Frutas deshidratadas y sin azúcar para disfrutar durante el otoño

En el caso de España, las frutas desecadas y deshidratadas sin azúcares añadidos están cada vez más presentes en el mundo de la hostelería y en los mercados, sobre todo en los meses de otoño e invierno, ya que son las mejores estaciones para disfrutar de su sabor único y de su elevado valor nutricional. Para descubrir las mejores variedades, visitamos un puesto especializado como es el caso de 'Frutos secos Sánchez', situado en el Mercado del Val de Valladolid, donde Yolanda Sánchez nos explica todo lo que necesitamos saber acerca de un producto cada vez más solicitado.

Todas las variedades que se encuentran en este puesto «están recién cogidas y secadas al sol» afirma, y «las que más éxito tienen entre los clientes son las uvas pasas de Moscatel y los higos de La Vera». En el caso de las uvas, son especialmente apreciadas por su delicioso sabor afrutado, su fina piel, su aroma inconfundible, su textura delicada y su gran tamaño. Sin embargo, lo que las convierten en un producto único, son los frutos maduros de la variedad de Moscatel que utilizan, los cuales son muy aromáticos y ricos en azúcar.

En cuanto a los higos, estos siempre han sido muy demandados, pero aún más en los últimos años, ya que está comprobado que tienen numerosos beneficios para la salud, además de tener un sabor agradable y dulce que recuerda a la miel y también a la nuez.

Los dátiles tampoco se quedan atrás en lo que a protagonismo se refiere, pues a pesar de ser de importación también tienen un gran éxito entre los clientes. Esto se debe principalmente a que «sirven para acompañar con un montón de recetas, ya sean carnes, ensaladas o bizcochos». Además, Yolanda Sánchez destaca que en caso de elaborar postres con estos frutos que se obtienen de las especies de palmeras Phoenix, «no es necesario incluir nada de azúcar», ya que los dátiles tiene un potente sabor dulce que da un toque muy diferente a las recetas.

A la hora de conservarlos, Yolanda Sánchez asegura que «deben mantenerse a una temperatura fría, entre cuatro y ocho grados», lo que significa que el frigorífico es el mejor lugar para guardarlos. De esta forma, no solo podremos disfrutarlos durante más tiempo sino que también conservarán mejor su sabor y todas sus propiedades.