de la luz coincide con un repunte en el número de hogares de la comunidad que sufren dificultades para pagar sus recibos

Domingo, 29 de agosto 2021, 08:16

El precio de la electricidad lleva semanas instalado en niveles nunca vistos en el mercado mayorista, con los 117,29 euros/MWh del 13 de agosto como récord histórico provisional. Este contratiempo en el camino de la recuperación, que ha obligado al Gobierno a « ... estudiar todas las opciones» para abaratar el recibo –ya ha rebajado el IVA y aplicado una moratoria al impuesto a la generación–, se produce con el consumo de los hogares de Castilla y León ya en niveles superiores a los del confinamiento y cuando la parte de la población que sufre dificultades para costear la factura de la luz roza máximos.

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La escalada de precios llega, por otro lado, en un momento en que los consumidores de la comunidad muestran cada vez más soltura a la hora de cambiarse de suministrador. Hasta 157.832 clientes (dentro de un total de 2,05 millones) dejaron su compañía eléctrica para pasarse a otra en los nueve primeros meses de 2020, lo que supone un incremento del 21,1% con respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos facilitados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

La tasa de cambio de comercializador, o 'switching', sirve para comprobar el nivel de competencia en los mercados minoristas de electricidad y gas. En el caso español, durante el tercer trimestre de 2020, la evolución de esta tasa fue al alza, lo que la CNMC invita a valorar «conjuntamente con otros indicadores relacionados con la estructura y el grado de satisfacción de los consumidores».

«No se puede descartar que, en ausencia de cambios estructurales y de variaciones significativas entre precios ofertados para los servicios básicos de electricidad y gas natural, una elevada tasa de 'switching' pueda estar asociada, en parte, con un elevado grado de descontento de los consumidores» explica la autoridad, que no obstante admite que «en el panel de hogares de la CNMC del primer semestre 2020, se aprecia una mejoría en el nivel de satisfacción global con los servicios del sector eléctrico».

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Tendencias de mercado

El año 2019 el mercado eléctrico registró en Castilla y León una tasa de cambio de comercializadora del 8,7%, inferior al 10,2% del conjunto del país. En ese año, Albacete (12,8%) y Granada (12,7%) presentaron las mayores tasas del país; mientras que, en el extremo opuesto se situaron Orense (5,5%) y Zamora (7,4%). Dentro de la comunidad, Valladolid registró la tasa más elevada, del 10,1%, seguida de Palencia, con el 9,4%. En los tres primeros trimestres de 2020 la pauta se repite, con una tasa acumulada ya del 8,7% en la provincia vallisoletana y del 8,5% en la palentina.

Estos cambios incluyen los que se producen del mercado regulado al libre y viceversa, así como entre diferentes compañías suministradoras. La tendencia entre los hogares va en dirección al mercado libre –donde están ya el 98,6% de las pymes– y en el segmento doméstico los comercializadores libres contaban con el 61,7% de los puntos de suministro a finales de 2019 desde el 54,1% de cuatro años antes.

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A nivel nacional, los comercializadores pertenecientes a los grupos principales (Iberdrola, primera con el 35,6%; Endesa, Naturgy, EDPy Viesgo-Repsol) gestionan el 84,3% del total de puntos de suministro eléctrico del mercado libre. Los independientes controlan el 15,7%, mientras que cuatro años antes gestionaban el 9,4%.

Dentro de la comunidad, Iberdrola es líder en ocho provincias, con hasta el 78,6% de cuota de mercado en el caso de Salamanca, el 75,2% en Zamora o el 71,4% en Burgos. En Valladolid tiene el 67,9%, frente al 10,4% de Naturgy y el 5,9% de Endesa. EnSegovia la mayor clientela es para Naturgy, con el 40,5%, seguida de Iberdrola con el 22,3% y de Fenie con el 7,7%.

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Por otro lado, la CNMC destaca que la venta domiciliaria 'puerta a puerta', que ahora debe ser solicitada por el cliente a propia iniciativa, resultó más lenta que el resto de canales a la hora de contratar un nuevo suministrador, concretamente 6,9 días más lenta, debido a «una operativa ineficiente por parte de las fuerzas de venta» y a «las auditorias de calidad que, en algunos casos, debían pasar estas solicitudes».

Dificultades económicas

La vuelta a la normalidad en lo que respecta al consumo de electricidad se ha puesto cuesta arriba a causa de la escalada de precios del mercado mayorista, estos días en máximos históricos. En este contexto, el consumo de luz en los cinco primeros meses de 2021 aún fue el 3,9% inferior al del mismo periodo de 2019.

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Ahora bien, mientras el sector servicios presenta un retroceso del 11,3% y la industria, del 2,1%, la demanda de los hogares –que registró en 2020 un incremento de consumo de casi el 1%– ha sido hasta mayo el 2,1% mayor que en mismo periodo de 2019, según datos del Ente Regional de la Energía (Eren).

 Lo más grave de esta subida interminable de los precios, sin embargo, es que se produce a la vez que el impacto de la crisis económica de la covid se ha ensañado con los más desfavorecidos. En la Encuesta de Condiciones de Vida difundida por el INE este verano, a la hora de preguntar por las carencias materiales también se preguntaron otras cuestiones acerca de la situación económica percibida en el momento de la entrevista (a finales de 2020).

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El 7,1% de la población castellana y leonesa manifestó no poder permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada, un porcentaje que tres año antes se encontraba en el 2,6%. Además, el 5,4% declaraba haber tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, incluido el recibo de la luz, en los últimos 12 meses, más de tres puntos por encima de la tasa de 2017.

El 8,7% de los hogares de la comunidad dijeron llegar a fin de mes con «mucha dificultad» en 2020, un porcentaje que fue 4,7 puntos superior al registrado el año anterior y el 25% no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos.

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Un millón y medio de viviendas, susceptibles de mejorar su eficiencia

La configuración y características de la vivienda son, junto con la adopción de hábitos eficientes, factores determinantes en el nivel de consumo energético de un hogar. Según la estimación del parque de viviendas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en la comunidad existen 1.755.699 viviendas y el 90% de ellas, 1,56 millones de acuerdo con datos del INE, fueron construidas antes de 2007.A partir de ese año, el Código Técnico de Edificación introdujo una serie de exigencias básicas en eficiencia energética y energías renovables que deben cumplirse en los edificios de nueva construcción. Dentro del conjunto de pisos, casas y chalés susceptibles de reducir su gasto energético, cerca de 950.000 son viviendas principales, mientras que del medio millón largo restantes, 390.000 son secundarias y 230.000 son pisos vacíos.

Desde que empezaron a emitirse los certificados de eficiencia energética en 2013 –obligatorios para vender o alquilar un inmueble–, en Castilla y León se han analizado 115.368 bloques de viviendas; 38.720; viviendas unifamiliares; 12.050 locales comerciales y 3.469 edificios del sector terciario. De los 170.000 certificados cumplimentados por los técnicos, el 55,5% han recibido la calificación E;el 13,8% son D;el 12,4% son G y el 11,2% son F. Cuentan con el 'aprobado' energético el 4,5% que son C; el 1,4% que son A; y el 1,2%, B. La Junta cuenta con subvenciones para la rehabilitación de edificios, que en 2020 distribuyeron 4,51 millones para las obras de mejora en 1.097 viviendas.

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