«Al adelantar mi jubilación perdí el 6,5% de la pensión, pero ahora me suben el 8,5%»

«He adelantado siete meses mi jubilación y por hacerlo me quitan el 6,5% de la pensión máxima a la que tengo derecho; pero a continuación me aplicarán la subida de 2023, el 8,5%, de manera que saldré ganando», comenta este ya extrabajador por cuenta propia nacido en Zamora, que en la mañana de la entrevista llevaba ocho días en su recién estrenado estatus de pensionista.

Alguien podría pensar que haciendo efectiva su jubilación el día 29 de diciembre, Sampedro jugó con fuego. Un día de retraso y todo se habría ido al traste.

«Comencé las gestiones en octubre, un día después de que el ministro confirmara que la subida sería como el IPC –explica–. Es cierto que al principio fue un poco desesperante: llamas y llamas y no te cogen el teléfono. A las cinco de la mañana llamaba yo, antes de ir a trabajar, y tardé varios días en contactar. Hasta que por fin me cogió el teléfono una máquina... que me colgó cuando le pedí una cita presencial. Tuve que volver a empezar para pedir que fuera telefónica».

Jesús tiene conocidos que «se han ido a hacer las gestiones a Peñafiel, porque en la capital es imposible». A él, un funcionario de la Seguridad Social le confirmó por fin lo que él mismo había calculado: que en esta ocasión la penalización le salía a cuenta. Optó entonces por poner el asunto en manos de su gestor para evitar sorpresas.

Así que, casi de la noche a la mañana, Jesús ha bajado definitivamente la persiana de su tienda de alimentación en la plaza de los Vadillos y se dedica «a vivir, a disfrutar». Algo para lo que lleva ya tiempo preparándose. De hecho, tiene varias pandillas: para salir con la bici, para ir a correr, o al gimnasio, o a chatear. «Todos los que conozco que han podido adelantar el retiro, lo han hecho», relata Sampedro, para quien una revalorización del 8,5% «es algo que no volverá a pasar nunca y que, si por alguna razón sucediese, no volverán a igualar la subida porque eso no hay sistema que lo soporte».

Ahora, afronta esta nueva etapa vital con buenas perspectivas. «Tengo la casa pagada, el hijo es funcionario y me ha quedado una pensión de 1.100 euros, con el complemento de la de viudedad» de su esposa. Como autónomo, Sampedro optó por cotizar por el mínimo hasta que cumplió 50 años, momento en que elevó su aportación. No está nada convencido de haber hecho bien: «Si volviera a hacerme autónomo pagaría lo mínimo porque subir de tramo no compensa en absoluto; para la mejoría que te dan, más te vale ahorrarlo tú porque al final tendrás más», sostiene.

En su opinión, el sistema español de pensiones tendrá inevitablemente que ampliar a 30 años el periodo de cómputo, así como rebajar la cuantía de las prestaciones. «Tendrán que bajar y pagarán el pato no quienes cobran el mínimo, ni el máximo, sino los de en medio, es decir, la mayoría», argumenta.

–Y a los jóvenes, ¿qué futuro cree que les espera?

–Lo van a tener jorobado. Abrir una tienda nueva es algo muy complicado. Un comercio vale por sus clientes y el mío tenía clientela abundante y fiel. No entiendo que nadie haya querido seguir con ella.