Prueban una nueva pintura triple capa para evitar su deterioro en las calles peatonales de Valladolid

Los técnicos de la Concejalía de Movilidad explican que el casco histórico de Valladolid es del siglo XIX y eminentemente comercial con lo que es imposible vetar el paso de las furgonetas de reparto y, por supuesto, el de los coches de los vecinos con vivienda y garaje en el entorno. Esto hace mella en la pintura y por eso se están buscando materiales más resistentes.

Será en julio cuando se proceda a la redecoración de las calles más dañadas –Menéndez Pelayo y Claudio Moyano–, que mantendrán los motivos y colores con las que estrenaron su peatonalización, aunque se utilizará otro procedimiento para asegurar su mantenimiento.

En este caso, un conocido hostelero del entorno propone controlar el tráfico al menos de los vehículos privados sin plaza de aparcamiento en estas calles, al igual que en Cánovas del Castillo, para evitar que circulen por este eje, ya que el tráfico es constante a horas punta. Otra opción sería desviarlos por Licenciado Vidriera hacia Miguel Íscar para que luego accedan a Doctrinos desde la plaza de Zorrilla por el último tramo de María de Molina.