El truco de los fruteros para escoger la mejor sandía

Es cierto que actualmente podemos encontrar un montón de frutas en cualquier momento del año, pero siempre es preferible aprovechar aquellas que son de temporada, no solo para disfrutar de todos sus beneficios, sino también por ser más baratas. Para los próximos meses, las cerezas, los melocotones y, sobre todo, las sandías y los melones se convierten en los productos estrella destacando por ser muy refrescantes, por su dulce sabor y por sus llamativos colores.

A la hora de ir al mercado no siempre resulta sencillo escoger una sandía o melón de calidad, ya que solo podemos fijarnos en su cáscara en el caso de que no se vendan partidas. Si queremos disfrutar de su sabor y de todos sus beneficios toma nota del siguiente consejo de Óliver Porro, frutero en el Mercado del Val de Valladolid.

El proceso es sencillo, ya que basta con afinar bien el oído y realizar un pequeño golpe a la fruta. Si suena hueco estamos de suerte porque «es señal de que está disponible para su consumo». Además de ello, si a la hora de golpearla notamos una leve vibración, estamos ante una sandía madura y en perfecto estado para comer. Si por el contrario «el sonido es suave y sin resonancia» lo más probable es que la fruta aún esté demasiado verde, con la cáscara gruesa y sin estar lista para partirla y comerla.

Si la sandía ya está abierta debemos fijarnos en tres aspectos fundamentales. En primer lugar, hay que observar que no tenga una textura blanda ni arenosa, por lo que si la tocas con el dedo asegúrate de que no se hunda con facilidad. Después, los colores juegan un papel importante. Si las pepitas son negras y la sandía es roja viva, podemos estar seguros de que estamos ante un producto en perfectas condiciones.

Para saber hasta que mes podemos encontrar sandías, melones y otras frutas propias del verano, basta con tener en cuenta principalmente el clima «siendo fundamental el calor y las altas temperaturas». Esto se debe a que si los próximos meses son lluviosos y con tormentas, las frutas «absorven una gran cantidad de agua que provoca que pierdan sabor y se estropeen mucho antes».