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Los mejores quesos para elaborar una deliciosa tabla

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La combinación de sabores, texturas o presentación son fundamentales para elaborar una buena tabla de quesos. Existen tantas variedades que no resulta sencillo escoger las ideales, pues hay gustos de todo tipo. Para asegurarnos de no fallar en la próxima tabla que ofreceremos en nuestras casas, nos acercamos hasta el Mercado del Val, en la quesería Campoveja, donde Noelia Mato nos da una clase magistral para adquirir los mejores quesos.

Para comenzar y antes de experimentar y probar con variedades algo diferentes, vamos a ir a lo seguro, pues Noelia nos enseña un queso castellano de oveja semicurado el cual es «muy aromático, suave al paladar y agradable de comer». Además, al no tener un sabor muy intenso, este queso no va a tapar en ningún momento los sabores del resto de variedades, lo que significa que podemos permitirnos degustar varios trozos sin ninguna preocupación. Para continuar, vamos con otro clásico como es el queso de cabra.

Si queremos coger algo de nuestra tierra «los quesos de cabra de Ávila son una opción ideal» los cuales «están afinados con moho en su corteza» algo que les aporta un sabor muy rico y diferente a nuestra tabla. A diferencia del resto de quesos de nuestra tabla y debido a su textura y sabor algo más intenso, este se puede cortar en taquitos o pequeñas porciones para lograr un mayor equilibrio con el resto. «Para tener en la tabla los tres tipos diferentes de leches, también podemos optar por un queso de vaca» recomienda Noelia Mato, aunque si preferimos apostar por «un toque más exótico» el queso Lola Montez puede ser sin duda la gran sorpresa de los comensales.

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Se trata de un queso austriaco a pesar de que su nombre suene muy español. Lo que más llama la atención de esta variedad es su corteza, repleta de pequeñas flores ecológicas de múltiples colores que hace que parezca un cuadro de Monet. Es un variedad de queso de vaca de leche cruda cuyo sabor y textura nos recuerda a los afamados quesos suizos como el Gruyere. Sin duda, es el que más puede impactar a los comensales a simple vista además de ser muy atractivo a la hora de decorar.

Para finalizar, Noelia Mato nos menciona tres opciones más que podemos incluir a nuestra tabla.

Por un lado, tenemos un queso trufado, para continuar con los sabores suaves, cremosos y con un toque dulce, o bien, un queso ahumado, ambos de leche de oveja, y lo recomendable es escoger uno de los dos para nuestra tabla. En el caso de esta segunda variedad, se distingue por su proceso de ahumado natural con madera de haya, que le proporciona un inconfundible aroma y sabor.

Y si lo que deseamos es un queso fuerte y potente de sabor, el queso azul es siempre una muy buena opción, el cual tiene en su pasta cultivos del hongo Penicillium, un moho que proporciona un característico color entre el azul y el gris-verdoso.