La lavanda vive su primera crisis de crecimiento en Castilla y León

El avance sostenido de este cultivo trata de superar los efectos de la covid, que ha generado miedos y dudas sobre el uso de aceites y productos naturales y reducido el mercado de la perfumería alcohólica. «Ha sido muy rentable todos estos años pero cayó a unos límites preocupantes. Pero ya está 'rebotando'», resume la evolución general, Antonio Fonseca, pionero de su cultivo desde 2006 con su proyecto en Tiedra de Lavanda con casi 500 hectáreas de producción y una de las destilerías más grandes del país.

La presencia de los hermosos alineamientos morados de lavanda son cada vez más habituales en la meseta que «es un jardín natural ideal para este tipo de plantas», como asegura el presidente nacional de los cultivadores de plantas aromáticas (ANIPAM), Abelardo Carrillo.

A los veteranos productores de Tiedra o Peñafiel en Valladolid, se han añadido más proyectos en el sur de Palencia, en Burgos, León o Ávila. Hasta ocho firmas de la región se han agrupado en la patronal ANIPAM. Algunos de ellos disponen ya de destilería propia para procesar el producto.

Pero en el que parecía despejado horizonte de este rentable cultivo asoma un 'nubarrón' que llega de los despachos europeos. El Pacto Verde ('Green Deal') de la Unión Europea, aún en fase básica de discusión, debe estudiar si considera a los aceites esenciales de las plantas aromáticas como productos químicos.

Un estudio realizado en Estados Unidos en 2018 insinuó que la lavanda podría ser un disruptor endocrino, debido a que contiene un elemento llamado linalool, lo que le obligaría a comercializarse dentro de la industria química del registro REACH (Reglamento de Registro, Evaluación y Autorización y Restricción de Sustancias Químicas). «Es innegable su existencia ya que supone entre el 35% y el 36% -explica Carrillo-. Pero se encuentra de manera natural en el aceite esencial. No hay manipulación artificial. Solo hacemos lo mismo que los romanos hace 2.000 años».

Ha habido posicionamientos muy claros en defensa del sector como el del presidente de Francia, Emmanuel Macron, país en la vanguardia. Y el sector en España ha decidido dar un paso al frente y crear una Plataforma en Defensa de los Aceites Esenciales. Además, empezarán en septiembre una ronda de contactos con los ministerios afectados (Sanidad, Transición Ecológica y Agricultura) para buscar apoyos.

«Este tema aún no ha empezado ni a debatirse en la Comunidad Europea -aclara desde Aromáticas del Duero, Antonio Fonseca-. Hemos sacado el debate nosotros mismos para empezar a concienciar a nuestros representantes y que sepan lo que nos estamos jugando».

Sin embargo, el debate inquieta a los muchos productores que están apostando por las bondades de una planta que, en sus buenos años, daba un rendimiento de hasta 2.000 euros por hectárea. «Estamos a la espera, pero preocupados por el futuro», resume la gerente de la Asociación Palentina de Plantas Aromáticas (APAPAM), Amor Guzmán.

Desde la localidad de Grijota, esta cooperativa está cambiando el paisaje de un buen trozo de la Tierra de Campos. Con medio centenar de socios y casi 400 hectáreas de cultivo, han abierto su propia destilería en Ampudia. Producen ya unas 15 toneladas al año (este año no creen que pasen de 10 o 12 toneladas) y su destilado de lavanda y lavandín acaba en los tanques de los grandes mayoristas de la droguería y la alta perfumería. «Un cambio de estatus -se teme Guzmán- supondría una vuelta de tuerca más al sector, nuevos permisos, etiquetados y controles… Todo esto lo vivimos con incertidumbre».

Una incertidumbre que tardará un tiempo en despejarse. La Plataforma de Defensa «ha desmentido los informes poco concretos que hablan de riesgos con publicaciones científicas serias», asegura su presidente nacional. El debate, viaja ahora al cansino ritmo de los pasillos europeos, en una fase de información pública, antes de que el Parlamento de Estrasburgo y la Comisión Europea tomen una decisión.

Desde Castilla y León, reclaman más apoyo oficial. «Los lavandicultores siguen esperando que se contemple como cultivo ecológico para recibir algo más», resume Fonseca. Agricultura anunció el viernes que espera llegar a las 150.000 hectáreas de cultivos ecológicos. Para ello, lanzará en el último trimestre del año ayudas dentro del Plan Estratégico 2023-2027 que incluyen los cultivos minoritarios. Es en este epígrafe donde podrían tener encaje. Siempre que Europa no diga lo contrario.