Una mujer con migrañas espera su medicación. Rodrigo Jiménez

Castilla y León

Las bajas laborales registran máximos y alargan duración: 101 días por dolores de espalda

Los trastornos de ansiedad siguen al alza y también ganan terreno gastroenteritis y colitis, algo que los propios médicos atribuyen a las «demoras asistenciales»

Ana Santiago

Valladolid

Jueves, 22 de junio 2023, 00:04

Una peor respuesta asistencial, especialmente acuciante durante y tras la pandemia de la covid, es, según el análisis de los expertos y los datos, la causa de que la incapacidad temporal sea ahora mucho más habitual entre la población castellano y leonesa –también entre la ... nacional– y de que, además, los procesos sean mucho más largos.

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Y este incremento, casi del triple en una comparativa entre el periodo 2008-2013 y la actualidad, no se correlaciona con el aumento del empleo, aunque crece, sino con un peor estado de salud porque un análisis proporcional revela asimismo un gran crecimiento de las bajas.

En el año clave de la pandemia, aquel 2020, la incapacidad laboral transitoria redujo sus números y frenó su tendencia al alza. La situación excepcional y, apuntaron entonces las fuerzas sindicales, el miedo a perder el empleo en una época en la que la economía se desmoronaba provocó reticencias a la hora de pedirse la baja. Pero después la recuperación social y económica han disparado, tanto en 2021 como en 2022, los datos. Y aunque en el presente ejercicio aún no hay registros oficiales ni cierres de balance en Sanidad, fuentes del sector apuntan a que se mantiene esta tendencia al crecimiento de casos.

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Más bajas en número y más largas en días. El número medio anual de afiliados activos en la comunidad, en 2022, es de 939.063 (un 2% más respecto al año anterior). El porcentaje de hombres es ligeramente superior al de mujeres, con el 53,3%. Esta diferencia también aparece al desagregar detalles por provincia.

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En Castilla y León, se tramitaron a lo largo del año 2022 un total de 402.586 bajas laborales por enfermedad o lesiones (44,9% hombres y 55,1% mujeres), un 18,6% más que el año anterior; lo que se traduce en una media de 33.549 bajas al mes. Supone que el 42,87% de los trabajadores ha estado de baja en algún momento del año, mientras que en 2013 por ejemplo, con 841.312 afiliados y 142.461 incapacidades temporales registradas, solo un 16,93% de la población trabajadora se llegó a ausentar del trabajo por enfermedad.

El 43% de los trabajadores de Castilla y León ha estado con incapacidad temporal en algún momento de 2022

El dato previo más elevado es el de 2008, con 248.566 bajas, y el más bajo en los últimos dieciséis años es el de 2013, con 142.461, y 207.897 en época prepandémico, en 2019. Desde entonces ha crecido un 48,36% y un 35,4% en un solo año, desde 2021. La evolución del número de días de baja de las altas tramitadas en la comunidad se comporta, como es lógico, de manera pareja en las altas y bajas, con un descenso en el período 2008-2013 y un posterior aumento desde entonces –se han multiplicado por dos–, hasta los 13.826.667 días de ausencia laboral. Entre 2020 y 2021, a pesar del aumento del número de tramitaciones, el número de días de ausencia de los trabajadores disminuyó, «posiblemente condicionado por las bajas por la covid-19», destacan fuentes de la Consejería de Sanidad.

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El coronavirus provocó muchas incapacidades transitorias, en las primeras fases incluso eran obligatorias para los convivientes; pero eran cortas, no superaron en general los ocho días. Sin olvidar, no obstante, que el 8% de los trabajadores infectados necesitaron 12 semanas o más para poder volver al trabajo. Tal y como recogía el estudio 'Síndrome Post Covid, Incapacidad Temporal Laboral y Prevención' de 2021.Y todavía expertos y afectados reclaman que se reconozca como causa de incapacidad.

Duración media

Así, aunque la duración media de las bajas ha experimentado un descenso en los tres últimos años de más de 18 días, con un tiempo de 32 días en 2022, es solo el covid lo que lo ha reducido. No obstante, más de trece millones de jornadas en casa por enfermedad suponen más del doble de los 6,8 millones de 2013. Pero dejado de lado el coronavirus, hay más bajas y más largas.

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«Efectivamente, la población está mucho más tiempo que antes esperando pruebas y un diagnóstico. Las listas de espera, la falta de profesionales, hace que todo se demore y, obviamente, impide tratar al paciente en un tiempo aceptable», destaca Rosa López, portavoz sanitaria del sindicato UGT.

Una revisión de los diez procesos que cursan baja de forma más frecuente muestra enfermedades y lesiones de mucha más duración que antes. En 2021, el número de días que se prolongaban estas ausencias se movían entre la semana larga de una gastroenteritis y el par de meses de las dorsalgias o los casi tres de los trastornos de ansiedad, que era lo más largo. En 2021, la primera causa, con 50.972 procesos y 869.246 días de baja, fueron por 'contacto y sospecha de exposición a enfermedades transmisibles'.

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En 2022, los dolores de espalda, relacionados fundamentalmente con el mobiliario inadecuado en la oficina, encabezan la lista con 27.694 afectados, –más de 2,8 millones de jornadas–. La media de estas patologías es de 101 días de baja. Le siguen actualmente las gastroenteritis y las colitis, que afectan a 20.840 personas, con 37 días de ausencia laboral. Un año antes solo sumaban 9.309 personas y no llegaban a once jornadas de malestar. Un indicativo, estiman médicos consultados, de que «el retraso en acceder al médico demora el tratamiento y el proceso incluso sigue su recorrido sin intervención facultativa y dura más, con mala calidad de vida y dolores. Muchos están días y días esperando una prueba de diagnóstico».

Incapacidad temporal en la comunidad

939.063 afiliados

activos en Castilla y León en 2022. D ellos, 500.351 hombres y 438.709 mujeres. La evolución del número de afiliados activos a la Seguridad Social fue decreciente en el período 2008-2013. Desde entonces ha aumentado un 11,6%. El descenso sufrido en al año 2020 por motivo de la pandemia se ha recuperado.

402.586 bajas

se tramitaron en 2022, lo que supone un incremento en un solo año del 18,6% y que un 42,87% de los trabajadorse ha estado de baja laboral.

27.694 procesos

por problemas de espalda provocados en general por malas posturas en la oficina con una media de 101 días por caso que suman más de 2,8 millones de jornadas.

En cuanto a los problemas de ansiedad, estrés y depresión siguen su camino al alza. En 2022 afectaron a 14.506 personas, supusieron más de 1,9 millones de jornadas laborales perdidas, con una larga media de 134,6 días. En 2020 fueron 11.038 los trabajadores con este problema, mientras que antes de la pandemia eran 10.863, en 2019, y 8.152, en 2018, por ejemplo.

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Actualmente, es la gripe el cuarto proceso más frecuente, con 8.498 bajas y muy de cerca le siguen enfermedades musculoesqueléticas y otras comunes. Aparece una patología que antes no provocaba incapacidades tan frecuentes y no aparecía en la lista de las diez primeras como es la fascitis plantar y otras entesopatías. En 2022, las enfermedades del aparato circulatorio suman, según diversas clasificaciones, algo más de doce mil casos.

Aunque, 2022 ya recuperó actividad asistencial de forma importante, aún no logró alcanzar el volumen de la época prepandémica, con lo que es imposible poner al día las historias clínicas arrastradas y las nuevas. Una Atención Primaria exhausta, sin recursos, supone unas demoras para una consulta de días, a veces de hasta diez –varía mucho según zonas, en particular entre las rurales y las urbanas– y difícilmente Sacyl puede remontar lo acumulado ni siquiera atender en tiempo y forma lo que ahora le llega. El volumen asistencial es ingente y una comparativa del último ejercicio cerrado con 2019 arroja peores datos en prácticamente todos los indicadores.

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En cuanto a las consultas externas de hospitales, el volumen del año pasado ya fue importante, de 3.996.207 en total, pero suponen 378.543 menos que en un año normal. Y si se le añaden las 489.017 que dejaron 'presuntamente' de verse en 2021 y las 1.008.628 menos de 2020 se alcanzan las 1.876.188 consultas menos en Castilla y León en tres años.

De esta forma, la suma de las cirugías que en cada ejercicio no se han hecho, en comparativa con las cifras de 2019, arroja que en 2020 se hicieron 49.505 menos de lo que se hubiera ejecutado sin pandemia; en 2021 mejoran considerablemente los datos, pero aún se practican 28.319 intervenciones quirúrgicas menos. El cerrado 2022 aporta un descenso drástico, ya solo son 1.482 operaciones menos de lo que tendrían que haberse realizado. Suman 79.378 cirugías arrastradas y y ello sin que los datos prepandémicos sean buenos.

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Las carencias de accesibilidad a los centros de salud y las largas listas de espera para consultas hospitalarias retrasa pruebas, tratamientos y cirugías y, por lo tanto, la recuperación y el alta.

Los trabajadores autónomos suponen el 20% y más problemas para ausentarse del puesto

Por régimen, cerca de ocho de cada diez afiliados de la comunidad pertenecen al Régimen General (79,8%) seguido del Especial de Trabajadores Autónomos, con un 20,2%, sumando entre los dos cerca del 100% del total. Hay solo 19 que pertenecen al Régimen Especial de la Minería del Carbón. Las bajas laborales en los autónomos resultan mucho más problemáticas para su actividad que cuando el empleo es por cuenta ajena. Por ello son más reticentes a cogérsela, incluso encontrándose muy mal.

En el último año, ha aumentado el número en el Régimen General (2,7%) y descendido ligeramente en el de Trabajadores Autónomos (-0,5%) y de forma drástica ha bajado en Minería del Carbón, consolidándose así la tendencia descendente continuada que lleva sufriendo este tipo de régimen en los últimos años, que ha pasado de alrededor de 3.000 afiliados en el año 2007 a los 19 de 2022.

La evolución del número de afiliados activos a la Seguridad Social en Castilla y León fue decreciente en el período 2008-2013. Desde entonces hasta ahora ha aumentado un 11,6%. El descenso sufrido en al año 2020 por motivo de la pandemia se ha recuperado, superando en el último año a las cifras del 2019, y se mantiene la tendencia ascendente iniciada hace casi 10 años. En el último ejercicio ha aumentado en ambos sexos el número de afiliados activos; aunque la diferencia algo mayor en mujeres (2,1%) que en hombres (1,1%).

El proceso de incapacidad se inicia con un reconocimiento médico, generalmente es el facultativo de Atención Primaria, del Sistema Público de Salud, quien reconoce una alteración en la salud del trabajador que le impide desarrollar su trabajo.

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