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Más de 53.000 personas que buscan empleo en la región no figuran como paradosLa presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha llamado la atención sobre el concepto de 'indicadores de infrautilización del factor trabajo', que « ... son habitualmente utilizados por analistas como medidas alternativas para aproximar la holgura existente en el mercado laboral». Según Cristina Herrero, estas medidas «tratan de aproximar las transformaciones de los mercados laborales en lo que respecta a aspectos como la importancia del empleo a tiempo parcial involuntario o los ERTE, entre otros».
No se trata de «cuestionar la validez de las estadísticas de mercado laboral elaboradas por el INE o el SEPE», ha puntualizado la presidenta del organismo, que las considera «elaboradas con el máximo rigor, siguiendo los más estrictos criterios de calidad y comparabilidad internacional».
Lo cierto es que tras la desaparición del contrato por obra o servicio, el gran incremento de trabajadores fijos discontinuos, que el SEPE no considera desempleados cuando están inactivos ha levantado polvareda.
Castilla y León tenía al cierre de febrero 124.092 parados registrados en las oficinas del Servicio Público de Empleo. Pero este número no corresponde con el total de personas que están inscritas como demandantes de empleo, ya que el organismo no computa como desempleados a efectos de la estadística a aquellos que no cumplen una serie de requisitos.
Por ejemplo, excluye a los demandantes de empleo que están ocupados sea cual sea su nivel de ocupación. En febrero ascendieron a más de 30.000 personas, tras crecer en un año un 53%. Entre ellos se encuentran miles de personas que tienen contrato en vigor, pero trabajan dos o cuatro horas al día, o unas pocas jornadas completas al mes, y se apuntan al paro para poder trabajar más.
Tampoco se consideran parados oficiales las cerca de 16.500 personas que la terminología laboral define como 'ocupados con disponibilidad limitada'. Son aquellos demandantes sin empleo, pero que indican en su solicitud algún tipo de condiciones especiales. Por ejemplo, que quieren trabajar a domicilio, que solo quieren teletrabajar, que desean hacerlo en el extranjero, etc.
Los denominados 'otros no ocupados' también están fuera de las listas del paro que se publican los primeros días de cada mes. En la región fueron 6.780 el pasado febrero y son, fundamentalmente, los trabajadores eventuales agrarios subsidiados.
Estos tres grupos, que suman 53.404 personas, suponen el 30% de todos los demandantes de empleo de Castilla y León y de añadirse al colectivo que el SEPE sí considera parados elevarían la cifra total a 177.496 personas.
Por otro lado, desde la entrada en vigor a comienzos de 2022 de la reforma laboral que eliminó el contrato temporal por obra o servicio, los trabajadores con contrato fijo discontinuo se han disparado en España y también, aunque algo menos, en la comunidad autónoma. Se trata de una modalidad que considera a los trabajadores como indefinidos, aunque solo trabajen en los meses, semanas o días en los que las empresas les necesitan. El resto del tiempo no trabajan, pero tampoco están en las listas del paro, aun cuando cobren prestación por haber generado derecho a ello. Se trata de una modalidad utilizada, sobre todo, en sectores como la hostelería y las actividades turísticas en general, o la educación. También en el ámbito de las actividades recreativas y de ocio.
En diciembre de 2021, antes de la reforma laboral, los fijos discontinuos eran 11.263 en Castilla y León y en febrero pasado el colectivo había escalado hasta las 27.000 personas, el 140% más; mientras que en Valladolid, donde han pasado en ese periodo de 2.577 a 6.770, la cifra ha crecido más aún, el 162%.
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha reclamado, «por el déficit de información disponible y por las diferencias de criterio con otras fuentes al clasificar a los fijos discontinuos en periodo de inactividad», que se elabore «un indicador complementario al paro registrado: el paro efectivo».
Una respuesta parlamentaria del Gobierno a dos senadoras del PP pone de manifiesto que del cerca de un millón de fijos discontinuos que hay en España, cada mes están inactivos un porcentaje que fluctúa según el mes de que se trate. En mayo apenas son el 17%, pero en enero llegan al 66%. La media de los 12 meses es el 37%.
Si se traslada esta tasa a los 27.000 fijos discontinuos de la comunidad y fuesen considerados como 'parados efectivos', la cifra total de desempleados registrados, demandantes de empleo y subocupados ascendería a más de 187.000 personas.
El sindicato USO también ha llamado la atención acerca de que Eurostat, la agencia de estadísticas de la UE, difiere de la medida del paro en España y calcula que hay 1,07 millones más de desempleados e incluso 1,1 millones de subempleados. «Pasamos de hablar de tres millones de parados a cuatro millones, señala su secretario general, Joaquín Pérez, para quien «debemos asumir que hay más paro real que el registrado por el SEPE, como también recoge la EPA, y que no toda la gente que oficialmente tiene una relación laboral está realmente trabajado». «Si asumimos eso, en lugar de presumir de cifras, podemos ponerle remedio» concluye.
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