Un bar con más de cuarenta años de historia en el barrio de la Pilarica

«Mi padre empezó aquí hace ya muchísimo tiempo y nunca nos hemos movido de sitio» explica orgullo José Luis mientras comienza a preparar algunas de las raciones más típicas de este bar. «Yo empecé muy joven ayudando aquí, y después me fui unos años a otros locales hasta que heredé el Pilarica» comenta mientras repasa su larga vida como hostelero de la cual, disfruta tanto en la barra como dentro de la cocina.

«Los fines de semana me gusta preparar mejillones con salsa casera y de hecho, algunos vecinos bromean diciendo que solo quieren la salsa para untar porque les encanta» dice riéndose. Y es que a José Luis le gusta servir comida «de toda la vida» pero elaborada con mucho cariño y ricos sabores. «También me gusta hacer platos de patatas con salsas caseras y a diario, siempre tengo preparadas tortillas o chapatas de lomo y jamón».

Para esta ocasión, el dueño del Chiralo tiene preparado un plato de crujientes cortezas, que tienen un adobo muy especial que le preparan en la carnicería del mismo barrio y las que le echa una buena piza de sal. En cuanto a la tortilla, se trata de una clásica con cebolla, jugosa pero sin estar demasiado poco hecha, que sirve con pan para aquellos que les gusta mezclar ambos alimentos.

«Aquí es cierto que no nos complicamos con el menú, es cocina de toda la vida, pero es la que más les gusta a los clientes y es toda casera» asegura dando los principales motivos por los que su bar continúa abierto tanto tiempo después. Sus vecinos lo confirman, pues algunos que van todos los días consideran que aquí «trabajan muy bien y los precios son bastante asequibles».

Los días de diario, «estas son las raciones que más se piden» aunque él considera que los mejores platos y los que más les gusta preparar están disponibles los fines de semana, cuando más trabajo tienen y donde no paran de sacar comida desde las primeras horas del día.

En cuanto a las dos deliciosas raciones que nos ha presentado, estas se pueden disfrutar por tan solo 1,70 euros cada una, ideales para picar, comer o cenar a diario siempre que uno haga una visita a este pequeño barrio de Valladolid.