La Adrada: una villa con encanto que se vive de manera muy especial en sus calles

En el corazón del Valle del Tiétar, La Adrada es un enclave privilegiado en el que la naturaleza, el patrimonio y, sobre todo, sus gentes, se ofrecen permanentemente al viajero como un destino lleno de emociones. El castillo, símbolo de un pasado glorioso y de un presente pleno de actividades sociales, culturales y turísticas, representa como ningún otro símbolo esa riqueza histórica y artística sobre la que se sustentan los múltiples atractivos de La Adrada de hoy. Un encanto que se vive de manera muy especial en sus calles. Visitando el jardín botánico, degustando nuestra gastronomía con esos platos típicos adradenses y ese queso Montenebro que es capricho para los paladares más exigentes y, sobre todo, compartiendo la vida con los vecinos en la Plaza de la Villa o la Plaza del Riñón. Caminando por la calle Larga o subiendo por las Escalerillas hasta El Torrejón, donde el paisaje ayuda a comprender por qué aquí se vive de manera diferente.

La Adrada vive con intensidad su patrimonio. Está orgullosa de recuperarlo, de conservarlo y de mostrarlo. Empezando por nuestro castillo. Continuando por la iglesia del Salvador o las antiguas escuelas. Y saliendo en busca de la ermita de la Virgen de la Yedra. O cruzando todos esos puentes que juegan con las piedras del pasado y con el agua. Patrimonio del que nos sentimos orgullosos son también la casa del Tío Talis y las casas y palacetes del casco histórico, presididas por sus blasones.

No puedo terminar sin poner en valor nuestro otro patrimonio, el natural. Nuestro valle y nuestro monte es recorrido cada fin de semana por los amantes del senderismo que saben disfrutar de nuestra flora y fauna y la respetan. Además La Adrada se ha convertido desde hace cuatro años en paraíso del MTB y, en especial, del enduro en bicicleta siendo sede del Open de España.

Las puertas de nuestro castillo están abiertas. Como abierto está el corazón de los vecinos de La Adrada en todas las estaciones. Cada día del año. El que lo probó… repite.