Borrar
A la izquierda, en grande, una abeja con las alas deformadas por la varroosis, enfermedad que produce la varroa. En detalle, el apicultor arandino Raimundo Izquierdo. MAPAMA / Raimundo Izquierdo
La varroa, el ácaro que arrasa las colmenas de abejas y pone en jaque a los apicultores de Burgos

La varroa, el ácaro que arrasa las colmenas de abejas y pone en jaque a los apicultores de Burgos

Raimundo Izquierdo, apicultor de Aranda, asegura que este ácaro es el principal problema del sector y «no existe una solución realmente efectiva» para combatirlo

Lunes, 19 de septiembre 2022, 11:53

«Pasé de 250 colmenas a 50 en una sola temporada». Así explica Raimundo Izquierdo, apicultor de 57 años, el devastador efecto que la varroa ha provocado en su asentamiento apícola en Aranda de Duero (Burgos).

«Es el principal problema del sector en Burgos y a nivel mundial. No existe una solución efectiva para combatirlo», lamenta el ganadero arandino sobre este ácaro que hace enfermar a las abejas y es capaz de matar colmenas enteras al transmitir la varroosis, la enfermedad que produce, tanto a los insectos adultos como a sus crías.

«Se meten en las celdas y parasitan tanto a las crías como a las zanganas produciéndoles un descenso de la vitalidad además de daños morfológicos como deformación de las alas y a algunas incluso se les reduce el tamaño del abdomen», explica Izquierdo sobre algunas de las consecuencias que provoca.

En constante investigación para buscar soluciones y en contacto con otros compañeros, Izquierdo comenta con ellos posibles remedios mientras y escucha los estragos de este ácaro entre las abejas de otros apicultores.

«Uno de Soria me contó hace poco que en su caso pasó de 2.100 colmenas a 200 en un año. Otro me dijo que tenía 335 y se quedó en 34 en una sola temporada», relata sobre los efectos de la varroa.

La incertidumbre y la preocupación son las sensaciones con las que este apicultor arandino afronta la recolección de la miel producida durante la pasada temporada, de la que asegura que tras «24 horas de dedicación diaria» y toda la vida entre colmenas, obtendrá unas pérdidas de «entre el 20% y el 30%».

«Otros podrían rondar el 50% o incluso más, teniendo en cuenta el resto de cuestiones que afectan ahora al sector. He visto bastante gente joven que empezaba a dedicarse a esto y al final tanto la varroa como los costes y demás les desaniman», destaca.

Izquierdo explica que tras ella, se prepara el colmenar para el invierno con la comida correspondiente y se les pone los tratamientos antiparasitarios subvencionados por la Junta, «aunque no son muy efectivos y no acaban con el problema».

Hasta febrero, las abejas tratarán de sobrevivir tanto al clima como a las enfermedades para producir el dulce oro líquido que se volverá a recoger con la llegada del buen tiempo el año que viene. Será entonces cuando Izquierdo conozca los daños infligidos por la varroa en su asentamiento apícola un año más.

«A algunos que se dedican a la apicultura como pasatiempo no les afecta tanto. A mí si me condiciona bastante pero a mi edad ya no me puedo dedicar a otra cosa. Esto es lo que sé hacer y aguantaré el tirón. En mi caso, al criar y vender enjambres, también sacó beneficio de ahí y me sirve para paliar los estragos del ácaro», expone.

La vicepresidenta de la Asociación Provincial de Apicultores de Burgos (Asapibur) confirma la gravedad de la situación respecto a este ácaro en tierras burgalesas. «Aunque no se disponen de estadísticas para ponderar su impacto real se puede asegurar que afectan al 100% de los apicultores y reduce hasta en un 90% la producción de miel», asegura.

Ahogados por los costes de producción

Pero este parásito no es el único mal que sufre Izquierdo. El incremento de los costes de producción como el combustible o los tarros de miel, cuya escasez ha inflado su precio, son otros problemas añadidos que arrecian su colmenar.

«La subida de los carburantes me ha supuesto pasar de un gasto de 175 euros a gastar cerca de 300 euros», revela sobre uno de los costes extra que ha tenido que asumir este año.

Respecto a los tarros de miel, el apicultor arandino revela que los precios de cada unidad se han multiplicado más de un 200%. «Antes lo compraba a 23 céntimos. Ahora, con suerte, lo encuentras a unos 70 cada uno», asevera.

El apicultor Raimundo Izquierdo trabaja en su asentamiento apícola en Aranda de Duero Raimundo Izquierdo

Esta fortuna no es solo una expresión. La falta de suministro de vidrio ha hecho que localizar fábricas con stock de estos recipientes sea muy complicado. «Solía comprar a dos empresas de referencia en León y en La Rioja. No les queda nada. He conseguido que me los sirviera una fábrica de Murcia y me han comentado que podrían estar para finales de mes. Antes los tenías prácticamente el mismo día», apunta.

Otro inconveniente añadido es el problema de la fauna local, concretamente el abejaruco. Este ave se alimenta de insectos y «causa un importante problema porque hace años se estimaba que su alimentación era el 44 % de abejas, pero hoy en día es mucho mayor ya que cada vez quedan menos insectos en el campo», afirma Izquierdo.

«Se suelen establecer cerca de los colmenares, por eso pongo un búho. Esto es solución de un día, por que al siguiente se lo aprenden y ya no sirve para nada. Por otro lado es un ave protegida y no podemos hacer nada», apostilla.

Uno de las pocas vicisitudes que aún no le atañen es la de la vespa velutina, conocida comúnmente como avispa asiática. Pese a que el 99% de la población de este insecto invasor ha sido capturado en la provincia burgalesa, «desde Lerma o así para abajo no se han visto», advierte Izquierdo.

«Creo que el hecho de que haya un clima húmedo puede ser una de las causas por las que hay mayor cantidad en el norte de Burgos, Cantabria o País Vasco. Otra de ellas puede ser que los tratamientos con químicos de los cultivos no les agraden y prefieran quedarse en territorios más verdes», concluye.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La varroa, el ácaro que arrasa las colmenas de abejas y pone en jaque a los apicultores de Burgos