Notas en bocadillos y libros para preparar la 'operación botella', un plan de fuga por el subsuelo
50 AÑOS DEL PROCESO DE BURGOS: EL JUICIO QUE DIO ALAS A ETA ·
Conscientes de que la pena sería muy dura, los procesados idearon escapar por un túnel aprovechando el alcantarillado de la cárcel. Estaba todo listo pero la operación se frustró porque el refuerzo desde la calle se topó con un muro de cemento infranqueable
Dentro del guion que orquestaron los 16 procesados del Proceso de Burgos para sacar los colores al franquismo hubo de todo. El juicio en la Sala Penal Militar y la escenificación final de la vista oral, con cánticos y gritos que provocaron el desalojo ... pudo no haberse celebrado si antes hubiera triunfado la 'operación botella', el intento de fuga que prepararon los reclusos con ayuda de miembros de ETA en el exterior.
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La idea empezó a tomar cuerpo en octubre de 1970, dos meses antes del juicio. En sus memorias, Mario Onaindia escribió después: «Daría un brazo porque nos pudiéramos largar antes del juicio». En las suyas, Teo Uriarte, no ocultó su escepticismo: «Al principio pensé que era un rumor para mantener alta nuestra moral».
Pero fue el propio Uriarte el que se enteró a través de presos comunes de la existencia de una bóveda subterránea bajo la prisión. El plan llegó al exterior donde tres miembros de la banda se encargarían de apostarse cerca de la alcantarilla de salida del viejo edificio de cárcel. Si lograban escapar, el plan incluía la salida de España y una teatral presentación de los fugados ante el mundo en la redacción del diario comunista 'L'Humanite' de París.
A pesar de la tensión ambiental por la cercanía el Proceso, el trato dentro de la prisión era tan relajado que les permitió maniobrar sin que los funcionarios llegaran a enterarse.
El plan incluía la salida de España y una teatral presentación ante el mundo en la redacción del diario comunista 'L'humanité' de París.
La condición femenina de la letrada Gurutze Galparsoro, que formó parte del equipo del abogado de Juan Mari Bandrés, hizo que se convirtiera en el contacto de confianza entre el interior y el exterior. Les pasaba y recibía notas en los bocadillos, libros y cualquier otro objeto. La «caballerosidad» de los militares le evitaba los cacheos. Incluso llegó a tener en sus manos lo que podían haber sido los planos de esa fuga.
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La inspiración les llegó de una fuga que conocieron en su estancia en prisión. Allí se enteraron de que meses antes, diez etarras liderados por Mikel Solaun y cinco presos comunes se habían escapado de la prisión de Basauri.
Desde dentro, el túnel se construyó en su totalidad aprovechando el alcantarillado. La cárcel, situada sobre una laguna, ayudó en el trabajo de 'minero' del plan. El día D y a la Hora H, los procesados se reunieron en la celda de uno de ellos, Unai Dorronsoro, en espera de la ayuda exterior. Llegaría en un 'Seat' blanco apostado fuera.
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Pero el refuerzo desde la calle se encontró con un muro de cemento que a la postre fue infranqueable. Faltó fortuna y tiempo para poder superar el último obstáculo.Ya dejó escrito en sus memorias 'Mirando hacia atrás', Teo Uriarte, que era un veterano de otros intentos de huida previos, que «una fuga se hace desde dentro o no se hace».
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