Por qué el bullying o la filosofía, para superar la EBAU

Las rutinas de la EBAU, la penúltima con el actual formato, arrancaron también este año con las pruebas de Lengua y Literatura Castellana. De entrada, había que elegir entre sendos comentarios de temática muy cercana a la idiosincrasia juvenil. Un artículo de la novelista y periodista Rosa Montero ('Porque lo permitimos') en el que se cuestiona porqué uno de cada cinco niños y adolescentes sufren acoso escolar o bullying. O el de la escritora de origen marroquí y ganadora del Premio Nadal 2021, Najat El Hachmi ('¿Quién quiere pensar?') en el que llega a preguntarse «¿para qué queremos que los alumnos aprendan filosofía si con un clic pueden saberlo todo?».

La segunda parte de esta primera prueba, centrada en Educación Literaria, les planteó que escribieran sobre tres posibles temas: la poesía desde los novísimos a la actualidad; Modernismo y Generación del 98. Rubén Darío y Antonio Machado; o, el teatro de principios de siglo. Valle-Inclán y García Lorca.

«Podéis escribir en el orden que queráis, pero marcad clara la respuesta. Estáis preparados para hacerlo. Y hacerlo bien», da las últimas indicaciones una de las cuidadoras de aula antes de repartir los exámenes. Los alumnos plantean dudas hasta el último minuto. «¿Puedo mantener mi reloj en la mesa?», pregunta una chica. «Sí, si solo marca la hora», le advierte la tutora del aula.

María Alejo, quiere estudiar Enfermería. Dice estar tranquila con el examen pero solo teme una cosa: «las notas de corte que saldrán de estos exámenes». Como ella, muchos jóvenes tendrán que esperar al cierre de notas y prematrículas para saber dónde está el límite de nota de corte para poder acceder.

También es costumbre que el rector de la UVA, Antonio Largo Cabrerizo, y parte de su equipo, asistan a la apertura de sobres de pruebas y a desear suerte a los examinandos. «El equipo coordinador ha hecho un gran trabajo para que todo se desarrolle con normalidad -resumió el rector-. Esperamos resultados similares en las calificaciones... y que, al elegir sus carreras, opten por la UVA».

El pasado año, el índice de aprobados se elevó hasta el 97%, apenas unas décimas por debajo de los vascos, los que encabezaron las mejores calificaciones de todo el país. Largo Cabrerizo recordó que es el penúltimo examen con el actual modelo. Ricardo Josa, coordinador de las pruebas en la UVA, espera que el futuro modelo de pruebas que se impondrá a partir de 2024 «si no es un modelo único para todo el país, al menos que armonice los exámenes para que sean similares en las materias que se sometan a las pruebas».

Este año se ha notado el relajamiento postcovid en la gestión de esta marea humana de alumnos que recorrían pasillos de un lado a otro. La UVA tenía preparadas aulas independientes para casos de positivos.

Todas las circunstancias están previstas en estas pruebas. Gadea Castro Curiel es invidente y hará el examen en un aula para ella sola y acompañada de una tutora de la ONCE. «Quiero hacer un doble grado de Lengua Inglesa», explica con total calma. Hasta 148 solicitudes con necesidades especiales han llegado a COEBAU, el Centro Coordinador del examen en Valladolid. Finalmente, solo se han presentado 98 a las pruebas.

De ellos, un 30% son jóvenes con Trastorno de Hiperactividad (TDH), otro 25% lo son con enfermedades crónicas (diabetes, cardíacas...). «Tres meses antes, la Comisión se reúne para buscarles una atención personalizada y responder a sus necesidades para hacer el examen», explica Rafael de la Puente, técnico responsable en la UVA. Todos estos alumnos conocerán el día 17 de junio sus calificaciones a través del sistema informático.

Minutos antes del arranque de las pruebas, el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, se paseó durante unos minutos por los pasillos de forma discreta y sin levantar expectación alguna. De hecho, el rector de la UVA, Antonio Largo Cabrerizo, fue de los pocos que se percató de su presencia por el Aulario de la Facultad de Económicas.