El truco de los fruteros para escoger el mejor melón sin abrirlo

Existen muchas leyendas con respecto a los trucos que debemos seguir para escoger las mejores variedades de melón. El color, la textura o el olor, si bien son factores que pueden influir en su sabor, el tacto es el sentido del que más nos debemos fiar, ya que una de las claves es fijarnos en como actúa una vez que le aplicamos presión varias veces con ambas manos. Puede parecer a priori un consejo algo extraño, pero Óliver Porro, frutero del Mercado del Val, asegura que es una de las maneras más fiables que hay para elegir el mejor melón.

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El proceso es muy sencillo. «Debemos apretar sin miedo el melón y comprobar que este ceda un poco». Básicamente, hay que tener la sensación de que al apretar, el melón encoge un poco y al aflojar, este vuelve lentamente a su estado natural. En el caso de que sea así, «estamos ante un melón con un grado de maduración idóneo para degustar». Si por el contrario, al apretarlo notamos el producto aún duro, «hay que esperar entre cuatro y cinco días para que este se asiente». No obstante, aunque este es uno de los trucos más utilizados por los fruteros, el tacto no es el único sentido que nos puede ayudar. Al igual que con la sandía, también debemos fiarnos del oído, ya que si al darle un par de toques notamos el sonido más aplanado, es porque está blando y lo suficientemente maduro para comer.

Como es habitual, muchas personas adquieren diferentes costumbres a la hora de escoger la mejores piezas de fruta, algunas de ellas erróneas. En el caso del melón, uno de los fallos más comunes que cometen muchos clientes es tocar los extremos de esta fruta. Al hacer esto, por regla general el producto está blando pero esto se debe a que todo el mundo suele tocar la cabeza y el culo del melón, razón por la que al cabo de unos días estas partes ya no están duras y parece que la fruta está madura. En caso de haber comprado un melón que aún está muy duro, no solo hay que esperar entre cuatro y cinco días para comerlo tal y como nos ha indicado Óliver Porro, sino que «debemos evitar abrirlo, ya que entonces no hay opción de que madure». Para que se encuentre en el mejor estado posible, «hay que guardarlo en una bolsa de papel y en un lugar fresco».

Si ya hemos abierto el melón, una de las formas de comprobar si este puede degustarse es a través del olfato. Óliver Porro asegura que un melón maduro «tiene una fragancia muy dulce y característica». Por el contrario, si este no huele, es porque lo hemos abierto antes de tiempo y no hemos esperado lo suficiente para que se encuentre en su mejor momento de maduración, lo que significa que tendrá mucho menos sabor y estará mucho más duro.

A pesar de que el cliente siempre puede contar con la opinión de los fruteros, tener en mente estos trucos compartidos por Óliver Porro permite saber comprar y tener un buen criterio a la hora de seleccionar las mejores piezas de fruta que ofrecen los mercados, ya que aunque a priori puede parecer una tarea sencilla, cada variedad requiere de una serie de trucos y consejos diferentes.