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Durante los últimos días se ha avivado el debate acerca de la posibilidad de levantar las normas de confinamiento para los niños y, ayer mismo, Pedro Sánchez anunció que a partir del 27 de abril relajarán las medidas para los más pequeños. Las condiciones no se han especificado y la situación epidemiológica de algunas comunidades autónomas hace que por el momento sea difícil de llevar a cabo, pero el planteamiento ha calado entre los padres que consideran necesario que sus hijos salgan de casa, aunque sea unos minutos al día. En este sentido, el psicólogo Luis Ángel Romero, coordinador del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León y orientador escolar en el colegio Sagrada Familia de Burgos,explica que lo más importante en estos momentos es el criterio sanitario pero que, de iniciar el desconfinamiento por grupos de edad, «los niños de entre tres y seis años deberían ser los primeros».
Afirma que los menores que se encuentran en esta horquilla, «son probablemente quienes más consecuencias psicológicas pueden manifestar» por la situación actual. Romero matiza que esto es un análisis en términos generales, «porque hay muchas variables que influyen en cada casuística y en cada hogar». No obstante, para los niños de estas edades, «salir y moverse es muy importante para su desarrollo sensorial y la percepción del espacio no es la misma al aire libre que en casa entre cuatro paredes». Además, por su madurez psicológica, «no están preparados aún para expresar sus emociones», por lo que sus reacciones ante el aislamiento serán a menudo difíciles de sobrellevar para los progenitories. Por este motivo, para Romero es muy importante «normalizar» esas reacciones «en el marco de la situación anormal que estamos viviendo».
La comunicación familiar, en este sentido, es fundamental para Romero: «Sentarse a jugar con los niños para que expresen libremente su miedo, angustia o malestar sin ser juzgados y que perciban que se encuentran en un entorno seguro porque sus padres les transmiten tranquilidad». En el caso de los menores de entre siete y once años, disponen de más recursos y herramientas para manifestar sus emociones pero una comunicación fluida con los adultos es igual de importante. El caso de los adolescentes es distinto porque se refugian en sus amigos y en la utilización de la tecnología y las redes sociales.
«Los problemas de conducta en los menores dependerán de la gestión que hagan los propios padres, si los padres lo llevan con cierta normalidad y con tranquilidad, los niños lo llevarán también con tranquilidad», reconoce Romero. Por este motivo, incide en que «las rutinas son muy importantes, poner horarios, tener un rato de ejercicio en casa, otro rato para actividades creativas», expone. Asegura que tanto el ejercicio como la creatividad son de vital importancia para sobrellevar lo mejor posible la cuarentena en el hogar.
«Los padres son un modelo para que el niño se autorregule», declara Romero que saca el lado positivo a las normas de confinamiento: «Se puede ver como una oportunidad para desarrollar otro tipo de habilidades o para realizar actividades en familia para las que, en otras circunstancias, no se tendría tiempo», concluye.
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