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Han pasado muchos años desde que Anselmo Alonso Poliz, 'Poli' para los amigos, dio con la clave para elaborar una receta que triunfa en el barrio de Pajarillos. Concretamente, 26 años, pues en 1997 comenzó en el Bar Poli a servir deliciosas raciones de caracoles con una salsa casera elaborada por él mismo y que se ha convertido en su plato estrella, el cual nunca falta en la barra. De hecho, llama la atención nada más entrar en el local la enorme bandeja donde los posa junto a una cazuela de callos, otra de sus especialidades.
Si bien en España pinchos como la tortilla de patatas o tapas como las croquetas son algunos de los más consumidos, los caracoles también son un producto típico de nuestra gastronomía y en el caso de este bar, son sin duda la gran atracción de los clientes, que los piden a diario ya sea para llevar o para comer en el propio bar.
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A la hora de elaborarlos, Anselmo Alonso sigue los pasos habituales para trabajar con este producto. «Primero los limpio bien, después se cuecen y por último se añade la salsa» explica, siendo un plato laborioso, pues hay que lavarlo 3 o 4 veces para que suelten todo y dos aguas para la cocción. Pero sin duda, la clave de este delicioso plato es su espectacular salsa casera, elaborada con aceite de oliva, huevo, pimentón, sal y jamón que aporta un rico sabor a los caracoles y con la que también se puede untar en pan para no desperdiciar ni una sola gota.
Bar Bar Poli
Calle Calle Martín Pescador en el barrio de Pajarillos
Plato Caracoles con salsa casera
Precio 12,00 euros en barra y 9,00 euros a domicilio
De hecho, su receta tiene tanto éxito que viene gente de todos los barrios de Valladolid para probarlos, ya sea en el propio local a un precio de 12,00 euros o bien por encargo a 9,00 euros, donde su momento de mayor auge fue durante la pandemia, pues recibía llamadas todos los días para que los vecinos de la capital del Pisuerga pudiesen disfrutar en sus casas de este manjar. Desde entonces, el bar Poli se ha convertido en uno de los templos de los caracoles no solo del barrio, sino de toda la ciudad.
Además, casi no hace falta el típico palillo para sacar la carne de la cáscara, ya que Anselmo Alonso se encarga de guisarlos y cocerlos bien para que comerlos no suponga una dificultad. En definitiva, estamos ante un plato ideal para compartir y en un bar alejado de las aglomeraciones del centro de la ciudad, donde se puede disfrutar de una receta que en este barrio ya es todo un clásico.
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