

Castilla y León necesita 450 donaciones de sangre diarias para mantener su actividad sanitaria
Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, director gerente del Centro de Hemodonación, destaca el desafío de fidelizar donantes jóvenes en una comunidad con un padrón envejecido
Lo que tiene la sangre es que no se puede fabricar. O hay un donante que ofrece su brazo o el sistema sanitario se para. ... Castilla y León necesita diariamente que 450 personas se acerquen a un punto de donación para que la rueda de los hospitales siga girando y salgan adelante trasplantes, cirugías y tratamientos de pacientes que requieren transfusiones de sangre, plaquetas, plasma, glóbulos rojos o blancos, albúmina, factor VIII de coagulación que necesitan, por ejemplo, las personas con hemofilia o gammaglobulina, para reforzar el sistema inmunitario.
Barajan plantear a las universidades que la donación de sangre aporte créditos académicos a los estudiantes
450 bolsas de sangre revisadas y tratadas, además de otras con compuestos más específicos, salen a diario del almacén del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, un dato que ayuda a visualizar el poder sanador del gesto altruista de extender el brazo en el Día Mundial del Donante de Sangre, que reconoce ese voluntariado cada 14 de junio. «Esa es la cifra de bolsas que suministramos en una situación de normalidad de funcionamiento», apunta Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, director gerente al frente de esta entidad desde el pasado mes de febrero, que expone que la necesidad de sangre y derivados es creciente en unos programas de trasplantes de órganos al alza, decreciente en quirófanos en los que la cirugía robótica y laparoscópica de precisión gana terreno a gran velocidad a la convencional de grandes incisiones y 'costurones' en proporción, y creciente de nuevo en pacientes con enfermedades hematológicas u oncológicas en las que el envejecimiento es un factor de riesgo. Para todo ello son necesarios donantes. Un acto cívico que está reconocido por ley como causa de permiso si coincide en horario laboral.

El Centro de Hemoterapia y Hemodonación, con una plantilla de 153 trabajadores y alrededor de 23 millones de euros de presupuesto anual, atiende todas las necesidades de la comunidad en el proceso de donación, controles y tratamiento y suministro de sangre y derivados, además de ser banco de tejidos, de leche materna y ocuparse de la donación del cordón umbilical y del cribado neonatal de enfermedades congénitas en el análisis de la popular prueba del talón que se hace a los recién nacidos.
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En lo que respecta a la provisión de sangre, Ortiz de Valdivielso sitúa como desafío, ya más de presente que de futuro, lograr fidelizar a donantes jóvenes que den el relevo a una legión de veteranos cumplidores a rajatabla con el calendario de donación. Habitualmente suelen ser tres al año en mujeres y cuatro en hombres para la extracción genérica, intensidad que alcanza una vez al mes o cada dos semanas en aquellas personas seleccionadas para aféresis de plasma o plaquetas. En esta última técnica se aprovechan únicamente esos elementos por centrifugación de la sangre extraída y el resto del líquido vuelve al cuerpo del donante.
El perfil tipo de la persona que dona sería mayoritariamente el de un varón que ha superado el umbral de los 45 años. El 26% de las personas que se acercan a los diez puntos de donación fijos (uno en cada capital, a los que se suma Ponferrada) o a las colectas en empresas, instituciones o poblaciones a las que se desplazan los sanitarios que realizan las extracciones tiene menos de 35 años y hay otro 19% que se sitúa entre esa edad y los 44 años. El resto ha sobrepasado ese punto de calendario, con un 28% en la horquilla de 45 a 54 años y otro 24% que avanza de ahí a los 64 años. Queda algo más de un 3% de donantes para cuadrar la cuenta, un porcentaje casi testimonial, que superan los 65 años. Son datos que incluirá la memoria de actividad de 2024 del Centro de Hemoterapia y Hemodonación, documento pendiente de aprobación definitiva. Por género, el 55% son donantes varones frente al 45% de mujeres.
Aumenta la edad de los donantes en una comunidad envejecida: el 55% supera los 45 años
«El donante de toda la vida es muy estable, una persona que viene tres o cuatro veces al año. Lo que nos está costando es llegar con un mensaje de necesidad de sangre a la gente joven, que es el yacimiento fundamental que asegura el futuro de las necesidades de sangre», argumenta Ortiz de Valdivielso, que apunta líneas de trabajo novedosas para captar jóvenes como propuesta a las universidades para que ser donante genere créditos académicos, como lo hace, por ejemplo, al actividad deportiva.
El año 2024 cerró con 108.640 donaciones, de las que 97.926 fueron de sangre, 8.355 de plasma y 2.546 de plaquetas. Creció la aportación de Valladolid (29.709 donaciones totales), Ávila, Burgos y Segovia y bajó la de León y Ponferrada, Salamanca, Palencia, Soria y Zamora. El índice de donaciones totales de sangres por cada mil habitantes se sitúa en Castilla y León en 40,94, cifra que lideran a nivel provincial Burgos y Valladolid, con 54,39 y 49,52 extracciones por cada millar de vecinos, y que sitúa en cola a Zamora y Ávila, con 26,50 y 31,84 donaciones por cada mil habitantes respectivamente.
Del seguimiento de las cifras de las memorias oficiales se extrae que en los últimos años se ha producido un afinamiento en el calendario y la elección de las colectas y las citas que salen fuera de los puntos fijos para aumentar la eficiencia, ya que han bajado las sesiones de extracción (de 5.007 en 2019 a 4.753 en 2023) pero las cifras de donaciones se mantienen en niveles similares en la extracción genérica, con un incremento de las de plasma y plaquetas, que tienen un plus añadido de utilidad en el tratamiento a enfermos con importantes trastornos de coagulación, determinadas cirugías, grandes quemados o la fabricación de medicamentos derivados de la sangre.



Alertas festivas y el gran apagón
Los llamamientos a donar por el descenso de las reservas de sangre se han hecho habituales. Puntualmente en días de diario, laborables, y casi metódicamente cada vez que hay un puente festivo o en vísperas de periodos vacacionales, porque no puede cortarse el flujo de donaciones. La situación ideal para almacén autonómico serían unas 2.000 bolsas de sangre, indica el director del Centro de Hemoterapia y Hemodonación. Y salen 450 al día. «En cuanto activamos modelos de colectas extra o hacemos llamamientos a la población, la gente responde. Trabajamos con personas que son extraordinariamente generosas y altruistas y gracias a ellas funciona el sistema sanitario», elogia Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, que incide en la labor de impulso a la donación que capitanean las hermandades de donantes de sangre. Algo en lo que quieren profundizar. «Estamos todos en el mismo barco, ellos como voluntarios y nosotros como profesionales», subraya el alto cargo de un centro que depende de la Junta de Castilla y León. El consejero de Sanidad preside la fundación pública que lo gestiona.
Los meses de abril y mayo han sido afanosos. Semana Santa, puente del Día de Castilla y León, 1º de mayo, con fiesta en Valladolid también el 13. Pero el golpe duro que superó el sistema de captación y suministro de sangre fue el del apagón eléctrico del 28 de abril. Hubo un corte radical en las donaciones esa jornada, que se contagió a la siguiente, con dos días en los que apenas se hizo acopio de colecta de sangre, hasta que volvió el ritmo normal de entrada de donantes.
«Todos tenemos que ser conscientes de que vamos a pasar en algún momento de la vida por un hospital, que vamos a ser mayores y que para que cuiden nuestra salud vamos a necesitar sangre, que es un componente que no se fabrica», resume el director del Centro de Hemoterapia y Hemodonación. Coincide la valoración el el Día Mundial del Donante de Sangre, a las puertas del verano. Una época en la que baja en parte la demanda hospitalaria de este compuesto, por el descenso de la actividad en quirófano, pero también el flujo cotidiano de donantes con los viajes vacacionales. Algo que exige tarea extra de coordinación para que las entradas de acopio garanticen las salidas hacia los hospitales.
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