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Había algo en el rostro de Rafa Castaño, en sus gestos, que delataban lo que instantes después iba a ocurrir. Parecía intuir que ese programa de Pasapalabra, el 197 para él, iba a ser definitivo. Estaba visiblemente nervioso, agradecido a su equipo (el líder de Funambulista, Diego Cantero, y la 'vedette' Bárbara Rey) por esos 179 segundos conseguidos para enfrentarse a la prueba final para llevarse el gran premio.
La cadena había anunciado días atrás lo que este jueves iba a suceder -programación especial, a las 22:45 horas, incluida-. Pero lo que nadie se esperaba era un rosco perfecto. 25 aciertos seguidos sin parar. Del tirón. Incluso le sobraron 49 segundos para hacer historia en la televisión al llevarse el bote más alto de la trayectoria de Pasapalabra: 2.272.000 euros. Y ganó a uno de casa, de la tierra: el burgalés Orestes Barbero, que había estado en el concurso durante 360 entregas.
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Pisó por primera vez el plató de Mediaset el 1 de junio. Desde entonces ha sido un habitual de las tardes de Antena 3, hasta este 16 de marzo. 197 programas en los que el periodista sevillano de 32 años, además de demostrar ser una fuente inagotable de sabiduría, ha mostrado su compromiso con sus raíces, su otra tierra: Zamora. Su padre es de Alcorcillo de Aliste, una pedanía de apenas cien vecinos perteneciente a la localidad de Alcañices que no ha podido ocultar su «orgullo» por lo que consideran un «triunfo espectacular».
«Estamos muy contentos, está todo el pueblo revolucionado», reconoce el alcalde pedáneo, Juan José Faúndez, quien se muestra «muy feliz» por Rafa, «un chico muy normal, como cualquier otro», a quien considera «cercano y familiar». «Su padre y su tía siempre vienen, la abuela vive en una residencia de la zona; son gente muy agradable», añade. La última vez que se dejó 'caer' por la comarca fue el pasado verano. Él mismo aprovechó el programa para reivindicar una de las peticiones que le hicieron cuando estuvo allí esos días: la necesidad de la construcción de la autovía A-11.
«La audiencia sabe que mi padre es de un pequeño pueblo de Zamora; estuve una semana en verano visitándolo y mucha gente me decía que si podía hablara de la N-122. Pasan por ahí muchos tráiler y no está pensada para eso. Ha habido ciertos atropellos y piden que se dé visibilidad a que se contruya el tramo que les permita deshacerse del tráfico de camiones», explicaba Rafa, quien reconocía haber «estado ahí y es horroroso». «Están todo el rato pasando tráiler; no es solo molesto, sino incluso peligroso. Tengo un cariño tremendo a la tierra de mi padre y quería tener ese detalle con ellos», concluyó.
Pero esa no fue la única vez que Rafa Castaño aprovechó el altavoz de la televisión para mostrar una realidad que azotaba Zamora. En otra ocasión, denunció públicamente el drama de la comarca tras los devastadores incendios que arrasaron la Sierra de la Culebra el pasado verano. Él mismo, dijo, pasó entonces por la sierra. «Se quemó no sólo una riqueza natural y económica, también emocional. Toda ayuda es poca. La Culebra no se calla y yo tampoco», señaló, al tiempo que consideró que «la provincia de Zamora es una de las algo olvidadas en las políticas nacionales».
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Antonio G. Encinas | Valladolid
Lucía Palacios | Madrid
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