Bajo el espejo de la Provenza

En el horizonte, tratan de inspirarse en localidades como la alcarreña de Brihuega (Guadalajara), convertida en la auténtica capital española de la flor morada con 25.000 visitas anuales. Aunque aún muy lejos de la Provenza francesa donde el negocio turístico genera casi tres veces los ingresos de la comercialización de la planta. «Es imposible compararnos con lo que tienen en Francia, pero nos muestra un camino que trataremos de seguir», completa diagnóstico Antonio Fonseca, que comparte con Luz María la aventura de Tiedra.

Desde la pasada temporada y con ayuda de los fondos Leader europeos gestionados desde el Grupo de Acción Local Zona Centro de Valladolid, los visitantes pueden acercarse a un espacio expositivo y de experiencia sensorial con contenidos muy cuidados y después de un largo periodo de documentación. Se trata de 300 metros cuadrados en los que se suceden zonas audiovisuales, pantallas, maquetas y hasta objetos antiguos de este arte olfativa con unos 3.000 años de historia. Quien se sumerge en este mundo aprende las diferencias entre el cultivo 'madre' y otros derivados de esta 'familia' como el lavandín (súper o grosso), espliego o salvia.

«Y es otra forma de apostar por proyectos que nos permiten ayudar a fijar población en zonas rurales», reflexiona Ruiz. Con las visitas se generan sinergias en estancias, restaurantes y compras en general.

Las aportaciones de esas largas tiras de filamentos morados van mucho más allá de lo que se pueda sacar al mercado de la perfumería. En tiempos en los que la sequía anuncia un futuro de grandes riesgos para las cosechas de cereales, la lavanda aguanta mejor el estrés hídrico, encuentra en la meseta y en su clima un escenario amable para su desarrollo y es un refugio ambiental para multitud de especies que logran abrigo y alimento entre sus cogollos cuando los campos se quedan yermos tras la retirada del cereal.

Diferentes especies de pájaros e insectos, además de las cada vez menos visibles abejas, saben apreciar las ventajas de un buen campo de lavanda.