Cremosos, curados, intensos, suaves... las variedades de quesos que podemos encontrar en España son infinitas, lo que le convierten en uno de los alimentos más consumidos y que puede tomarse de muchas maneras. Por lo general, se utiliza de aperitivo o para acompañar en un ... sin fin de recetas (macarrones, lasaña, cachopos, pizzas...) aportando un sabor y textura muy particular y que le da un toque diferente a nuestras comidas. Sin embargo, es habitual tener ciertas dudas a la hora de ir a los mercados y escoger el idóneo, ya que siempre se nos viene a la cabeza una de las grandes cuestiones a cerca de este producto: ¿existen realmente los quesos de temporada?
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Para responder a esta duda hemos acudido hasta el Mercado del Val. Felipe González, de la charcutería del mismo nombre, tiene actualmente a la venta una gran cantidad de variedades que la gente reclama especialmente durante el verano. En esta época del año, «los clientes se decantan por los sabores más suaves» como puede ser por ejemplo el queso de Mucientes, municipio de la provincia de Valladolid, el queso tierno de cabra o el semicurado, uno de los favoritos de los clientes y del propio XX que afirma que por lo general, «se utilizan tanto para acompañar las ensaladas como para untar con membrillo y mermeladas».
Esta última combinación se utiliza mucho sobre todo para los quesos intensos y con sabores muy fuertes, los cuales, «se consumen en mayor cantidad durante el invierno». El objetivo es suavizar ese intenso sabor que tienen algunas variedades como el camembert o el roquefort, que se elaboran con leche de vaca. Sin embargo, si bien depende de la época del año la gente opta por unas u otras variedades, la realidad es que «cualquier queso, puede tomarse en cualquier momento», todo depende del gusto del consumidor.
No obstante, es cierto que existen algunas excepciones ya que ciertas variedades se fabrican y consumen en meses concretos para evitar bacterias que pueden perjudicar a las piezas. Es el caso por ejemplo del queso franco-suizo Mont D'or, elaborado con leche de vaca y que presenta la forma clásica de una torta siendo muy cremoso su interior. Por lo general, esta variedad se toma en caliente para que el queso se funda, razón de más por la que no es tan habitual de comer en verano.
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Otra famosa excepción es el queso francés conocido como Comté, elaborado con leche cruda de vaca y cuyo sabor puede variar según la época del año en que se elabore. Sin embargo, los expertos consideran que uno de los mejores momentos para tomarlo, es en el mes de abril, ya que las vacas comen un tipo de flor que solo se encuentra durante aproximadamente tres semanas. Esta es la clave para aportar un sabor diferente a cualquier otro queso Comté que se fabrique en otros meses del año.
Por tanto, si bien la estación en la que nos encontremos no es el factor más importante en el que nos tenemos que fijar para escoger una u otra variedad de queso, es cierto que algunos son más habituales de comer en invierno, sobre todo aquellos con intensos aromas y sabores, mientras que en épocas más calurosas, se opta por escoger los más suaves y que puedan acompañarse de alimentos frescos como las ensaladas.
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